Alcanzar la cima

Ascender a las cimas montañosas más altas se ha convertido en un auténtico circo.

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Tali Mandel

Posteado en 15.03.21

Hace unos días veía en internet una noticia sobre el circo en el que se ha convertido hoy en día ascender a las cimas montañosas más altas. En Nepal, donde se alza la cumbre más alta que se ha podido escalar hasta hoy en día, las autoridades están alertando del peligro que tiene la gran asistencia de personas que, no siendo tan expertas, se empeñan en coronar la cima más alta.

 

Haciendo un negocio redondo, muchas agencias turísticas se hacen cargo de turistas adinerados que pagan un sinfín de sherpas y de asistencia para satisfacer su ego con la hazaña de alcanzar las cimas más altas, no solo en los negocios sino también en la naturaleza.

 

Esta actitud es muy común hoy en día y siempre lo ha sido. El ego del hombre no conoce límites y su egoísmo por realizar hazañas, aunque en realidad no lo sean en absoluto, y compararse con los demás es lamentable. Como cualquier ámbito de esta vida, si los fines a los que está destinada esta envidia y este ego no son nobles entonces el camino que han hecho es poco meritorio y la recompensa no tiene un sabor dulce. Muchos mueren en esta lucha por competir con los demás escalando las cimas montañosas o económicas. Se puede establecer un doloroso paralelismo entre esta noticia sobre los millonarios que escalan la montaña para morir en el intento y aquellos pobres desgraciados que, teniendo más que suficiente para vivir con todas las comodidades, pasan su vida trabajando horas interminables de forma incansable para tener un coche mejor, una casa más grande o más sirvientes y de repente un día mueren de un ataque al corazón.

 

Todo esto está relacionado triste y directamente con el afán del hombre por conseguir más cosas que los demás, lo que en otras palabras se denomina envidia. A cada uno se nos ha dado en esta vida una asignación de cualidades y un rumbo que seguir para que desarrollemos nuestro potencial y alcancemos nuestras propias cumbres de superación personal. Nadie dijo que lo que tiene mi vecino también tiene que ser mío a la fuerza. HaShem nos proporciona sabiamente todo lo que necesitamos en la vida. El dinero, las habilidades con las cuales conseguimos trabajo y podemos mantener a nuestra familia y a nuestros hijos, la paciencia, la sabiduría, todo ello son cosas que vamos a poder mejorar o mantener dependiendo del buen uso que hagamos de nuestros recursos y del buen juicio que pongamos a la hora de hacer inversiones, tanto monetarias como de nuestro propio tiempo.

 

El único ámbito en el que se permite la envidia es en el del conocimiento de Torá. En este sentido, en el de querer conocer tanta Torá como otra persona a la que conozcamos, ahí sí está permitido sentir envidia de esa persona. Esta envidia nos servirá como acicate para estudiar más y, por tanto, para fortalecer nuestra relación con el Creador. Por tanto, esto sí que está permitido. Pero el hecho de querer coronar una cima montañosa tan solo porque los demás también lo hicieron y dejar de paso un rastro de basura increíblemente enorme y difícil de desechar, eso no es loable.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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1. Hector Cardenas

6/26/2019

Deberíamos poder recordar minuto a minuto la humildad, porque alimentamos el ego de manera inconsciente en el diario vivir. Gracias por la nota.

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