Duro despertar

Todos tenemos que enfrentar frustraciones, inconvenientes y problemas en la vida… Gracias a Dios no nos caemos en la vereda…

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Rajeli Reckles

Posteado en 04.04.21

Hace una semana, describí el aterrador incidente que tuve con mi vecina, que sufrió un ataque en el estacionamiento. Esta semana continuaré con la lección y la conclusión de la historia.

 

Pero esta mañana, todos esos pensamientos se acallaron muy rápidamente. Hashem me dio un duro despertar. En teoría yo sé que no tengo problemas. Tengo pequeños inconvenientes diarios, que en el momento en el que ocurren no me parecen tan “pequeños”, pero que en perspectiva son realmente insignificantes. Esta mujer sí tiene un problema. Resulta que sufre de epilepsia. Jamás en mi vida había visto a una persona en el momento en el que le da un ataque, pero les puedo decir que es algo horrible. Un infierno. No le deseo esto a nadie, excepto a Hamás, a Hezbolla, a todos los terroristas, a los dictadores, a los asesinos, a los violadores, a los que abusan de niños, y a todos los malvados del mundo que no les importa nada de nadie excepto de ellos mismos, de su dinero y de su poder.

 

Ustedes se preguntarán: cómo hace ella para funcionar a diario. Cómo hace para ir a lugares, sabiendo que le puede dar un ataque en cualquier momento. Y a pesar de todo, ella es de una fe enorme, es algo increíble.

 

(Dicho sea de paso, hay muchísima evidencia de que el aceite de canabis es excelente para reducir la frecuencia y la gravedad de los ataques de epilepsia. Fíjense en internet y recuerden que la información varía dependiendo de la fuente que consulten. Si se trata de un sitio “convencional”, entonces van a hacer todo lo posible por modificar nuestra percepción de los remedios naturales para poder ganar dinero de las drogas caras y peligrosas que ellos comercializan).

 

A la mañana tenía las cosas bien claras pero Hashem quería asegurarse de que no me confundiera, así que me dio una prueba de fe que puede volver loco a cualquiera. Hace unos meses perdí mi documento de identidad, que es algo que uno tiene que llevar a todas partes. Después de varias semanas de buscarla por toda la casa, me di por vencida y fui a hacerme una nueva. No tengo necesidad de describirles lo que es tratar con la burocracia, no es cierto? Encargué una nueva y a los pocos días recibí una llamada de teléfono de la empleada del correo diciéndome que tenía en sus manos mi nuevo documento de identidad.

 

Buenísimo! Pero esperen un momento: ella me pidió que le diera el código secreto de cuatro dígitos que recibí cuando renové el documento. El problema es que en ningún momento me dieron un código de cuatro dígitos. Ella insistió en que lo recibí. Yo insistí en que no lo recibí. Así fui y volví varias veces, hasta que sentí que me estaba volviendo loca. Pero entonces me acordé de mi vecina y de lo que ella tiene que afrontar cada día. Así que dije: “Ok, Hashem, si Tú quieres que yo vaya y venga y espere horas en esa oficina y espere semanas hasta que pueda recibir mi nuevo documento de identidad, que así sea. Prefiero mil veces este inconveniente al problema que tiene mi vecina”. El cartero me dio una nota que debía llevar a la oficina de correo cuando encontrara mi papel con los cuatro dígitos que ella insistía que yo tenía en algún escondite secreto de mi casa.

 

Me fui, no sin antes darle las gracias y asegurarle que no estaba enojada con ella. Ella se rio y me dijo: “No se preocupe. Todo va a estar bien”. Yo entré a casa, fastidiada y derritiéndome del calor que hacía, y fui a guardar la nota del correo en mi billetera.

 

(Antes de terminar la historia, me gustaría decirles que al final encontré mi documento original. Estaba encima de mi piano, escondido debajo de un montón de ropa que había dejado ahí para llevarle a mi amiga la modista a que remendase, pero nunca llegué a llevársela. Así que tuve que gastar 250 shekels y horas enteras en conseguir uno nuevo, cuando el viejo estuvo siempre ahí frente a mis narices. Pero ya no podía usar el anterior porque estaba invalidado al haberme hecho uno nuevo. Ahora de nuevo a mi historia).

 

De repente, un papelito azul medio raro doblado en mi billetera me llamó la atención. Lo abrí y me quedé atónita: “Oh, Dios mío, qué IDIOTA que soy!”. Era el papelito con el ´código secreto que estaba buscando. Cuántas veces había abierto la billetera para sacar o guardar dinero y no lo había visto?

 

Otra vez llamé al correo y por mucha vergüenza que me dio tuve que admitir que estaba e-eq-eq-equivocada. Odio esa palabra!

 

Escuchen, gente. Todos tenemos que enfrentar frustraciones, problemas y dificultades día a día. Hagamos todo lo posible por darle las gracias a Hashem de que no nos estamos cayendo en la vereda, que podemos ver, respirar, comer, oír, y vivir normalmente. Cada segundo está repleto de bnediciones infinitas.

 

Y para aquellos de ustedes que realmente están sufriendo de problemas graves, que Hashem los cure muy pronto y en forma total. Manténganse bien fuertes en su fe, porque son inspiraciones en dos patas para todos los que los rodean. Y ciertamente son una enorme inspiración para mí.

 

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il

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