El asesino

El asesino no tiene aspecto de asesino. Al revés: se hace pasar por tu mejor amigo. Y cuando logra acercarse a la víctima, la apuñala...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

 En una escena del clásico film “El Padrino”, Don Vito Corleone (Marlon Brando) le dice a su hijo Michael (Al Pacino): “La venganza es un plato que se sirve mejor frío”. Luego le explica a su hijo cómo funciona el “fino arte” del asesinato – pon a dormir a tu enemigo; hazlo sentir que eres su mejor amigo. Una vez que baje sus defensas, acércate a él. No rujas como un león. No des un grito de guerra como un tigre. Simplemente sonríe. Y cuando abra sus brazos para abrazarte, métele un cuchillo en el corazón, y hazlo sin que te importe-actúa con frialdad”.

 

El consejo de Don Vito Corleone no era nuevo. Si Don Vito hubiera averiguado su árbol genealógico, habría descubierto que era un descendiente directo de Amalek, que fue el nieto de Esav. El alma de Esav estaba arraigada en la máxima maldad, en la serpiente primordial, la najash. Esa estrategia de eliminar al enemigo se remonta a 5777 años atrás, cuando Adán y Eva estaban en el Jardín del Edén. Don Vito no inventó este de modo de asesinato, que le transmitió a su hijo Michael. Sino que lo había recibido de su padre, quien lo había recibido en una ininterrumpida cadena de tradición oscura que se remontaba al mismo Amalek.

 

El más grande error de Haman fue declarar públicamente su intención de aniquilar a los judíos. Esa fue una brecha en la pura tradición amalekita de asesinato. Si Haman hubiese continuado organizando banquetes reales en el palacio atrayendo a los judíos con comida kasher y vino badatz mientras los hacían mezclarse con las mujeres persas y haciéndoles creer que él era su mejor amigo, entonces nuestro pueblo habría corrido gran peligro. Eso habría sido una reminiscencia de una de las más grandes victorias en los días de Bilaam, cuando hizo que 24.000 hombres jóvenes judíos perdieran la vida en el fiasco del Baal Peor y las mujeres midianitas.

 

¿Quién es este asesino, este Amalek, esta serpiente mortal? Para poder ganar la guerra, debemos familiarizarnos con el enemigo.

 

Un momento – la serpiente amalekita, el asesino, alias la mala inclinación, ahora te salta dentro del cerebro. “¿Qué guerra, qué enemigo? Deja de leer esta tontería ahora mismo!”. El asesino quiere que pienses que él es tu mejor amigo y que no hay ninguna guerra. Quiere que pienses que te ama para que lo abraces. Y cuando lo hagas, te va a acuchillar con un cuchillo envenenado tan pero tan filoso que no vas a sentir nada y entonces las toxinas espirituales letales ya te habrán destruido el alma.

 

Si te importa de tu alma y de las almas de tus seres queridos, continúa leyendo.

 

Ningún judío observante va a entrar a un restaurante kasher o a una casa de mala fama. Todos evitamos los pecados premeditados como si fueran leones y tigres. Pero Amalek es la serpiente, que es mucho más taimada que los leones y los tigres. Tal como dijo Don Vito Corleone: “No rujas ni des gritos de guerra. Con frialdad”

 

El asesino Amalek, la serpiente, usa un disfraz de Purim todo el año. Él se disfraza de tu mejor amigo. Te dice que disfrutes de la vida. ¿Por qué toda la población secular va a disfrutar de la riqueza de conocimientos y avances en el maravilloso mundo del internet, conseguir iphones y disfrutar? “Yo quiero lo mejor para ti”, dice el asesino. “¿Por qué vas a quedarte rezagado en el tiempo?”

 

La misma serpiente que hizo comer a Eva de la manzana es la misma que hace que Menajem e Itzjak en el año 5777-2017 cierren la Guemará.  Y lo que es peor, cuando el veneno de los sitios prohibidos, los medios sociales y las salas de chat se les mete en las venas espirituales hasta tal grado que no les quedan ganas de estudiar Torá, ellos piensan que el asesino es su mejor amigo.

 

Mientras el joven con emuná orgullosamente cuenta las páginas de Guemará que ya ha logrado estudiar, las víctimas del asesino amalekita en las yeshivot hoy en día orgullosamente cuentan la cantidad de canciones que tienen en el mp3.

 

“¿Qué tiene de malo escuchar canciones y hablar de los cantantes jasídicos”, me preguntó un estudiante de yeshiva de 17 años.

 

“El problema es que tienes la cabeza llena del mp3 y no de Guemará”, le respondí. Una vez que Amalek hace que el joven cierre la Guemará o abra los ojos fuera de la sala de estudios, el joven es presa fácil. Ese es el peligro de la serpiente – el asesino amalekita: antes de meter el cuchillo, él hace que su enemigo no sólo baje sus defensas sino que piense que el asesino es su mejor amigo.

 

En Purim recordamos al asesino y a la guerra que libramos contra él. En Pesaj, nos libramos del cautiverio de Egipto. Pero de repente en el desierto, después de recibir la Torá en Shavuot, descubrimos que el asesino sigue suelto. Y lo que es peor es que hoy en día él es más peligroso que nunca. ¿Acaso podemos derrotarlo? Con la ayuda de Hashem y con emuná, lo vamos a destruir de una vez por todas.

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