El dilema del Mashíaj

La cuestión que suele venirme cada tanto a la cabeza es: “¿Cuándo va a venir el Mashíaj?”.

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Pinney Wolman

Posteado en 07.11.21

La cuestión que suele venirme cada tanto a la cabeza es: “¿Cuándo va a venir el Mashíaj?”. Y juzgando a partir de lo que veo y lo que leo, hay mucha otra gente que también se pregunta lo mismo. Por eso, me gustaría compartir con ustedes algunas cosas que estuve pensando sobre el tema recientemente.

 

Con respecto a la llegada del Mashíaj, algunos comentaristas afirman que el mundo va a ser diferente; algunos, como por ejemplo, el Rambam (Maimónides) dicen que será igual. La mayoría de la gente cree que habrá milagros y maravillas sin precedentes. Muchos, si no todos, dicen que el pueblo judío hará teshuvá, que todos volveremos a Israel y que será construido el Tercer y último Templo Sagrado.

 

Fijémonos en todo lo que está pasando en la actualidad. Por donde quiera que mires en el mundo judío y el mundo en general, hay luchas y enfrentamientos. Me refiero a la política, la vida social, la religión – todas las formas de interacción humana. Los conservadores vs los liberales; los ortodoxos vs los laicos; los ortodoxos abiertos vs los ortodoxos tradicionales. Los pro-aborto vs los pro-vida. Los del Orgullo vs los anti-homosexuales. No importa qué opinión o postura uno tenga, el mensaje es el mismo: los otros están equivocados y tienen que cambiar. Yo soy el que hace las cosas de la manera correcta.

 

Por eso, todos piensan que cuando llegue el Mashíaj, este va a arreglar las cosas “del otro lado”. Y entonces todos van a estar del lado correcto. De Mi lado.

 

¿Cómo se supone que el Mashíaj va a lograr eso? Si la historia nos puede dar una pista, entonces la primera vez que el Mashíaj trate de decirle a alguien que está equivocado y que tiene que cambiar, va a terminar en la cárcel igual que Jeremías, viendo cómo toda la civilización se derrumba alrededor.

 

Entonces ¿qué es lo que va a hacer el Mashíaj? ¿Y qué está esperando? Me gustaría sugerir que en realidad él está esperando que el pueblo judío aprenda emuná. Eso es lo que dice Rabí Najman de Breslev en Likutey Moharán I:7. No me refiero a la emuná básica de que Hashem creó el mundo y que Él existe, sino a la emuná más difícil, de que Hashem dirige todo lo que pasa en el mundo. Y que cada persona está bajo Su control. Cada persona tiene libre albedrío, pero cada persona necesita mirar al resto del mundo sabiendo que está bajo Su dominio. ¿Y por qué esto es tan importante?

 

Tener la idea de una roto completa en mi cabeza me enseña que el mundo NO está destruido. La emuná dice que todo el mundo es perfecto y haciendo exactamente lo que Hashem quiere que haga a cada instante. El mundo está siendo un reflejo perfecto de lo que está roto dentro de mí. El mundo entero es mi espejo. Si yo tengo un problema con una persona, con un grupo o con una situación, entonces esa es la manera que tiene Hashem de decirme que Él tiene un problema conmigo. Que hay algo dentro de mí que tengo que cambiar. Un defecto de carácter. Una manifestación de falta de emuná en mi corazón.

 

Cada defecto de carácter que percibo en los demás es un reflejo de los mismos propios. La emuná me enseña que el único que tiene que cambiar soy yo. Yo pienso que el Mashíaj va a venir recién cuando la mayoría de los judíos crean en la emuná por lo menos desde una perspectiva intelectual. Porque entonces el Mashíaj va a tener algo con lo que trabajar.

 

Y cuando la mayoría de los judíos vean que el mundo tiene un problema y se den cuenta de que ellos son los únicos que necesitan cambiar, van a buscar al Mashíaj, van a buscar al tzadik que los ayude a hacer el cambio dentro de ellos mismos. Y Mashíaj, cuya principal arma es la plegaria, les enseñará a hablar con Hashem para efectuar ese cambio dentro de ellos mismos.

 

El mundo será el mismo. Los sucesos serán los mismos. Pero nosotros seremos diferentes. Reaccionaremos de manera diferente. Empezaremos a tomar responsabilidad de nuestros propios errores en vez de echarles la culpa a los demás. Cambiaremos por medio de la plegaria. Por medio de las buenas acciones. Haciendo que Hashem entre en nuestra mente y nuestro corazón.

 

El resto del mundo entonces podrá aprender esto de nosotros. Cada hombre y cada mujer empezará a admitir solamente sus propias faltas y tomará responsabilidad de sus actos. Empezarán a hablar con Hashem y harán un cambio en ellos mismos. Y entonces un día, en el futuro, podremos volver al jardín. El mismo del que nos echaron. No porque comimos de un cierto árbol, sino porque no nos hicimos responsables de nuestros actos. Les echamos la culpa a los demás. Le echamos la culpa a Hashem. Perdimos nuestra emuná.

 

Que Hashem nos ayude a encontrarla de nuevo muy pronto!