El Legado del Moharosh

Estamos pasando por una época muy difícil, por una época de mucha oscuridad. Hay muchos tzadikim enfermos. ¿Y por qué?

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

El pueblo judío ha perdido al faro de amor fraternal y difusión de Torá y emuná. Toda su vida estuvo dedicada a Hashem, al pueblo judío y a la difusión de la Torá, tarea que llevó a cabo en forma ininterrumpida durante cincuenta y un años. Su amor a cada persona no tenía límites. Se pasaba noches enteras respondiendo en forma personal las cartas de todos los que le escribían.

Estamos pasando por una época muy difícil, por una época de mucha oscuridad. Hay muchos tzadikim enfermos. ¿Y por qué sufren? Sufren por la constante controversia, las incesantes discusiones y el odio interno de esta generación en la que vivimos. El mes pasado, casi perdimos a Rabí David Jaim Stern, que Hashem le conceda salud y una larga vida. El Rabino Stern sufrió un colapso y estuvo en tan grave estado que su alma ya había subido  a la Corte Divina. Allí están muy enojados con la forma en que se transgreden los preceptos referidos a la relación con el prójimo aquí en este mundo. Al Rabino Stern se le otorgó una extensión de vida con el solo propósito de que volviera a este mundo a advertirles a todos que se cuiden mucho del odio, el enfrentamiento y la falta de unión, que son todas terribles faltas que invocan terribles juicios en nuestra contra, Dios no lo permita!

Rabí Yehuda Zeev Leibowitz, de bendita memoria, no podía ver que una persona le hiciera daño a otra. Y en especial no podía soportar que un judío empujara a otro. Todo el tiempo gritaba: “¡Tengan compasión! ¡Ayuden a su vecino! ¡Denles a los demás! ¡Nunca le alcen la voz a la otra persona!”.

Una de las manifestaciones del odio interno es lashón hará, las malas lenguas y las calumnias. Todo el que habla lashón hará no tiene la menor idea de lo que está haciendo. ¿Quién tiene tiempo de hablar de los demás? Es obvio que esa persona no está buscando acercarse a Hashem. Lashón hará es para la gente vacía, sin contenido. La gente que tiene algo de contenido usa su poder de habla para rezar, para hacer plegaria personal, para estudiar Torá, para hablar de cosas buenas, de emuná, para ayudar, para acercarse a Hashem…

En su testamento, el Mohorosh nos dijo que nos amemos los unos a los otros. Su último deseo se reduce a dos cosas: primero, amar a cada persona como te amas a ti mismo y segundo, difundir la emuná y acercar a los demás a Hashem.

No hay ningún infierno o purgatorio que sea capaz de expiar el daño que uno causa cuando aflige a otra persona. El que hace eso va a tener que volver a este mundo reencarnándose en otra persona, a fin de corregir la falta cometida. Esto no es ningún chiste… ¿Quién quiere volver otra vez en otro guilgul (reencarnación)? Ten muchísimo cuidado de que ninguna otra persona sufra por tu culpa.

Todo el pueblo judío, ya sea en forma directa o indirecta, está en deuda con el Moharosh. Él acercó a miles de personas a Hashem y sus escritos alcanzaron a millones de personas. Aunque él no te haya ayudado en forma personal, su sagrada obra sin lugar a duda ha servido para mitigar graves juicios, beneficiándonos a todos por igual. El Moharosh estaba completamente consagrado a cumplir al pie de la letra con cada enseñanza de Rabí Najman. Toda su vida se abstuvo de tomar remedios y cuando llegó el momento de irse de este mundo, lo hizo con total compostura, como uno de los más grandes tzadikim, que es lo que era.

No puedo expresar con palabras la tremenda tristeza que me causa su desaparición física. El Moharosh trabajaba día y noche por el pueblo judío. Y en lo que se refiere a amar al prójimo, no tenía paralelos.

En su obra magna Likutey Moharán, Rabí Najman dice que debemos siempre buscar la sabiduría Divina que existe dentro de cada cosa y cada acontecimiento, porque a través de esa sabiduría Divina, podemos acercarnos a Hashem. Hashem quiere que nos despertemos rápido y por eso nos está gritando. Debemos aprender una lección del fallecimiento del Moharosh y hacer tres cosas, de inmediato:

  1. Cada persona debe dejar sentado por escrito que perdona a toda persona.
  2. Cada persona debe dedicar por lo menos diez minutos al día a rezar por el pueblo judío.
  3. Cada persona debe hacer el máximo esfuerzo posible por difundir la emuná.

Hashem quiere que nos amemos los unos a los otros!

Rabí Natan nos enseña que aquel que honra al prójimo está honrando a Hashem. Por desgracia, también ocurre lo contrario. Es fácil de entender por qué la raíz del exilio y la diáspora es el odio intolerable y la controversia dentro de nuestro pueblo.

Manténganse apartados de las discusiones y las peleas a toda costa! ¡Son letales! Todos los asesinatos y las muertes violentas de nuestro pueblo son producto de esto. Además, esta es la principal causa de la muerte de los dos amados soldados que fallecieron la semana pasada en el límite con el Líbano.

En memoria de Eliezer Shlomo ben Malka, aumentemos el amor mutuo y pongamos fin a la controversia de una vez por todas. Y que podemos llamar al unísono: “Oye, oh Israel, el Eterno nuestro Dios, el Eterno es Uno”.

 

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