El peligro de ser impulsivo

Uno derrochó el dinero que tendría que haberle llegado en un momento posterior, cuando en verdad lo iba a necesitar muchísimo más que ahora.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 02.12.19

Cuando fuerzas el momento, las consecuencias son muchas y variadas. Por ejemplo, si el comerciante convence al convencer al cliente de que compre un producto que en realidad no es aconsejado para él (en cuyo caso, el cliente no le encuentra uso), entonces puede suceder que el cliente vuelva al negocio furioso y quejándose y entonces el vendedor salió perdiendo de esta transacción, por el solo hecho de haber actuado con impulsividad. Por otra parte, ese comerciante cometió una grave transgresión, ya que afligió a su prójimo y además echó a perder su propia reputación, y todo por culpa de su falta de fe.

 

También puede suceder que el producto que adquirió el cliente sí debía llegar a sus manos, pero no en ese momento, sino mucho más tarde. Y el comerciante, al forzar el momento, recibió el dinero antes de lo establecido y lo usó. El resultado es que derrochó el dinero que tendría que haberle llegado en un momento posterior, cuando en verdad lo iba a necesitar muchísimo más que ahora.

 

Las circunstancias pueden ser muchas y muy variadas. A veces uno fuerza tanto la situación que hasta roba una enorme suma de dinero cuando, en realidad, ese es todo el dinero que les estaba destinado a él y a sus descendientes para toda la vida, y ahora él lo derrocha todo y no lo guarda para más adelante y entonces está literalmente emitiendo un decreto de muerte contra sí mismo y contra sus descendientes, Dios no lo permita. Existen también muchas otras situaciones similares que el simple ser humano no puede de ninguna manera comprender a fondo, pero una cosa es cierta: que todas las personas que fuerzan el momento o la situación, desde el vendedor que convence al cliente para que le compre hasta ese otro que directamente lo estafa, no están haciendo más que causarse problemas y confusión, tal como afirman nuestros Sabios: “Todo el que fuerza el momento, el momento lo fuerza a él”.

 

Esta es una regla de oro que todos debemos recordar y de la cual depende todo lo demás:

 

Aquello que te fue asignado va a llegar a tus manos de una manera u otra. Existen dos opciones:

 

1 – creer en esto y tener emuná en que Hashem es el que dirige todo, y dejar que Él se encargue de decidir por qué medio te va a proveer el sustento. En ese caso, vas a vivir tranquilo y contento y por supuesto que no vas a considerar siquiera la posibilidad de engañar o robar.

 

2 – no creer en esto y en consecuencia creer que todo depende únicamente de ti y que debes esforzarte hasta más no poder y presionar a la gente y forzar el momento. En ese caso, tu vida será un infierno y lo más probable es que cometas muchas transgresiones e incluso robes y estafes a los demás.

 

 

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1. ALFONSO ESPINOZA

12/02/2019

LA MAYOR PARTE DE MI BIDA TOME LO QUE NO HERA MIO HOY GRASIAS AL ETRNO AGRADESCO POR LO QUE PASO EN LA VIDA YA NO ME QUEJO SOLO AGRADESCO POR PERMITIR LLEGAR A COMOCER LAS GRANDES ENSEÑANZAS DE LA TORA POR MEDIO DE LOS RAVINOS Y EL PUEBLO DE ISRAEL GRACIAS AL ETERNO

2. Nancy

12/02/2019

Todo tiene su tiempo debajo del sol, HaShem sabe cual es su voluntad y el o los momentos para cada uno de nosotros…

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