La rueda volante

Pasó tan rápido… en menos de un segundo. Conduciendo por un puente angosto, con tránsito yendo en ambas direcciones, una gran goma salió corriendo hacia mí.

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Dra. Rivka Levron

Posteado en 17.03.21

 Pasó tan rápido… en menos de un segundo. Conduciendo por un puente angosto, con tránsito yendo en ambas direcciones, una gran goma salió corriendo de un vehículo directamente hacia mí. No tuve tiempo de pensar, solamente mantuve el volante con ambas manos y esperé el impacto. La rueda volante desapareció de mi visión mientras mi auto se sacudió violentamente de un lado al otro y se fue deteniendo. Me di cuenta de que la rueda de adelante del lado del conductor se había dañado. Continué hasta pasar el puente y estacioné en un estrecho arcén. Por adentro todavía temblaba un poco pero fuera de eso, estaba bien.

 

Durante varios minutos, me senté al costado, esperando que el tránsito se detuviera un poco para poder sacar el auto y evaluar el daño. La rueda de adelante se dobló hacia atrás, la llanta se había dañado y el neumático se había pinchado. Después vi rasguños en el techo y la parte trasera del auto, donde al parecer la rueda volante había golpeado. Milagrosamente, fuera de eso, el auto estaba en buen estado.

 

El accidente había tenido lugar a solamente diez minutos de mi casa y mi marido pudo llegar enseguida. A la grúa le llevó varias horas más. Y al día siguiente, esperamos nueve horas hasta que el e mecánico vino con los repuestos para reparar el daño. En poco más de 24 horas el auto estaba de nuevo en la ruta y mi vida volvió a la normalidad.

 

Pero la historia podría haber culminado en forma muy diferente. Cuando me puse a pensar en lo que estaba haciendo cuando la rueda volante vino volando hacia mí, estaba escuchando un CD acerca de cómo Hashem dirige cada uno de nuestros pasos y en esa misma fracción de segundo, yo estaba diciendo: “Hashem siempre me guía”. ¡Qué tremenda manifestación de supervisión Divina! Saber que en el momento mismo en que mi vida corrió peligro, yo sabía que mi vida era guiada por la mano cariñosa de Hashem.

 

A lo largo de todo este suceso, mantuve la calma. Me di cuenta de que no fue nada “accidental”.

 

Esta experiencia me reveló de primera mano que la guía de Hashem no sólo se manifiesta en los grandes eventos de la vida, como por ejemplo, encontrar la pareja adecuada y demás, sino que hasta está presente en los detalles más pequeños de la vida. Si cada brizna de pasto tiene un ángel especial que le diga que crezca, entonces ciertamente nosotros, que fuimos creados a la imagen de Dios, tenemos ángeles custodiándonos a cada instante.

 

Qué regalo es saber que incluso situaciones que parecen ser negativas o inconvenientes también son una manifestación del amor y la protección de Hashem. Me siento enormemente privilegiada por haber experimentado esta manifestación de guía de Hashem!

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