La tragedia de Lag BaOmer

Lo que ha sucedido en Israel es una tragedia absolutamente desgarradora.

Esas son las palabras más aptas que se me ocurren. Después de eso, simplemente no hay palabras… sólo ríos de lágrimas.

Un joven que estaba comprometido. Otro hombre que acababa de tener su primera beba dos semanas antes. Otro cuya esposa está embarazada. Un joven que dejó 9 pequeños huérfanos. Tantos jóvenes huérfanos que nunca recordarán a su padre. 

Y por otro lado, niños pequeños llorados por sus padres. No una, sino dos, familias llorando a dos niños que fallecieron esa noche. Personas que volaron sólo para estar en Meron, y que ahora se van a quedar en Israel para siempre.

Cada uno de ellos era una joya preciosa, un mundo entero en sí mismo. El hecho de que se hayan ido de este mundo en la mayor celebración anual, un día que es como Yom Kippur y como Purim, un día tan increíblemente especial y sagrado – sólo añade sal a la herida abierta.

Todos estamos conmocionados hasta la médula. Todos estamos de luto junto con las familias y les enviamos nuestros abrazos y plegarias. La pérdida es imposible de describir con palabras.

Todos en Breslev Israel queremos expresar nuestras más sinceras condolencias a los cientos de dolientes de todo el mundo que perdieron a sus seres queridos esa noche en Meron, y nuestras plegarias son para los muchos que resultaron heridos en el terrible suceso, y sus familias.

Emuna perfecta – Con el corazón

Los últimos tres días han sido desgarradores. ¿Cómo podemos sobrellevarlos? ¿Cómo no perder la esperanza? El Rabino Arush explicó que debemos mantener dos cosas juntas, dos caras de la moneda, cada una sin dejar de lado la otra:

Por un lado, la perfecta emuná.

¡La emuná nunca cambia! Es cierto que no sólo hemos recibido una bofetada en la mejilla sino que ocurrió precisamente en jatzot laila, en la medianoche halájica, que es el momento cumbre y más sagrado de este día tan sagrado, y que un momento especial de favor Divino, nada menos. 

Pero ¿quién nos dio ese golpe? El mismísimo Dios Todopoderoso. Hashem, que nos ama y siempre hace todo para lo mejor. Sí, incluso esto.

¡Tenemos que aferrarnos muy fuerte a nuestra emuná! Como dice el Rabino Arush: "No entiendo nada, sólo creo y tengo fe que todo es para bien". Porque si pudiéramos entender, entonces no sería una prueba tan grande, ¿verdad? Pero el Rabino Arush también promete, que, si agradeces a Hashem por el sufrimiento que estás teniendo, entonces con el tiempo, un día, verás y entenderás que todo fue para bien.

Por otro lado – Tener un corazón que siente.

Sin embargo, no ignoramos el dolor. Eso se llama tener un corazón de piedra, y se nos ordena tener un corazón de carne que sienta. 

Es como un padre que le da a su hijo una fuerte bofetada cuando hizo algo malo. Incluso si el niño entiende que la bofetada fue para su bien, claramente es lo que necesitaba por alguna buena razón – y eso duele. 

Más aún cuando el que sufre es otro. El amor significa que sentimos el dolor del otro. Emuna no puede significar que ignoremos el dolor y digamos: "Igual todo es para bien, ¿no?".

En absoluto. Sabemos que todo, incluso esto, es para bien, pero aun así lloramos y nos lamentamos.  Ay, cómo duele!

Pero no nos ahogamos en el dolor. Dejamos que la emuná nos fortalezca para trabajar con el dolor, suavizarlo y, en última instancia, curarlo. 

Mírate bien a ti mismo

No entendemos los cálculos Divinos. No entendemos de qué modo algo como puede llegar a ser bueno.

Pero debemos mirarnos muy bien a nosotros mismos en el espejo. ¿Nos amamos los unos a los otros en forma incondicional? ¿O difundimos las malas lenguas y las calumnias en las redes sociales y en los comentarios que dejamos?

¿Nos preocupamos por los demás, independientemente del tipo de kipa o sombrero que llevemos o no? 

Tal como dijo un padre herido en el funeral de su hijo: "¡Ya basta! ¡Es hora de que nos unamos! ¿Por qué nos unimos sólo cuando hay una tragedia? Había tanta unidad en el hospital, era increíble. ¿Por qué necesitamos el hospital para unirnos?".

 Es hora de dejar de señalar a los demás. Es hora de empezar a juzgar a los demás betzedek, con justicia – lo que el Midrash explica, significa que debemos juzgar en forma favorable.

Un hueco enorme que debemos llenar

Cada uno de los 45 judíos santos que murieron, vinieron a Meron a celebrar Lag B'Omer con Rashbi. Por lo tanto, son considerados como aquellos que murieron al Kiddush Hashem, para santificar el nombre de Hashem. Todos ellos subieron directamente a un lugar llamado "Salón del Trono del Rey". Están los pasillos que conducen a la sala del trono, y luego está la sala misma, donde se encuentra el Rey. Así también en el Cielo – y ahí es donde están, junto al Rey de Reyes. Están allí, con el mismo Rabi Shimon.

¿Quién es capaz de merecer un nivel tan alto? Sólo aquellos que ya eran santos desde antes. 

Uno de los judíos santos que falleció esa noche es el propio Rabino Moshe Tzarfati, que su memoria sea bendita, de la yeshivá del Rabino Shalom Arush, Jut shel Jesed.

Era uno de los alumnos más antiguos del Rabino Arush y un pilar de la comunidad. Estaba a cargo de un sinfín de tareas. Podríamos escribir varios tomos sobre él y su vida.

Él se tomó a pecho la mitzvá de escribir un rollo de la Torá, y aprendió a escribir uno -un rollo de la Torá hermoso y especialmente pequeño, que es muy difícil de hacer. Su rollo de la Torá es el que se utiliza principalmente en nuestra sinagoga. Además él dio clases por todo el país, incluso en prisiones y bases militares. 

        Rabino Moshe Tzarfati zt "l

Su esposa es la famosa "Frida" que dirige el imperio de la hafatza, la distribución de emuná, del Rabino Arush. Ese número que se ve en todas partes, en todos los libros y CDs, en todas las preguntas y respuestas – "Para distribuir emuná, llame al 052-224-0696" – ese es el teléfono móvil de Frida. Ahora, Frida ha quedado viuda.

Más que nada, Rabí Moshe era un guerrero para distribuir emuná. Se cuentan de él un montón de historias. Vidas que salvó, matrimonios que salvó – una vez incluso la mañana antes de que se diera el gett (documento de divorcio judío), y mucho más. 

Alguien le oyó contar la historia de alguien que se le acercó y le dijo: "Gracias por salvarme la vida". Moshé estaba confundido, ya que no reconocía al hombre. El hombre sacó un libro de su bolsa y dijo: "Usted me dio este libro hace 25 años y me salvó del suicidio. Ahora soy religioso. Llevo muchos años buscándolo para darle las gracias, y siempre llevo el libro conmigo…" 

En otra ocasión, llevó a un notable Rosh Yeshiva de Bnei Brak a Jerusalén. En el camino, le contó algunas de las enseñanzas de Rabí Arush. El Rosh Yeshiva dijo: "¡Disculpe, pero nunca he oído una Torá así en mi vida! ¿De dónde ha aprendido todo esto?" Moshé le dijo: "Del Rabino Shalom Arush". El Rosh Yeshiva fue a conocer al Rabino Arush, y se convirtió en alumno del mismo Rabino Arush.

Uno de sus familiares dijo en su panegírico: "Amaba a todos, con kipa o sin ella". Cuántas veces fue de puerta en puerta para darle un libro de emuná a otra familia más. No quería nada más que ayudar a otros a disfrutar de la gran luz de la emuná que tanto le había cambiado su propia vida.

Su muerte deja un gran vacío. Dios quiera que aprendamos de él y sigamos difundiendo emuná y salvando vidas.  

Debemos hacerlo en su memoria.