Las 10 formas de acabar con el Coronavirus

Cada vez que parece que tenemos todo controlado, empieza todo de nuevo.

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David Ben Horin

Posteado en 10.01.21

Cada vez que parece que tenemos todo controlado, empieza todo de nuevo.

 

En Israel, durante los dos confinamientos anteriores, los casos nuevos diarios se redujeron en más del 90%, al igual que la proporción de personas que se hicieron las pruebas y dieron positivo.

 

Poco a poco, redujimos las restricciones y entonces las cifras otra vez empezaron a subir. Ahora ya estamos en el tercer confinamiento.

 

Lo mismo en Nueva York. Al comenzar el verano parecía que estaban a punto de darle al virus de Wuhan el golpe de gracia de kung fu. Pero en los últimos dos meses los nuevos casos se elevaron a los mismos niveles de marzo.

 

Incluso con la vacuna, pasará por lo menos un año antes de que el mundo finalmente se libere de esta pesadilla.

 

Eso es, si es que no está por empezar otra pesadilla nueva.

 

El SARS, la gripe aviar, la gripe porcina, el COVID-19, esto es solo en los últimos 20 años. Los bancos centrales advierten a las naciones de todo el mundo que ya no les quedan municiones para mantener a flote sus economías. Ya el impacto de esta pandemia en nuestros medios de vida podría terminar siendo mucho mayor y más generalizado aún que las consecuencias en el ámbito de la salud; no podemos ni pensar en tener que hacer frente a otra más.

 

Pero el mayor fracaso es que ni un solo líder mundial, ni un solo miembro de la oposición a un líder mundial, nos pidió que acudiéramos a Di-s en busca de ayuda.

 

Dirigirnos a los médicos y las compañías farmacéuticas para solucionar este problema no es suficiente, por no decir más…

 

¡Hashem ha dejado en claro que depende de cada uno de nosotros tomar un par de remos y comenzar a remar también!

 

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No se nos permite confiar en los milagros, sino que tenemos que hacer todo lo podamos para nuestro bienestar.

 

Tenemos que actuar de dos formas:

 

1. Escuchar a los profesionales médicos y científicos y hacer todo lo posible para no contraer el virus y asegurarnos de que no seamos una fuente de transmisión.

 

2. Pedirle a Aquel que nos trajo el Coronavirus que acabe esta plaga. Hacer introspección personal de la vida y fijarnos qué cosas conviene mejorar. Hacer los cambios pertienentes.

 

Si el mundo nunca volverá a ser el mismo, entonces nosotros tampoco nunca volveremos a ser los mismos.

 

Una sola persona puede salvarnos a todos. Tú puedes ser esa persona.

 

Esto ya sucedió en algún momento de la historia.

 

En la época de Noé, hubo un hombre, Matusalén, que salvó al mundo entero por el mérito de su justicia. Hashem pospuso el decreto del diluvio en honor a este justo.

 

Si hubiera habido solo 10 justos entre los millones que habitaban Sodoma, la ciudad se habría salvado.

 

En el mérito del arrepentimiento, cualquiera de nosotros puede pedirle al Rey del mundo que perdone a los millones de infectados, a los miles de hospitalizados y a las innumerables personas que se encuentran al borde de una crisis financiera, emocional y espiritual.

 

Y a todo el que se tome en serio la salvación del mundo, le recomienda que ponga en práctica estos 10 remedios:

 

– Usar la mascarilla en todo momento.

 

– Proteger la boca en todo momento, evitando decir toda forma de maldades y calumnias.

 

– Mantener la distancia social de 2 metros con personas que no sean familiares.

 

 – Consolidarla paz en el hogar. Haz todo lo que puedas para hacer feliz a tu esposa en todo momento.

 

– Practicar la higiene personal en todo momento. Lavarse siempre las manos después de salir.

 

– Comer kasher en todo momento. Separar siempre la leche de la carne.

 

– Observar el Shabat. Quédate en casa con tu familia, recita el Kidush y disfruta de una comida especial en familia en lugar de salir.

 

– Evitar las multitudes en todo momento. Cuando hay una reunión de más de cinco personas, no seas el sexto.

 

–  Evitar todo aquello que conduzca a la lascivia. Si ves grupos mixtos de hombres y mujeres, no te unas a ellos. Cuidate de dónde miras y de cómo vas vestido y de lo que estás pensando.

 

 – Reconoce que cuando Hashem “bloquea” la rutina y la vida normal, es porque no está contento con la forma en que vivimos en condiciones normales. Entonces, ¡decide que harás un cambio! Si tienes más tiempo libre, estudia Torá y pasa tiempo hablando con Hashem con tus propias palabras todos los días (hitbodedut). Pídele a Hashem que te ayude a comprender las pistas que te está enviando por medio de los cambios que está sufriendo tu rutina diaria.

 

Al regresar a Hashem y tratar de hacer Su voluntad, haciendo todo lo posible por prevenir la transmisión, Él bendecirá nuestro mundo con un regreso a la normalidad y otra oportunidad más de hacer de Su mundo un lugar para la Divinidad.

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