Mashíaj…. ¿ya?

¿Acaso la llegada del Mashíaj es lo que necesita en este momento el pueblo de Israel? ¿Acaso Mashíaj va a resolver nuestros problemas cotidianos? ¿La vida va a ser más fácil? El Rabino Shalom Arush r

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

Nota del Rabino Lazer Brody:  Durante este punto crucial en las recientes negociaciones para el cese de fuego en Egipto entre Israel y Hamas, una de las estaciones de radio israelíes me llamó para entrevistarme acerca de los acontecimientos actuales vistos desde la perspectiva de la Emuná. También tenían planeado preguntarme acerca de las declaraciones de varios rabinos principales y kabalistas, como por ejemplo, el Rabino Dov Kook de Tiberíades, y el “Jalbán” (“Lechero”, en español), que es el apodo del gran tzadik Rabí Jaim HaKohen Farjia, quien afirmó hace poco tiempo que la Gueulá, la Redención Final de nuestro pueblo, ya ha comenzado.  El periodista también quería que le diera información acerca del Mashíaj. Para poder obtener una perspectiva clara del tema, decidí consultar a mi querido maestro, el Rabino Shalom Arush. Y esto fue lo que me dijo:

Son muy pocos los que se dan cuenta de las ramificaciones de la posible llegada del Mashíaj a esta altura de los acontecimientos.

Permíteme hacerte una pregunta: ¿Qué significa el Mashíaj para ti, en términos de la vida cotidiana? ¿Acaso piensas que vas a quedar exento de cumplir con los preceptos? En absoluto. ¡Justamente lo contrario! Cuando llegue el Mashíaj, vas a tener que ser mucho más estricto en su cumplimiento, y no vas a poder “fingir” haciendo gestos y ademanes. Porque el Mashíaj va a saber exactamente dónde tienes puesto el corazón y va a poder “olfatear” tu temor a Hashem.

¿Acaso piensas que la llegada del Mashíaj te va a exentuar de mejorar tu carácter?j ¡De ninguna manera! Los malos rasgos de carácter, como por ejemplo, la soberbia, el egoísmo y la lujuria, van a resultar muchísimo más evidentes una vez que haya llegado el Mashíaj. Los rasgos de carácter no rectificados van a ser mucho más avergonzantes que si uno fuera por la calle con ropa sucia llena de manchas. La persona que tenga un carácter lo que se dice “poco menos que impecable”, cuando llegue el Mashíaj va a suplicar “Trágame tierra”!!!

La gente no tiene idea de lo que es el Mashíaj y de lo que significará su arribo. Estar listo para la llegada del Mashíaj implica que todos servimos a Hashem con todo el corazón; que todos tenemos una Emuná perfecta, que todas las mujeres se visten con total recato y que todos los hombres se cuidan de no mirar donde no deben. Significa que nadie tiene imágenes impropias en la cabeza. ¿Acaso podemos decir que esa es la situación en la que nos encontramos actualmente?

Entonces ¿qué sucede si llegó el momento de que llegue el Mashíaj y no estamos a un nivel espiritual adecuado? La respuesta no es algo que la mayoría de la gente quiera escuchar. No obstante, tengo el deber de explicar el tema, porque la gente tiene que parar de una vez por todas de vivir en un mundo de fantasía y tiene que comprender la gravedad de la situación.

Un grupo de tzadikim secretos, cuyos nombres no puedo revelar, fueron a visitar a mi santo maestro, el Rabino Yehuda Zev Leibowitz, de bendita y santa memoria, poco antes de que este falleciera. Le estaban escribiendo una carta a Hashem exigiendo que llegara el Mashíaj ahora mismo. Todos firmaron la carta, pero les falta una firma crucial, la del Rabino Yehuda Zev. Ellos sabían que si él firmaba, entonces Hashem iba a tener que traer el Mashíaj de inmediato. Por eso fueron a verlo, a pedirle que firmara… sin embargo, ninguno de ellos se imaginó siquiera cuál sería su reacción…

Rabí Yehuda Zev, que estaba confinado a una silla de ruedas, se incorporó de inmediato como un león enfurecido y señalando con el índice a uno de los tzadikim secretos, le preguntó: “¿Tú estuviste en el Holocausto?”. El tzadik meneó la cabeza. Entonces Rabí Yehuda Zev le hizo la misma pregunta al segundo, y al tercero, y al cuarto, y todos respondieron que no habían sufrido el Holocausto. Entonces Rabí Yehuda Zev rugió: “Bueno, ¡yo sí estuve en el Holocausto! ¡Y yo vi con mis propios ojos el indescriptible sufrimiento que padeció nuestro pueblo! ¡Y eso es algo que no quiero volver a ver en toda mi vida! ¿Acaso ustedes se hacen responsables del tremendo sufrimiento que va a tener que padecer nuestro pueblo como parte del proceso de purificación si llega el Mashíaj y ellos todavía no están listos?”. Ninguno de los tzadikim estuvo dispuesto a aceptar semejante responsabilidad. Y ahí mismo abandonaron la idea.

Rabí Yehuda  Zev no quería que no se le cayera ni un pelo de la cabeza ni a un solo judío. Y es por ese motivo que me alentó tanto a que difundiera la Emuná, día y noche, sin descanso, a lo ancho y lo largo del planeta, para preparar a la gente para la llegada del Mashíaj. Porque sí, tenemos que decir la verdad: el proceso de la Redención Final ya ha comenzado.

La gente le echa la culpa a Hamas por todos los problemas que tenemos, pero Hamas no es más que un palo en las manos de Hashem. Dice la Torá: “Y traeré sobre ustedes una espada vengadora en vindicación del pacto” (Levítico 26:25). Todo el libertinaje y toda la promiscuidad sin precedentes en toda la historia del pueblo de Israel, y especialmente aquí en la Tierra de Israel, fue lo que nos causó la Guerra de Gaza. A eso agréguenle el gobierno malvado que se separó a sí mismo del mundo de la Torá  y que sanciona oficialmente  atroces transgresiones contra la Torá, haciendo alarde de terribles aberraciones como los desfiles de homosexuales aquí mismo, en nuestra santa Tierra, y ustedes ya se darán cuenta de que la situación va de mal en peor… Pero si nuestro pueblo se fortalece en Emuná y se torna a Hashem con todo el corazón, entonces desaparecerá todo el mal, tanto el de afuera como el de adentro.

No existe una solución política ni militar para el conflicto de Gaza. Hashem nos da continuos ceses del fuego en medio de las hostilidades para darle al pueblo la oportunidad de subirse al tren de la Emuná, que es el tren de la Redención Final. Todo el proceso de la Redención está diseñado para la difusión de la Emuná, y es por eso que mis discípulos y yo de hecho ya estamos viviendo la Redención.  Pero cuando la gente aprovecha el cese de fuego para volver a las discotecas de Tel Aviv y a buscar sus apetitos carnales con esa actitud de “volvimos a la vida rutinaria…”, entonces la próxima ronda de hostilidades se torna aún más difícil. Recordemos que la primera Intifada a fines de la década del 80 consistía en tirar piedras a los judíos. Esa fue una  llamada de atención de parte de Hashem, pero muchos la ignoraron. Después las piedras pasaron a ser cuchillos, y los cuchillos pasaron a ser revólveres, y estos se transformaron en bombas, y las bombas, en terroristas suicidas. Y nuestro pueblo todavía sigue sin despertarse en su gran mayoría. Las bombas suicidas se transformaron en misiles Qassam contra Sderot y los pueblos del borde de Gaza, y los misiles Qassam se transformaron en misiles GRAD, que atacaron a Ashkelon y Ashdod. Ahora, en esta última guerra, los misiles GRAD les cedieron el lugar a los misiles M-75, que llegan hasta Tel Aviv y aún más allá.¿Cómo es que la gente no ve el mismo modelo repitiéndose una y otra vez? ¿Y quién sabe cuál es la próxima etapa? Es la decisión de ustedes: o Emuná o armas aún más mortales. Si no limpiamos hasta los recovecos más profundos del corazón, entonces Hamas y Hizbolla van a seguir cavando más túneles de ataque. Las llamadas de atención son cada más difíciles de ignorar y toda persona con  un mínimo de sentido común debería percatarse del tremendo peligro que va in crescendo.

Ahora van a entender por qué mis discípulos y yo dedicamos la vida a la difusión de la Emuná, a lo ancho y lo largo del globo terráqueo. ¿Quién sabe cuándo Hashem va a traernos el Mashíaj? ¿Acaso podemos afirmar que ahora estamos listos para recibirlo, con tanta gente tan lejos aún de la verdad? ¿Acaso sabemos qué precio tendremos que pagar para recibirlo, y si podremos siquiera pagarlo? Sin embargo, tenemos que prepararnos, porque el día de la llegada del Mashíaj va a llegar be-itó, en su momento indicado.

No piensen que el Mashíaj va a acabar con sus problemas financieros o les va a aumentar el sueldo. La única diferencia entre ahora y entonces es que cuando él venga, la verdad va a ser absolutamente obvia y evidente. Nadie recibirá recompensa por estudiar Torá, aprender Emuná o hacer teshuvá (arrepentirse), pero todos tendrán el deber de hacerlo.

Pero he aquí las buenas noticias – el despertar espiritual de la última guerra ha sido increíble. Se han distribuido libros y CDs de Emuná en todas las filas del ejército israelí. Treinta mil mujeres se han comprometido a observar las leyes de pureza familiar. Eso es precisamente lo que necesitamos: que el pueblo judío se despierte de su letargo espiritual y se fortalezca en masa. Tenemos que demostrarle a Hashem que finalmente comprendemos Sus mensajes. Tenemos que fortalecernos en Emuná y en santidad, y difundir la Emuná lo más rápidamente posible. De esa manera estaremos preparados para darle la bienvenida al Mashíaj. Y si el Mashíaj es como una lámpara de 500 watts, entonces va a ser muy problemático si nosotros contamos con una capacidad espiritual de apenas 60 watts. Por eso, tenemos que fortalecernos a nosotros mismos y también fortalecer a los demás.

Es mi ferviente deseo que todos estemos preparados para recibir al Mashíaj con paz y alegría. Amén!
 

 
 
 
 
 
 
 

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1. guzmán zani adolfo

3/08/2016

comprendo que esa visión de partir de la fé y las consecuencias históricas

2. guzmán zani adolfo

3/08/2016

excelente punto de vista para fundamentar la Fé

comprendo que esa visión de partir de la fé y las consecuencias históricas

3. Richard Peralta

6/15/2015

Cuanto es lo que desconocemos

Bendito es aquel que no pone tropiezo al ciego. Cada día se que desconozco más de la verdad y que el corazón tiene que mostrarse al alma y al Creador.

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