Pensando en Dios

Es sorprendente que cuando hablamos del mundo, con todos sus billones de criaturas que funcionan tan bien al unísono, tanta gente dice no creer en un Creador.

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Yehoshua Goldstein

Posteado en 17.03.21

Nadie mira un auto y piensa que el auto se hizo solo. Todos sabemos que hay alguien que lo ensambló.

 

Sin embargo, es sorprendente que cuando hablamos del mundo, con todos sus billones de criaturas que funcionan tan bien al unísono, tanta gente dice no creer en un Creador.

 

Únicamente Dios es capaz de hacer algo así. Crear un mundo tan brillante y tan complejo y ocultar completamente el hecho de que ha sido creado.

 

Esto es para que podamos tener libre albedrío y para darnos la opción de querer ver la Mano de Dios en todo. Porque si esto fuera tan obvio como con el auto, entonces no tendríamos libre elección.

 

Es muy triste, pero aquel que se niega a creer en Dios jamás podrá tener la satisfacción de saber que tenía razón. Porque aunque tuviera razón, pensando que este mundo es aleatorio, completamente al azar y que no hay un Creador, Dios no lo permita, jamás lo sabrá, porque en el momento en que muera todo acabará! Porque de acuerdo con su teoría, no hay alma ni vida después de la muerte, así que cuando se terminó, ¡se terminó! Pobre tipo, simplemente se va a transformar en fertilizante y comida para los gusanos. Eso es todo…

 

Por el contrario, el creyente podrá gozar enormemente cuando todo se acabe. Porque él vivió con la creencia de que existe Dios y que hay una vida después de la muerte. Un mundo de recompensa infinita para el alma basada en todas las buenas acciones que hizo y todas las veces en que se abstuvo de rebelarse contra la palabra de Dios. Sí, es posible que haya renunciado a ciertos “placeres” de este mundo pero ahora podrá obtener una recompensa infinita por todos esos esfuerzos.

 

Según él, no todo termina cuando termina nuestro tiempo en este mundo, porque él cree, tal como dice la tradición, que existe un mundo venidero. En él, existe una vida infinita en la que los justos son recompensados por todas sus buenas acciones y por haber evitado los pecados. Y no sólo eso sino que es sabido que la experiencia de siquiera un momento de placer en el mundo venidero es muchísimo más grande que todos los placeres de este mundo juntos. O sea que la escala de placer que uno experimenta en el mundo venidero ni siquiera es comparable con lo que tenemos en este mundo.

 

Ahora les propongo un trato.

 

Si ustedes son personas inteligentes, ¿no les parece que vale la pena aceptar la posibilidad de que existe un Dios? Quiero decir, al fin y al cabo, fíjate las posibilidades: si no hay un dios y este mundo es aleatorio y no somos más que monos sofisticados, entonces ¿qué te queda para el final? ¡Nada! Y aunque tengas razón y esa sea la verdad de nuestra existencia, ni siquiera vas a tener la satisfacción de saber que tenías razón, porque cuando se termina, se termina!

 

Por otra parte, si eliges el camino de la persona que cree, entonces ¿qué te espera? Vives más o menos la vida del no creyente, solamente que evitas algunos supuestos “placeres” de este mundo y te esfuerzas un poquito para cumplir con algunos mandatos de Dios que de otro modero ignorarías, y eso es todo. El final llega para ambos. Los gusanos se comen la carne del no creyente y del creyente por igual. Eso es un hecho y no entramos en discusiones!

 

Ok, pero si tenías razón, y realmente existe un Dios, y realmente existe un alma dentro de tu cuerpo que va al mundo de la existencia eterna, entonces ahí llega el gran premio.

 

Ahora bien, ¿qué elegiría una persona inteligente? ¿En qué tiene más sentido invertir?

 

Un último punto: puedes afirmar que no quieres trabajar duro, que prefieres vivir sin preocupaciones y sin obligaciones. Pero analicemos un momento dicha actitud – lo que estás diciendo es como una persona que come comidas muy poco sanas. Esa persona también puede decir que por favor la dejen en paz. Pero si se esfuerza por cambiar la dieta, y se toma el trabajo de cambiar sus hábitos, entonces todos sabemos que no sólo se sentirá much mejor sino que incluso va a empezar a disfrutar de la comida sana. Y al final va a odiar la comida basura y no va a poder entender cómo alguna vez pudo llevarse “eso” a la boca.

 

Esa es la verdad. El que se esfuerza por descubrir al Creador y cumplir con Su voluntad, no sólo que disfrutará su vida en este mundo más sino que además al final va a penar cómo alguna vez pudo vivir sin eso. ¿Cómo pude vivir sin el Shbat, sin la kashrut, sin empezar el día con Shajarit, sin talit y tefilín?

 

Recién cuando uno se pone sano empieza a tener la perspectiva para darse cuenta de lo que espiritualmente enfermo que estaba antes.

 

Y cuando todo llega a su fin, ahí es cuando uno ve lo que ningún ojo ha visto.

 

Felices de aquellos que tienen el mérito de probar el Árbol de la Vida, cuyos frutos se comen en este mundo y cuyo premio principal nos aguarda en el Mundo Venidero.

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