Renovarse o morir

En Israel está llegando el frío, el otoño es corto y pronto estaremos inmersos en el invierno. ¡Ya huelo las sufganiot!

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Tali Mandel

Posteado en 15.03.21

En Israel está llegando ahora el tiempo frío, el otoño es relativamente corto y pronto estaremos inmersos en el invierno israelí. ¡Ya puedo sentir el dulce olor a sufganiot y a chocolate caliente!

 

Con el cambio de clima viene el cambio de ropa, como cada año toca empezar a guardar las prendas más livianas y sacar los abrigos y las bufandas. Me encanta esta época al igual que me encanta la primavera. Los cambios hacen a la persona revisar lo que lleva usando o haciendo durante un tiempo y adaptarse a una nueva realidad. A veces dan miedo, como un cambio de trabajo o de vivienda. Trasladarse a otra ciudad o incluso a otro país parece una cuestión de palabras mayores y nos lo pensamos, lo meditamos y con un poco de valentía finalmente acabamos saliendo de nuestra zona de confort. Así es como llegué a Israel al igual que tantos millones de judíos del mundo entero, y debo decirles que fue un momento increíble y me alegro infinitamente de que HaShem me diera las fuerzas para hacerlo y posibilitara que hoy en día sea una ciudadana israelí orgullosa de serlo y de vivir en Jerusalem nada más y nada menos.

 

Creo que todos los cambios son para bien y que renovar nuestras costumbres es muy sano. El ciclo del año judío está lleno de festividades que invitan a la renovación espiritual y corporal. Por ejemplo en Pesaj, cuando hay que darle la vuelta a la casa prácticamente para limpiarla a fondo y eliminar todo el jamétz, trabajamos duro por varias semanas y nos esforzamos en cumplir la mitzvá al pie de la letra. En este periodo de tiempo tiramos cosas viejas, damos ropa que no usamos, revisamos los papeles que están sin archivar y, por supuesto, también hacemos examen de conciencia para eliminar todos esos sentimientos leudados, cargados de orgullo, que ocupan sitio en nuestros corazones. Este lugar en nuestro interior bien puede albergar otros sentimientos más puros, al igual que toda la ropa vieja que ocupaba un lugar precioso en el armario deja sitio para ordenar mejor y almacenar lo que realmente necesitamos una vez que nos deshacemos de ella.

 

Acabamos de hacer ahora una limpieza similar durante el mes de Elul y en Iom Kipur, arrepintiéndonos de los fallos que hemos cometido y haciéndonos el firme propósito de no reincidir y hemos quedado limpios y renovados. Después de esto, también continuamos con este proceso de renovación constante que supone vivir en Israel y nos centramos en el plano corporal para intercambiar ahora la ropa de verano y la de invierno. Más tarde comenzaremos la limpieza de Pesaj y también cambiaremos de nuevo la vestimenta para adaptarnos a los calores del verano y de nuevo Rosh HaShaná y Iom Kipur… es un ciclo precioso de constante cambio y adaptación.

 

Por tanto, no debemos temer a los cambios o a escuchar comentarios diferentes de lo que estamos acostumbrados (siempre teniendo cuidado de la fuente de la que estamos aprendiendo, por supuesto). En el estudio de la Torá hay un constante deseo de aprender cosas nuevas. Siempre hay un Midrash que no se estudió, un comentario que no se conocía… siempre hay algo nuevo que alimenta nuestra alma. Es cierto que continuamos leyendo el mismo Libro, pero no es un libro cualquiera sino que es la Torá, una fuente inagotable de conocimiento. Mientras más se la lee y se la estudia, ¡más interesante se vuelve! En este sentido, estamos continuamente renovando nuestro conocimiento y este alimento para el alma es imprescindible. Sin él, se queda vacía. Sin el estímulo del estudio de Torá, la persona está decaída porque no tiene ningún aliciente para crecer.

 

Es importante dedicar unos minutos de estudio al día. Esto es obligatorio para los hombres judíos pero todos tenemos la posibilidad de acceder a este alimento espiritual que mantiene nuestra vida con sentido. Anímense a intentarlo, denle una oportunidad a esa salida de la zona de confort que se les está iluminando todo el tiempo.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

 

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