Yo soy Hashem

Cuando el alma completa sus 120 años en este mundo y abandona el cuerpo, Hashem Se revela al alma

3 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

Cuando el alma completa sus 120 años en este mundo y abandona el cuerpo, Hashem Se revela al alma y en ese momento tan impresionante, Hashem le dice: “Yo soy Hashem”. ¿Qué es lo que en realidad Hashem le está diciendo al alma?

 

“Tienes que saber que lo te ocurrió en la vida se debe todo a que ‘Yo soy Hashem’. Todas las dificultades que tuviste en la vida y todo en lo que no te fue bien es porque ‘Yo soy Hashem’”.

 

Aun así, no se entiende qué significa todo esto. Pues bien: esto significa que todo lo que le pasó fue únicamente por tu propio bien, tanto si parecía que Hashem te ayudaba como si parecía lo contrario, y tú hiciste caso omiso de todo esto. Pero entonces la persona comprende que vivió toda su vida una mentira y “ay de esa vergüenza…”.

 

Vemos que la principal reprimenda el Día del Juicio será por la falta de emuná, lo cual causará una tremenda vergüenza. El resto de los errores que pueda haber cometido la persona en su vida fueron todos resultado de no haber vivido el hecho de que Hashem existe: la persona no sabía que todo es Hashem. No vio a Hashem en todo lo que sucedía. Y es por eso que ahora está donde está con las transgresiones que cometió. Recién entonces uno va a poder comprender que vivió una mentira toda su vida, que toda su vida fue un solo error, desde el principio hasta el fin, porque no vivió la realidad de que “Yo soy Hashem”.

 

Nuestros Sabios señalan que los hermanos no pudieron soportar la reprimenda de Yosef cuando él se reveló ante ellos: “Sus hermanos no pudieron responderle porque sintieron pánico ante él”. Entonces con cuánta más razón deberá suceder esto mismo cuando el mismísimo Hashem reprende a la persona!

 

No esperemos hasta que llegue el Día del Juicio. A partir de este momento, todo lo que pases en la vida, recuerda que “Yo soy Hashem”, que todo proviene de Hashem. Y cuando te enfrentes a las dificultades de la vida, hay solamente dos opciones: la primera es recordar que todo lo que pasa es porque “Yo soy Hashem” y la segunda es dejarse engañar por la terrible confusión que reina en este mundo, atribuyéndole el poder a las fuerzas naturales, a las enfermedades, a las bacterias, a los virus, etc… O pensar que el problema fue causado por mal de ojo o por brujería o hechicería o algún ataque imaginario. O echarle la culpa al amigo, al jefe, a la suegra, a la pareja o a uno mismo y caer en la depresión.  Estas son las ilusiones que impiden que uno se acerque a Hashem y utilice los desafíos de la vida para acercarse a Él. En el momento en que uno reconoce que “Yo soy Hashem”, ya ha ascendido por sobre las ilusiones y las confusiones del mundo material. Y entonces la imagen se vuelve mucho más clara y uno empieza a entender.

 

Es por eso que es tan necesaria la introspección diaria, la auto-evaluación, preguntándose a uno mismo: “¿Di las gracias por todo? ¿Vi a Hashem en todo lo que me pasó hoy? ¿Traté de entender lo que Hashem me estaba tratando de enseñar con cada cosa que me pasó?, etc.

 

La emuná no es solamente saber que todo es “Yo soy Hashem”, sino saber que todo es para bien. La genuina emuná dice que todo lo que hace Hashem es todo para bien y que no existe el mal en el mundo. Por eso, lo primero que hay que recordar ante cada situación es que todo proviene de Hashem y que todo es para bien y decirle gracias a Hashem por todo. Recién entonces uno puede tratar de comprender lo bueno de cada situación y lo que Hashem espera de él. Solamente recuerden estas tres palabras y van a tener éxito en todo: “Yo soy Hashem”.

 

 

 

 

 

Escribe tu opinión!

1. guillermo torres

1/29/2015

Gracias Rab, Hashem lo bendiga.

2. guillermo torres

1/29/2015

3. Flor del Carmen Padilla Morales

1/27/2015

Motivador, nos ata a Dios, cuando humanamente no entendemos por que?

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario