La Abertura Secreta

Una vez al año, al concluir Iom Kipur, cuando el sol está por ponerse, Le pedimos a Hashem que nos abra una abertura cuando se está por cerrar el firmamento

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Una vez al año, al concluir Iom Kipur, cuando el sol está por ponerse, recitamos la plegaria Neilá. Uno de los segmentos más emotivos de dicha plegaria es Pana iom: ptaj lanu shaar be-et neilat shaar, ki pana iom – Le pedimos a Hashem que nos abra una abertura cuando se están por cerrar las aberturas del firmamento al finalizar IomKipur. IomKipur es un día especial de expiación, pero su cubierta de perdón no se extiende al día siguiente.

¿O sí?

¿Dónde encontramos en la Guemará el concepto de que las ventanas Celestiales se cierran?

El Rey Menashé cometió gravísimas faltas. Asesinó a su suegro, el santo profeta Isaías. Y no sólo que practicó la idolatría sino que hasta colocó un ídolo en el Templo Sagrado. Finalmente, las tribulaciones empezaron a alcanzarlo…

El gran sabio “Nodá Beiehudá”, Rabí Yejezjel Halevi Landau, explica en su clásico comentario del Talmud, “Tziun Lenefesh jaia”, que el Rey Menashé se encontraba en una situación difícil. Y así dijo: “Recuerdo  lo que solía decir mi padre: ‘Cuando te encuentres en una situación difícil y te hayan acontecido todas estas cosas, … retornarás a Hashem’, he aquí que Lo llamo”, pero los arcángeles cerraron las ventanas del firmamento, impidiendo así que las plegarias de Menashe llegaran al Trono Celestial. Y así le dijeron al Todopoderoso: “Amo del universo! ¿Acaso es posible que aquel que colocó un ídolo en el Templo Sagrado pueda hacer teshuvá (arrepentirse)?’. Entonces, ¿qué hizo Hashem? Hizo una abertura debajo del Trono Celestial y aceptó la teshuvá de Menasha y oyó sus súplicas.

El “Tziun Lenefesh Jaia” concluye diciendo: “El Trono Celestial debajo del cual Hashem hizo una abertura especial es el Trono de Compasión; cuando el Todopoderoso desea juzgar a una persona de acuerdo con la letra de la ley, se translada al Trono de Justicia, que no tiene ninguna abertura por debajo”.

Rabí Yejezkel Landau nos enseña varios principios sorprendentes, a saber:
 

  1. Por más grande pecador que haya sido, Menashé no cayó en la desesperación, sino que continuó orando y pidiéndole compasión a Hashem.
  2. Los arcángeles, actúan basándose en la justicia, vieron que las plegarias de Menashé no tenían derecho a ser escuchadas y mucho menos respondidas. Pero Hashem, haciéndoles caso omiso, practicó una abertura especial para Menashé.
  3. El Trono de Compasión tiene una abertura especial para aquellos que hacen teshuvá de todo corazón, mientras que el Trono de Justicia no tiene ninguna.

En un relato acerca del padre de Menashé, el Rey Jizkiahu, la Guemará nos muestra una magnífica ilustración del principio en la siguiente historia: el Rey Jizkiahu estaba muy enfermo. El profeta Isaías fue a visitarlo y le dijo que tenía los días contados y que estaba siendo castigado debido a que no se había casado y por lo tanto no tenía hijos. El Rey Jizkiahu le respondió: “Deja de profetizar y vete! Aprendí de mis abuelos que incluso si una espada está pendiendo encima del  cuello, no hay que perder la esperanza”. El rey Jizkiahu al final se casó con la hija de Isaías y vivió otros veintidós años.

Teniendo en cuenta lo antedicho, ahora podemos entener el trágico error que cometió Elisha Ben Abuya. Al igual que Menashé, Elisha, que era un gran sabio Mishnaico, había caído y cometido graves transgresiones. No obstante, Rebe Meir  sentía una enorme gratitud por la Torá que le había enseñado Elisha. Un Shabat, Rebe Meir estaba siguiendo a Elisha , que iba cabalgando un caballo, transgrediendo así el Shabat. Elisha, famoso por su apodo Ajer (el Otro), le dijo a Rabí Meir: “Retorna, porque acabo de medir por los pasos del caballo, que el límite de Shabat llega solamente hasta aquí”.

En hebreo, “retorna” es un juego de palabras con “retornar a Hashem”, o sea, arrepentirse.  Es por eso que Rebe Meir le respondió: “Retorna tú también!”.

Y Ajer respondió: “Yo ya oí desde atrás de la cortina celestial: ‘Retornen, oh hijos descarriados… Excepto Ajer”.

El Maharsha explica que Ajer tendría que haber ignorado la voz Celesial. Su teshuvá no habría sido fácil pero si hubiera retornado de todo corazón, deshaciéndose de toda su soberbia y “reduciéndose a mera pulpa”, entonces Hashem sí habría aceptado su arrepentimiento.

Lo mismo se aplica acá, en la plegaria de Neilá. Si bien las ventanas oficiales ya se están cerrando, Hashem acepta hasta el peor pecador en cualquier momento, siempre y cuando este retorne a Hashem de todo corazón, no solamente buscando un alivio de todo el sufrimiento.

Y como si no bastara con eso, aprendemos más acerca de la ilimitada compasión de Hashem a partir de Rabí Yehoshua ben Levi, quien nos enseña que todo el que pronuncia “Amén Iehí Shema Raba” con todas sus fuerzas, inclusive si tiene setenta años de decretos durísimos en su contra, ¡todo eso será anulado!.

No importa lo mal que nos hayamos portado, jamás hay  cabida para la desesperación. Oremos entonces con alegría, pues Hashem ciertamente oirá nuestras plegarias, y además Él nos espera con los brazos abiertos.

Gmar jatimá tová y que tengan todos un maravilloso Nuevo Año!
 
 
 
 

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1. Julia Mackliff

9/21/2018

La abertura secreta

Todos los temas tratados son interesante y aleccionadores.traen paz y comprensión. Muy agradecida.

2. Julia Mackliff

9/21/2018

Todos los temas tratados son interesante y aleccionadores.traen paz y comprensión. Muy agradecida.

3. marcela leon pacheco

9/19/2018

HaShem es misericordia y compasion para todos sus hijos que lo buscan arrepentidos de corazon. EJAD

Que grandioso es saber cuanto HaShem nos ama y nos perdona. BARUH HASHEM AMO Y CREADOR DEL UNIVERSO.

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