Matot – Los Obstáculos Fortalecen

Las tribus de Israel son llamadas en la Torá con dos nombres: shbatim y matot, cuya significancia simple es…

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Rabi Menajem Mendel Schneerson

Posteado en 05.04.21

Las tribus de Israel son llamadas en la Torá con dos nombres: shbatim y matot, cuya significancia simple es

Los obstáculos fortalecen
 
Las tribus de Israel son llamadas en la Torá con dos nombres: SHBATIM y MATOT, cuya significancia simple es: ramas de un árbol. Shebet se refiere a una rama frágil, que aún está unida al árbol, mientras que Maté es un palo fuerte hecho de una rama que ya ha sido cortada. Ambos nombres nos muestran dos situaciones del Pueblo de Israel: el "árbol" del cual han sido extraídas las almas de los judíos, es su Fuente Original, HaShem.

Cuando la relación entre las almas y Di-s está revelada, éstas son llamadas Shbatim, pero cuando esta unión está oculta y desde un punto de vista externo no se ve, los judíos son llamados Matot.
 
Relación limitada
 
En general, la primera situación (shebet) se relaciona con el alma cuando ésta aún no ha descendido a este mundo y no se ha envestido en un cuerpo.

Está allí en un ámbito totalmente espiritual y elevado, apegada totalmente a Di-s, tal como la rama lo está al árbol. Pero después de que el alma desciende a este mundo, dentro de un cuerpo físico, ya no siente su relación intrínseca con la Fuente, es decir, Di-s. Inclusive puede existir un sentimiento de desconexión, ya que el cuerpo y los instintos físicos luchan contra el alma y tratan de obstaculizar su relación con HaShem, pareciéndose a un Maté (palo) que fue cortado del árbol.

Afirmación y fortaleza
 
Analizando lo antedicho notamos que cuando la rama aún está unida al tronco se encuentra débil y blanda, y aparentemente luego de ser cortada adquiere mayor vigor y fortaleza, incomparable a su estado anterior. Y esto es, en realidad, el motivo del descenso del alma a nuestro mundo material, ya que justamente a través del aparente desprendimiento de la Fuente Divina, el alma revela un vigor y una fortaleza colosales llegando a un nivel más elevado aún, ya que los obstáculos y el instinto del mal despiertan al "Maté" del alma, que se empecina en permanecer unida a pesar de todo a HaShem, haciendo que su lazo con Él sea mucho más profundo.

El propósito de la destrucción
 
Todo esto es aplicable también a nuestros días. En la época en que el Beit HaMikdash (Gran Templo sagrado en Jerusalén) estaba en pie, la Santidad iluminaba en forma revelada, reflejando la situación de Shebet. Pero luego de la destrucción, cuando el pueblo judío fue llevado al duro exilio en el que reina una intensa oscuridad, ahora nos parecemos al Maté, teniendo que sacar a la luz todo nuestro potencial interior, para poder enfrentar todos los impedimentos y pruebas de esta época que nos toca vivir. Encontramos una señal de esto en el hecho de que esta Parashá es leída en "las tres semanas de duelo" que se extienden del 17 de TamuzTishá beAv, dejando a la vista el verdadero sentido de la galut (exilio), es decir, ¡lograr que emerja el Maté de nuestra alma, llegando a la revelación completa del Honor de Di-s, con la llegada del Mashíaj! 
 

– Likutei Sijot, tomo 18, pag. 382. De las Enseñanzas del Rebe de Lubavitch –
 
(Gentileza de www.Torá.org.ar)
  
 

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