El Sueño Hecho Realidad

Un hogar rebosante de alegría es un sueño realizable. La Torá nos enseña exactamente qué hacer para que podamos disfrutar de un hogar lleno de amor...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 06.04.21

Un hogar rebosante de alegría es un sueño realizable. La Torá nos enseña exactamente qué hacer para que todos y cada uno de nosotros podamos disfrutar de un hogar lleno de amor y luz.

En el primer capítulo de Samuel I, la Biblia nos habla de Elkana, que luego se convirtió en el padre de Shmuél HaNaví (Samuel el Profeta). Está escrito: “Subía desde su ciudad de año a año”, literalmente, la Escritura describe el ascenso Elkana al Altar Santo en Shiló, donde solía presentar sacrificios al Creador. Figuradamente, Nuestros Sabios nos enseñan que el ascenso de Elkana era, tanto personal como espiritual; no sólo tuvo éxito en todo lo que hizo, sino que gozaba de un carisma especial que atraía a todo el Pueblo de Israel. Después del fallecimiento de Yehushúa )Josué( y los Jueces, el pueblo de Israel atravesaba un descenso espiritual. Elkana, solo, emprendió un programa de largo alcance – iba de pueblo en pueblo estimulando a la gente a retornar a Di-s, y a que lo acompañaran a visitar al Santo Altar en Shiló. Normalmente, iba acompañado de miles de seguidores.
 
¿Cómo logró Elkana tan elevado nivel? Nos relata el Midrash que antes de elevarse a un nivel nacional, lo hizo a un nivel local, y antes de elevarse a un nivel local, lo hizo a uno personal. Antes de elevarse a un nivel personal, se elevó en la manera de tratar a su esposa, en otras palabras, a un nivel conyugal.
 
Jana, la esposa de Elkana, tenía el corazón roto porque fue estéril hasta que concibió a su hijo Shmuel, a una edad avanzada. La Escritura nos dice que Elkana le dice a su esposa: “Jana, ¿Por qué está angustiado tu corazón? ¿No soy yo mejor que diez hijos?"
 
Cada letra de nuestra santa Torá es cierta, tanto externa como absoluta. De manera que, si la Escritura dice que Elkana era mejor para su esposa que la satisfacción de diez hijos, podemos estar seguros de ello.
 
¿Cuál fue el secreto de Elkana? Trabajó sus "Midot" – sus rasgos de personalidad. Se liberó de la ira y la arrogancia. Era compasivo, considerado y sumamente modesto. Trataba de imitar las cualidades del Creador en todos los sentidos. Escuchaba atentamente a los demás. Sin embargo, su primera prioridad era su hogar – su esposa Jana. Antes de hacer actos de benevolencia con los demás, del tipo que adquiría reconocimiento público, era amable, considerado, servicial, y compasivo puerta adentro – con su esposa – en un lugar donde nadie lo veía – sin bandas, ni cenas testimoniales, ni diplomas de honor con marcos de madera de nogal. Cuando Elkana demostró su verdadera integridad en su hogar, el Todopoderoso le otorgó honor y prestigio afuera.
 
El individuo es medido por la manera de tratar su esposa. Si la trata con crueldad, desciende al nivel de un animal, pues ni siquiera los animales son crueles con sus parejas. Pero, para ser llamado un ser humano, la persona debe tratar como tal a su esposa, pues ella es su propia carne, la mitad de su alma. Si la trata con la básica decencia, entonces él es un ser humano de nivel básico. Quien se considere una persona religiosa, debe tratar con respeto a su esposa. Pero si no lo hace, no puede ser religioso, pues toda persona que maltrata a su esposa no sólo carece de fe, sino que es ingrato a Di-s.
 
Si quieres conocer como es la persona en realidad, fíjate como trata a su esposa. Algunas personas son diplomáticos graduados fuera de la casa, con una sonrisa de comercial de pasta dental para sus socios comerciales o desconocidos a quienes desea impresionar. Eso no significa nada. Entonces, si deseas probar a alguien, no necesitas contratar un costoso detective, sino visita la casa de la persona, y observa cómo trata a su mujer.
 
¿Cuál es la razón? La gente haría cualquier cosa para obtener honor y prestigio, pero fuera del ojo de la cámara es donde radica la verdadera prueba – que llamamos “L’Shém Shamáim” – para hacer la voluntad de Di-s, sin esperar ninguna recompensa.
 
Las dos más importantes cosas para la mujer son: Primero: saber que su esposo la ama más que a nadie; y segundo: saber que la aprecia y la respeta. Mientras más amada y respetada se sienta, más recompensado será su esposo con paz en el hogar. El hombre que no sabe cómo poner en ejecución estos dos puntos se compara con un inquilino – en efecto, vive solo. La clave para el "Shalóm Báit" – armonía conyugal, es el amor y el respeto – unilateral al comienzo, pero el resplandor siempre deja el reflejo.
 
Recuerda – nuestra prueba de fe es en nuestro hogar con nuestra esposa. Nuestro verdadero nivel espiritual y prueba de carácter son medidos en el hogar, y no en la sinagoga, ni en público.
 
El Mesías no llego todavía porque no existe suficiente "Shalóm Báit" – armonía conyugal. Mientras más resplandor haya en nuestros hogares, más rápido será reconstruida la máxima casa del esplendor – nuestro Santo Templo, iluminándonos a todos con su Santa Luz. Amén.
 

 

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