Elevando los Miedos

La medicina moderna se basa en el miedo. Nos quieren vender que los médicos pueden curar todas las dolencias y que pueden acabar con todo el dolor y que nosotros estamos en control de nuestra propia s

4 Tiempo de lectura

Rivka Levi

Posteado en 05.04.21

¿Ustedes también sienten que hay como una nube de miedo general flotando en el mundo? Cuando no estamos preocupados por las crisis financieras, estamos preocupados por todos los peces muertos que hay en los océanos. Si no estamos preocupados por impactos de cometas, estamos preocupados por impactos nucleares. Si no estamos por una terrible enfermedad que ya sufrimos, estamos preocupados por la posibilidad de contraer una terrible enfermedad…

¿Para qué Dios creó el miedo? ¿Para qué sirve en realidad?

 

Si abren el Libro de los Atributos, van a ver que hay dos secciones intituladas “Miedo” y “Temor a Dios”, y que hay mucho en común entre ambas. Porque cuando no Le tememos a Dios, Le tenemos miedo a todo lo demás. Y cuando Le tememos a Dios, entonces no hay nada que nos cause temor.

Yo hace muchos años que lucho contra el miedo de distintas maneras. Cada batalla que libro contra mis miedos es absolutamente agotadora, pero yo sé que el trabajo consiste en elevar esa preocupación, ese temor, a Dios y ver que Él se oculta detrás de cada cosa que me pasa en la vida.
 
Hace un tiempo, con todo lo que está pasando en el mundo, empecé a sentirme muy mal, muy pero muy mal. No me refiero a cuando uno se siente un poco débil o siente un poco de malestar – me sentí tan pero tan mal que estaba segura de que estaba gravemente enfermedad, ustedes saben a qué clase de enfermedad me refiero…

Empecé a sentir dolores terribles, una verdadera tortura…  Tenía dolores de cabeza que me partían el cerebro en dos y que no pararon varios días – en fin: mi Mala Inclinación se estaba haciendo un festín… Rabi Najman nos advierte que no nos acerquemos a los médicos, y la verdad es que yo trato por todos los medios de seguir ese consejo. Pero la semana pasada me sentí tan pero tan mal que ya estaba pensando en ir a ver a un médico. Ahí fue cuando se produjo el siguiente diálogo dentro de mi cabeza:

Mala Inclinación: “Las cosas andan mal. Te está pasando algo muy grave. Tienes que actuar en forma responsable e ir a ver a u médico ahora mismo”.

Buena Inclinación: “Todo proviene de Dios. Si Dios quiere que sufra o que me muera (Dios no lo permita!!!!!!!!!), ¿de qué manera el médico va a poder ayudarme?”

M.I: “Ve ahora mismo al médico, antes de que te arrepientas de no haber ido por el resto de tu vida. Este tipo de cosas hay que agarrarlas cuando todavía hay tiempo…”.

B.I: “Dios es el que dirige el mundo. Yo oro todos los días y trato de verlo a Él en todo lo que lo sucede. Esta enfermedad no es un castigo, sino un regalo. Y está ocultando algo muy bueno. Si Dios quisiera que fuera a ver a un médico, me transmitiría ese mensaje en forma muy clara…”.

Y así continué un par de días. Fue una terrible prueba de emuná. Físicamente, fue muy difícil. Espiritualmente, fue lo mejor que me pudo haber pasado. ¿Por qué? Porque me pasé la mayor parte de la semana hablando con Dios sin parar, leyendo mis libros de emuná para que me dieran fuerza y aliento y pidiéndole a Dios que me mostrara qué es lo que quiere que yo cambie.

Para fines de semana, ya tenía claras muchas cosas y había hecho teshuvá (sincero arrepentimiento) y me había esforzado mucho en fortalecer mi emuná. Gracias a Dios, empecé a sentirme muchísimo mejor, en especial cuando logré separar el miedo de mi enfermedad física propiamente dicha.

El miedo de “lo que podía llegar a pasar” era lo que más me estaba haciendo sufrir. Una vez que acepté que Dios puede hacer lo que desee conmigo, empecé a sentirme mucho más calma y más feliz, si bien todavía sentía dolores.

Esta semana, tomé dos decisiones: 1. Que voy a ir a un naturópata a que me chequee. Los naturópatas son médicos holísticos no invasivos que saben que el cuerpo y el alma están conectados entre sí y que no te dicen que los remedios y las intervenciones quirúrgicas son la solución para todos los problemas. Además, los naturópatas tienen una visión muchísimo más sana en términos espirituales de lo que es la enfermedad y la curación. 2. Prácticamente toda la medicina moderna se basa en el miedo. Nos quieren vender que los médicos pueden curar todas las dolencias y que pueden acabar con todo el dolor y que nosotros estamos en control de nuestra propia salud. Dios está completamente fuera de la escena – de lo único que hablan es de lo rápido que hay que “encontrarlo”, cuántas drogas hay que tomar para “superarlo”, qué tan bueno es el cirujano que va a “remendarlo” todo.

Todos tenemos miedos. Todos tenemos miedo de morir y de sufrir (a menos que hayamos pasado años enteros trabajando sobre nuestra emuná). Lo que hace la medicina convencional es enmascarar esos miedos, dándonos pastillas para que nos calmemos. Pero si realmente quieres librarte de todos tus miedos, entonces tienes que elevar ese miedo a Dios y tomar conciencia de que Él se esconde atrás del miedo. No hay otra forma. 

 

Escribe tu opinión!

1. Geanmarco

10/10/2023

El ETERNO té acompañe y tenlo por segura que EL envía sanidad a su pueblo dispuesto a volverse a Él, con todo su corazón, su mente y sus fuerzas!! 🙏🏼🙏🏼🇮🇱❤️ El levanta al caído, restaura al humilde!

2. Xóchitl Elizabeth

8/16/2019

Infinitas gracias a Hashem por ponerlos en nuestras vidas, son una bendición enorme.

3. María

7/16/2017

Gracias!

Excelente artículo! Muchas gracias por compartirlo.

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario