Alas para el estudio

A pesar de todos los problemas que nos rodean, todavía tenemos muchos motivos para sentirnos felices y optimistas.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.04.21

A pesar de todos los problemas que nos rodean, todavía tenemos muchos motivos para sentirnos felices y optimistas. La emuná se está difundiendo por todo el mundo. El rey de Etiopía come matzá hecha de maíz. Otra cosa nueva que hay en el mundo es que un grupo de árabes musulmanes en WhatsApp están estudiando En el Jardín de la Fe. Uno le dijo al otro: “¿No tienes miedo de que te maten por estudiar un libro escrito por un judío?”.

 

A lo que el otro musulmán le respondió: “Si tuvieras emuná, no tendrías miedo”.

 

A pesar de todos los problemas que hay en el mundo, el mundo aún es bello. La gente está aprendiendo emuná.

 

La gente me pregunta cómo se hace para estudiar Torá y yo les digo que estudien el discurso 76 de las Conversaciones de Rabí Najman de Breslev. Rabí Najman estudió todo el Código de Leyes Judías a fondo tres veces. Esto no significa que lo estudió solamente tres veces, sino que lo sabía en su totalidad de tres maneras diferentes:

1. El significado simple con las fuentes de la Torá

 

2. el significado más profundo con todas las fuentes de la Guemará.

 

3. todo el significado de acuerdo con la dimensión interna o esotérica.

 

Rabí Najman estudiaba rápido, como si tuviera alas. De esa manera lograba abarcar una enorme cantidad de conocimientos. Además estudiaba tanto de día como de noche; no ha de sorprendernos entonces que haya logrado tanto para cuando se fue de este mundo físico a la temprana edad de 38 años.

 

 

Rabí Itzjak Kaduri se pasaba todo el día estudiando Guemará. Solamente estudiaba Kabala muy tarde de noche.

 

Rabí Levi Itzjak Bender dijo que Rabí Najman vivió una larga vida. ¿Cómo es posible que haya dicho algo así? El Rebe tenía 38 años cuando falleció. La respuesta es que incluso el aire que respiraba era Torá.

 

El Rebe aprendía muy rápido. El Shulján Aruj era su eje. De hecho, el Rebe nos dijo que estudiemos el Shulján Aruj todos los días, porque si no, ese día no alcanzamos nuestro tikún – rectificación.

 

El estudio de bekiut (en amplitud) debería ser rápido, para que uno pueda alcanzar una visión general de la Torá con la capacidad de aprender mucho y repasar una y otra vez. No tiene sentido lo que hace mucha gente, que se pasan el día estudiando tres renglones de Guemará. La Torá se tiene que estudiar con agilidad, cubriendo mucho material a fin de poder estudiar toda la Guemará y el Shulján Aruj en amplitud.

 

La gente comete el error de pensar que la intención de Rabí Najman era primero leer la Guemará, entendiéndola o no. No es verdad. Rabenu quería que entendiéramos lo que estudiamos, pero no quería que nos atrancáramos si no entendíamos alguna palabra. ¡Hay que seguir estudiando y avanzar! A medida que uno va avanzando, Hashem lo ayuda a entender y la Guemará se va a ir aclarando. Por supuesto que el estudio a fondo es fundamental, pero debería limitarse a una hora por día.

 

Nuestra tarea consiste en aprender la mayor cantidad de Torá posible y saber cómo vivir la vida. Es por eso que el Rebe quería que aprendamos todo el Shulján Aruj con los principales comentarios, toda la Guemará, todo el Tanaj y también el Zohar y los Midrashim.

 

Recordemos que el Rebe no contaba con las herramientas con que contamos hoy en día. Hoy en día no hay excusas para no saber Guemará. Hay clases de toda la Guemará en CDs, Artscroll, Schotenstein, lo que se les ocurra…

 

El cerebro es un músculo. Rabenu quería que lo mantengamos activo y fuerte, igual que un atleta se pasa todo el día ejercitando sus músculos en el gimnasio. Por eso, si no entienden la primera vez, entonces van a entender la segunda o la tercera, pero al final van a entender.

 

En el discurso 76 de Rabenu aprendemos a no descorazonarnos, a no desesperarnos, a no confundirnos. No importa lo que pase, avanzamos con nuestros estudios, y aprendemos todo lo que podemos. Pero eso no es suficiente. También tenemos que invetir una hora diaria en plegaria personal, hacer teshuvá y usar 30 minutos al día para rectificar el rasgo de carácter sobre el cual estamos trabajando. Y no se olviden de recitar Salmos todos los días!

 

Con todo esto en mente, ¿a quién le queda tiempo para otras cosas?

 

 

 

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