¡Con Mucha Más Razón!

Si los ángeles usan el poder de deducción y de inferencia para cumplir con la voluntad de HaShem, entonces ¿qué podemos decir nosotros?

4 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 08.11.21

Enseña la Guemará (tratado Julín 60ª) que cuando HaShem dijo: “árboles frutales que den frutos de su propia especie”, las hierbas razonaron que si HaShem quería que las especies se mezclaran, entonces ¿por qué Él dijo que cada uno diera frutos “de su propia especie”? Los árboles son grandes y tienen muchas ramas muy amplias, por lo que cada árbol ocupa mucho ma´s especio que una hierba individual. Entonces, si los árboles viven relativamente separados los unos de los otros, y HaShem mandó que cada uno fuera “de su propia especie”, entonces nosotras, las hierbas que crecemos cerca las unas de las otras, ciertamente deberíamos  cuidarnos de evitar mezclarnos con las otras especies, si bien no se nos ordenó en forma explícita que lo hiciéramos. En otras palabras, si actuamos de cierta manera en una situación de menos importancia, entonces sin lugar a dudas debemos actuar por lo menos de esa misma forma en una situación más grave. En hebreo, esta forma de razonamiento se denomina kal va-jomer, y es el primero de los Trece Atributos de Elucidación de la Torá.

Cada año, cuando repaso el análisis de Rabí Najman sobre el pasaje que citamos de la Torá (porque Rabí Najman recomienda repasar el comentario de Rashi todo el año), advierto que Rashi menciona la historia citada de la Guemará. Y yo me pregunto: ¿qué significa que las hierbas “razonaron” de manera “kal va-jomer” (“con mucha más razón”), deduciendo ellas mismas a partir de una situación más simple a una situación más grave? Las hierbas dedujeron que si los árboles hacen algo, entonces ellas, las hierbas, ciertamente deberían hacer lo mismo. ¿Acaso el reino vegetal tiene poder de raciocinio? Es evidente que nuestros Sabios querían enseñarnos algún secreto…

Me puse a investigar y en el libro Deguel Majané Efraim, de Rabí Efraim de Sidelkov (el tío materno de Rabí Najman de Breslev), se cita un Midrash (Bereshit Rabá 10:7) que dice así: “No hay ni una sola brizna de pasto aquí abajo que no tenga su propio ángel ministerial Arriba que le dé golpecitos en la cabeza y le diga: ¡Crece!”. En otras palabras, cada brizna de pasto del mundo material tiene una raíz espiritual en el mundo espiritual, que es la que le da vida. Y tal como sucede con todo en la Creación, el reino superior actúa sobre el inferior y ejerce su influencia sobre él. A partir de la astrología sabemos que las estrellas tienen influencia sobre nosotros y sobre nuestro mundo. El ámbito de los ángeles influencia el ámbito de las estrellas y todos estos reinos, desde el más alto hasta el más bajo, están bajo la influencia de HaShem, Quien es la fuente vital y la raíz de todo.

A partir de lo dicho podemos comprender que no fuero las hierbas botánicas las que razonaron, sino su fuente espiritual. Y como tal, cada variedad creció según su propia simiente y no como híbridos, mezclándose los unos con los otros.

El análisis citado debería estimular nuestro pensamiento. Si los ángeles usan poderes de razonamiento  -inferencia, inducción y deducción-  al tratar de cumplir con la voluntad de HaShem, entonces nosotros deberíamos hacer lo mismo! Es de enorme importancia que comprendamos que tenemos que ser nosotros mismos! Porque, tal como explicamos en detalle en el libro El Jardín de la Sabiduría (de próxima aparición en español), cada persona tiene su sendero designado y su propia función que cumplir en la vida. No hay dos personas que sean idénticas. Cada familia tiene su propio carácter con sus propias necesidades individuales. Lo que es bueno para una persona o una familia puede no ser bueno para otro u otra. Es por eso que tenemos que aprender a ser humildes y a respetar a los demás.

Volvamos al tema del razonamiento. Si Moisés, que sabía toda la Torá y habló con HaShem cara a cara, era extremadamente humilde, entonces ¿cómo yo, que soy una persona común y corriente, puedo darme el lujo de ser arrogante? Si un gran tzadik (justo, santo) se cuida de lo que mira, si bien tiene una mente muchísimo más pura y santa que la mía, entonces cuánto más debería yo hacer el esfuerzo de cuidarme de lo que miro? ¡Yo tendría que pasarme todo el día rezando y pidiéndole a HaShem que me ayude a no impurificar mis ojos y mi mente! Si el erudito de Torá, que sabe mucho más que yo, valora cada minuto del día, entonces cuánto más yo, que tengo mucho más por aprender, debería valorar y aprovechar al máximo el tiempo que tengo a mi disposición, sin permitirme perder el tiempo?

Si el hombre de negocios experimentado me advierte que invertir en una cierta empresa es algo riesgoso, entonces es obvio que yo me tengo que alejar de todo ese tipo de especulaciones. Lo mismo ocurre con cada cosa en la vida. Debemos siempre aprender de aquellos que saben más que nosotros. Y con humildad, también podemos aprender de los niveles más bajos de la Creación, incluso de los animales.  El profeta Isaías nos dice que el buey el burro aprecian la bondad de su amo, entonces ¿acaso nosotros, los seres humanos, no deberíamos apreciar el millón de bendiciones que nos prodiga HaShem cada día? Ese es el poder de razonar utilizando el parámetro de “con mucha más razón…”. Y así es como tenemos que encarar cada cosa en el mundo.
 

Escribe tu opinión!

1. Nancy

1/17/2020

Humildad HaShem hace todo para bien nuestro y eso es TODO…

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Comentarios cerrados.