El Poder de un Suspiro

 Rabi Najman de Breslev dice que el suspiro es algo tan poderoso  que es capaz de revivir el alma de la persona, dándole un rúaj, un espíritu, nuevo y lleno de energía.

¿De dónde obtiene su fuerza el Ietzer Hara, la Mala Inclinación? De los pecados. Cada persona les da de comer a sus propios “perros”. Cada pecado nutre el Sitra Ajra, el lado oscuro, que después vuelve a morderlo. Cuando usamos este mundo para servir a Hashem, estamos elevando el mundo. Pero con los pecados, estamos creando nuestra propia Mala Inclinación con nuestras propias manos. ¿Cómo podemos esquivarlos?

El anhelo se expresa a través del suspiro. Es por eso que Hashem hizo este mundo, para que anheláramos estar cerca de Él. Esta clase de suspiro acaba con las klipot, las fuerzas espirituales negativas.Queremos estar cerca de Hashem. ¿Qué tenemos que hacer para amar a Hashem? Con emuná. Tomamos este mundo y lo utilizamos para despertar nuestro amor por Hashem. Eso es lo que todos queremos verdaderamente. . Pero la mayoría de nosotros jamás lo logra. Nuestros patriarcas sí lo lograron, y lo mismo podemos decir del Baal Shem Tov y de Rabí Najman. Entonces ¿por qué a nosotros nos cuesta tanto? Tenemos que sacar el foco un poco del cuerpo y ponerlo más en el alma, y empezar a vivir para Hashem. Cuando hagamos todo esto, vamos a estar frente a una batalla, porque las klipot se nos van a enfrentar y nos van a querer arrojar a un horno ardiente.

De repente, la persona se deprime. Lo que tiene que hacer es luchar. “No quiero estar deprimido. Tengo una kipa en la cabeza, eso ya es suficiente. Además trato de cuidar Shabat”. Date aliento a ti mismo con todas las cosas buenas que tienes y que haces.

Eso es lo que Hashem quiere de nosotros. La depresión es algo que ha caído y tenemos que mejorarlo. “Baruj Hashem sufro de depresión, y voy a esforzarme por acabar con ella. Aunque estoy deprimido, no obstante hago también muchas cosas buenas”. Si ves que estás yendo tras placeres físicos, entonces puedes decir algo así como “Baruj Hashem, gracias a Dios que pronuncié una bendición por el pastel de chocolate!”. Así es la vida. Nos hacen bajar a las cañerías para arreglarlas. Pero es todo Divinidad. Allá Arriba están las letras del Nombre de Hashem, y aquí abajo… ¡también están las cuatro letras del Nombre de Hashem! Solamente que no podemos verlas…

Todo aquello que vivenciamos, y en especial las cosas que más nos cuestan, son todas Elokut, Divinidad. Te pasa algo que te molesta. ¿Por qué pasó? Porque Hashem te mostró que tienes un mal rasgo de carácter, y que tienes que elevarlo. Así como nuestro pueblo descendió a Egipto y luego volvió a subir. Es todo Elokut. Tenemos que tener siempre presente que Hashem está detrás de todo lo que sucede.

El Rebe nos enseña cómo mantenernos a flote.

Hashem nos hace bajar a las cañerías de este mundo. Tenemos que comer, dormir, ganar dinero, y manejarnos con la gente. Y todo esto para poder elevar y rectificar lo que haga falta. Hashem se encuentra detrás de todo. Detrás de cada persona que conocemos y detrás de todo lo que nos sucede. Tdoo está perfectamente planeado y medido. Todo el mundo está lleno de Su Gloria, literalmente hablando. Cada prueba que se nos presenta es Elokut, Divinidad. Pero todos pensamos que eso no se aplica en nuestro caso, que nosotros somos el caso perdido. No es verdad. Nuestra tarea consiste en llevar todo de vuelta a Hashem. Estén muy seguros de que vinieron acá a hacer algo, y que no es algo tan difícil de lograr. No hace falta ser un genio para lograr grandes cosas.

Enfrentar problemas y obstáculos no es señal de que no estamos sirviendo a Hashem, o que Hashem no nos quiere. Es señal de que estamos luchando contra el Ietzer Hara, la Mala Inclinación, y que ella está luchando en contra de nosotros.

Debemos recordar que estamos luchando por  Hashem. Eso es un gran honor. Los soldados del ejército de Hashem marchan felices rumbo a la batalla. “¡Yo lucho en el ejército del Rey!”.

Es una batalla. Y es nuestra vida. Esto es Breslev. Plegaria, hitbodedut. Lo que el Rebe queire de nosotros es que sirvamos realmente a Hashem y luchar contra el Ietzer Hara es servir a Hashem. Por eso, suspiren, respiren profundamente y ¡sigan con la batalla!