Shiviti

Hoy les voy a enseñar una palabra muy importante en el idioma hebreo: shiviti.

¿Qué significa?

Cuando recitamos el Tikún Haklalí, los Diez Salmos que designó Rabí Najman para leer a diario a modo de remedio general, el primer Salmo incluye las palabras inmortales:

He puesto (shiviti) a Dios ante mí siempre (Salmo 16:8)

Shiviti significa literalmente “he puesto”, pero cuando alguien la menciona, está haciendo referencia a toda la frase.

En muchas sinagogas aparece esta frase en la puerta de entrada. En otras, aparece justo encima del Arca Sagrada que contiene la Torá.

¿Cómo podemos hacer para poner a Hashem siempre delante de nosotros? Veamos:

Negocios: cada vez que empieces a pensar en los negocios, piensa en Hashem. Cada vez que te veas tentado a ir más allá de la necesidad básica de avanzar en tu negocio, tu trabajo, tu sustento, etc, perdiendo momentos de estudio de la Torá, de pasar tiempo con tu pareja, con tus hijos, recuerda Quién es el único Proveedor.

Placer físico: cada vez que ves algo lujurioso y tus pensamientos se transforman en una película para adultos, recuerda Quién monitorea cada uno de tus pensamientos. Imagínate cómo te sentirías si miraras esa película junto a tu abuela o a tu rabino. Cuando pensamos en estas cosas, eso es exactamente lo que sucede: Hashem está “mirando” el espectáculo junto con nosotros. De nosotros depende recordar esto y hacer todo lo posible por alejar el veneno.

CONSEJO: trata de pasar los fines de semana sin conectarte a internet y lejos de la pantalla. Ve de paseo, cocina un plato favorito, reúnete con tus amistades, ve a visitar algún museo o algún parque, escucha algún shiur de Torá, lee un libro, etc…  Si haces planes de antemano no te vas a aburrir. Si apagas las noticias el jueves y no las vuelves a encender hasta el lunes, no vas a poder creer lo poco que te perdiste…

Problemas: cada vez que alguien logra hacerte daño, la verdadera respuesta es pensar más allá de esa persona. No te enojes. Ni siquiera mires en dirección a esa persona. Recuerda que tiene puesta una correa alrededor del cuello y que hay una Mano sujetando esa correa.

No es fácil. Cuando estás en conflicto con alguien durante semanas o incluso meses. Luchar contra el impulso a enojarte o vengarte puede ser tan difícil como pensar contra los pensamientos lujuriosos. Es una batalla que libras a cada momento y que dura lo que parecería una eternidad. La única forma de triunfar es acudiendo directamente a Hashem, colocándolo ante ti.

CONSEJO: en momentos como estos, pregúntale a Él por qué está haciendo esto y qué es lo que quiere de ti.

Progreso: cuando damos el próximo paso en algo, nuestro instinto nos dice que consultemos a un amigo a un ser querido. Consultamos con profesionales, con colegas, con líderes. Entramos a internet y les preguntamos a perfectos desconocidos que nos han convencido de que son expertos en el tema.

¿Con qué frecuencia consultamos a Hashem?

Información: esta es sin lugar a duda la mayor prueba de nuestra época. La persona promedio hoy en día tiene en su cabeza tanta información acerca del mundo como el agente de la CIA de hace treinta años. Cualquier tipo de información personal, profesional, política, aparece en internet y se refresca a cada minuto. Para obtener información ya no hace falta preguntarle a nadie. Nos llega directamente a nosotros.

La pregunta es: ¿esa es la información correcta? ¿Las intenciones son puras o hay motivaciones siniestras? Se suele decir que cuando el producto es gratis, tú eres el producto.

La información que proviene de Hashem es la mejor que existe. Y nos la da nuestro Padre para nuestro beneficio. Solamente tenemos que pedírsela.

Hashem nos envía bendiciones en todo momento y en todo tipo de formas, incluso problemas, para que podamos ahondar y revelar el significado verdadero de las palabras que leemos.