El Precio de un Chupetín

La mayoría de la gente es como un nenito que sostiene un fajo de billetes y está dispuesto a cambiar todo ese dinero por un simple chupetín…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

El santo kabalista Rabino Itzjak Kaduri de bendita memoria describió la forma en que la Mala Inclinación trata de impedir que la persona alcance la santidad personal, diciendo que la Mala Inclinación le da a la persona una pequeña ganancia a fin de que sufre una gran pérdida. El Rabino Kaduri dijo que la mayoría de la gente es como un nenito que sostiene en su manito un fajo de billetes de cien dólares y está dispuesto a cambiar todo ese fajo de dinero por un simple chupetín.

De la misma manera, la vasta mayoría de la gente en la sociedad moderna no se da cuenta de que está regalando su más preciada posesión -su santidad personal- a cambio de unos cuantos placeres baratos y momentáneos. Nuestra santidad personal es ese fajo de cientos de dólares y la mala inclinación es ese hombre malvado con cara de bueno que le da al niño un chupetín a cambio del dinero. El chupetín son los bajos deseos, que aparentemente son muy dulces pero que finalmente son terriblemente perjudiciales.

La Torá y los preceptos son solamente como monedas cuando uno todavía no hizo nada por mejorar su santidad personal. Pero para la persona que cuida su santidad personal, la Torá y los preceptos son de un valor incalculable! Enseña el Rabino Yaakov Abujatzira que la Torá y los preceptos prácticamente no valen nada cuando están en manos de una persona que no cuida su santidad personal.

La mala inclinación deja que uno sea muy estricto en el cumplimiento de los preceptos, para que se sienta bien consigo mismo, pero en el área de la santidad personal, la mala inclinación es un profesor en anestesiología que somete a la persona a un profundo letargo espiritual en el que pierde toda su capacidad de percepción a la santidad personal. Esa persona puede andar con los ojos abiertos en medio de una multitud mirando a todas las mujeres que pasan al lado, seguro de que no está haciendo nada malo.

Cuando la persona no se da cuenta de que la santidad personal es su principal rectificación espiritual en este mundo, entonces la mala inclinación no le presenta desafíos en otras áreas. Ella no tiene ningún problema en dejar que la persona se pase todo el día estudiando Torá y realizando todos los preceptos que quiera, y hasta va a dejar que tenga éxito en todo y que llegue a ser uno de los baluartes de su comunidad, siempre y cuando continúe desatendiendo su principal misión en la vida, que es dominar sus bajos deseos y cuidar su santidad personal…

La Torá y los preceptos asumen su verdadero valor recién después de que uno empieza a luchar por el recato y la santidad personal. Porque sin santidad personal, la Torá y los preceptos son forraje para la sitra ajra, o sea, el Otro Lado, el costado espiritual oscuro de la Maldad, Dios no lo permita.

La raíz de todos los pecados es la lujuria, que controla por completo el corazón y la mente del hombre. Los ojos son el portal de la mente y el corazón, y todo el tiempo que uno no se cuida en cuidarlos y no mirar donde no debe, su mente continúa contaminándose con imágenes de mujeres, agregando aún más combustible al fuego de la lujuria.

Pero cuando uno cuida sus ojos, el sendero a la santidad personal se vuelve mucho más fácil. Liberado de imágenes prohibidas, el corazón es ahora libre de anhelar a HaShem y de desear la santidad. Esa persona disfruta del estudio de la Torá y alcanza el arrepentimiento y la santidad personal.

Muchas veces la gente me pregunta qué es la cosa por la que uno debe rezar con más sentimiento – yo les digo que recen antes que nada para que puedan cuidar los ojos. Porque si uno transgrede a diario los Diez Mandamientos, lo primero que tiene que hacer es pedirle a HaShem que lo ayude a dejar de pisotear su judaísmo y su emuná, o sea, que lo ayude a cuidar sus ojos.

A continuación una lista parcial de las pérdidas en que incurre la persona que no cuida sus ojos:

•La dicha en la vida – donde no hay alegría, uno cae presa de las emociones negativas.

•La santidad – sin ella, uno tiene pocos deseos de orar.

•La conexión con HaShem – uno se queda sin abundancia espiritual y material

•Sabiduría – la lujuria destruye el buen juicio

•Memoria – las imágenes prohibidas dominan la memoria

•Torá – uno no puede merecer la verdad de la Torá si no cuida sus ojos

•Los solteros que no cuidan sus ojos corren peligro de perder a su futura pareja

•Los que no cuidan sus ojos son mucho más propensos a derramar su semen en vano y entonces pierden a sus hijos o tienen hijos con graves problemas de conducta.

•El sustento sufre enormemente.

•Y lo peor de todo es que la mente y el corazón de la persona se llenan de imágenes prohibidas que la privan de la paz interior que tanto anhela tener.

¿Les parece que vale la pena? ¿Todavía siguen pensando que esto de “cuidar los ojos” es solamente para mojigatos?
No vendan la buena vida por el precio de un chupetín…
 

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1. Bracha

3/28/2017

Ciertisimo

Totalmente cierto, gracias Rabino Arush!

2. Anónimo

3/28/2017

Totalmente cierto, gracias Rabino Arush!

3. Pablo

1/26/2014

completamente de acuerdo coincido con tus palabras.muy buen articulo del rav Arush

Gracias por tu respuesta

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