Gratitud en cada ocasión

Estoy escribiendo esto bajo presión. Acabo de recibir un email informándonos que este mes necesitamos preparar más artículos que de costumbre...

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Yehudit Channen

Posteado en 04.04.21

Estoy escribiendo esto bajo presión. Acabo de recibir un email de nuestro estimado jefe de edición, el Rabino Lazer Brody, informándonos que este mes necesitamos preparar más artículos que de costumbre, por las fiestas.

 

Esto no me sentó nada bien porque si algo que no soporto es trabajar a presión.

 

Pero dado que tengo un Masters en Emuná, aquí estoy sentada frente a la computadora a pesar de la distracción de mi hija y su recién nacido que están descansando en mi sofá, y de la enorme montaña de ropa para lavar, y del hecho de que hoy espero visitas para el almuerzo. Tengo emuná en que mi hija se va a arreglar y que este artículo va a ser buenísimo. Así que mejor que les guste!!

 

¿Y cómo es posible que me sienta tan calma y tan contenta? Porque empecé el día leyendo Las Puertas de la Gratitud! Va de maravillas con una taza de café capuccino!

 

Pero calma y contenta no es como me sentí este pasado Shabat a la mañana. Si bien acabábamos de festejar el shalom zajor y tuvimos muchísimos invitados, me sentí muy frustrada. ¿Cómo era posible que me faltara gratitud en una ocasión tan feliz?

 

Aquí es cuando tengo que reconocer la increíble tenacidad y devoción de mi Mala Inclinación. Esta suprema entidad podría servir de inspiración para personas como yo que tienen tendencia a dejar de funcionar cuando el día parece ser demasiado largo y las tareas, demasiado pesadas. Mi Mala Inclinación es como un adicto al trabajo que jamás se tira a tomar sol en la playa o pierde tiempo navegando en internet. Todo el tiempo produce, produce. No. Ella me señala con el dedo y me dice: “¡Qué difícil es todo – qué imposible! ¿Cómo haces para soportarlo?

 

“Y el regalo de este nieto?”, argumento yo. Mi Mala Inclinación bosteza. “Guau… ¿Y qué me dices de la pila de platos sucios y pegajosos en la pileta?”.

 

Inmediatamente reservo un vuelo directo desde Las Puertas de la Gratitud a La Ciudad de la Autocompasión. Y la música de fondo, cortesía de mi Mala Inclinación, es un cacareo insoportable que me tira abajo sin problemas.

 

Acabo de resucitar por milésima vez. ¡Porque yo tampoco nunca dejo de trabajar! Solamente necesito más tazas de café.

 

En la página 110 de Las puertas de la gratitud, dice que hay dos obstáculos principales para superar los problemas. El primero es no creer que podemos dominar el estrés de la vida y el segundo es que pretendemos vivir en paz.

 

He aprendido que el camino al resentimiento está lleno de tontas expectativas. Y crecí mirando televisión. Incorporé la creencia básica de que si no la paso maravilloso es porque algo anda mal.

 

Y si no tengo alguien cerca a quien echarle la culpa, entonces debe ser culpa mía. O Dios tiene la culpa. Bueno, todos saben que Dios es perfecto y solamente un perfecto idiota Le va a echar la culpa al Todopoderoso. Entonces si mi marido es inocente, quedo yo. Y entonces empieza la autopersecución, que lleva a un lugar en el que nadie quiere estar. Excepto la Mala Inclinación, que está celebrando una comida de triunfo, pero me deja la cuenta para que la pague yo.

 

I quiero, puedo sentarme al a mesa con ella, pero prefiero no hacerlo.

 

Yo me voy a casa al caos y al ruido.

 

A calor y las bebidas derramadas y el lío y las alegrías.

 

Pero ahora voy a ser feliz y a dar las gracias.

 

Voy a ser fuerte.

 

Tengo lo que necesito y lo tuve siempre!

 

Las compras, las tortas, los berrinches, las lágrimas.

 

Las preocupaciones, las dudas, los nervios, los miedos.

 

Las risas, los gritos, la jalá que se quemó.

 

Y todo el tiempo, oh las lecciones que he aprendido!

 

¿Cómo puedo lamentarme cuando tengo lo mejor?

 

La emuná que me falta es exactamente la prueba!

 

Así que abre los ojos y ve solamente lo bueno.

 

Podemos elegir dar las gracias si solamente queremos!

 

 

 

 

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1. Jennifer Rivera Tello

10/24/2017

Quisiera dar las gracias por que uds. me están enseñando cada día sobre la emunah, me siento bendecida por tener la oportunidad de poder verlos con Rab.yonatan, tengo 43 años y estoy bautizada en la iglesia católica, pero mi corazón está con uds. tengo una enfermedad que no tiene cura pero le doy gracias a hashem por darme esta enfermedad porque me ha enseñado muchas cosas, si este sufrimiento es para pagar mis tribulaciones seguiré adelante…nada tiene valor en esta vida si no tienes emunah que es el regalo más grande que dios me pudo entregar…y todo lo que dice Rab. Yonatan es lo que me llega al corazón y estoy de acuerdo con todo lo que enseña, nuestra vida es la bendición de nuestro creador y siempre dar las gracias por todo por lo bueno y lo malo porque nos enseña a no cometer los mismos errores… Muchas gracias y bendiciones para todos uds. por estar en mi casa y en mi ser…soy de Arica chile Sudamérica.

2. Raizy

10/23/2017

Bonito

Muchas gracias por compartir tan importante articulo. 🙂

3. Raizy

10/23/2017

Muchas gracias por compartir tan importante articulo. 🙂

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