Hashem está orgulloso de ti

El hombre designado es un símbolo de cada judío. Si el pueblo judío se parece a un cuerpo, entonces cada judío individual es un órgano vital de este cuerpo

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 26.04.20

"En la mano de un hombre designado para el desierto" (Vayikra 16:21).

 

La tarea de este "hombre designado" es sumamente importante, ya que consiste en conducir al chivo expiatorio al desierto. Toda la expiación del pueblo de Israel depende de que el "hombre designado" haga su tarea correctamente. Sin embargo, el hombre designado es un héroe no reconocido, un judío simple y no necesariamente un Cohen. No hay ningún registro en ningún texto judío histórico o sagrado de un chivo expiatorio que se haya escapado del hombre designado, o de un hombre designado que no haga su tarea correctamente.

 

El hombre designado es un símbolo de cada judío. Si el pueblo judío se parece a un cuerpo, entonces cada judío individual es un órgano vital de este cuerpo. El pueblo judío también se compara con un rollo de Torá. Si bien un rollo de Torá contiene varios cientos de miles de letras, una sola letra faltante, incorrecta o ilegible hace que todo el rollo de Torá sea inadecuado. De la misma manera, cuando alguien encuentra fallas en un judío, está manchando la imagen de todo el pueblo judío.

 

La Torá establece que debemos amar a cada judío como nos amamos a nosotros mismos. Tal vez te preguntes: ¿cómo puede un simple zapatero o un simple plomero ser tan importante como un gran tzadik o Rosh Yeshiva? Muy simple: el Rosh Yeshiva tiene prohibido estudiar Torá si en la habitación hay olor desagradable; por lo tanto, si en su casa hay un tubo obstruido, no podrá abrir su Talmud sin los servicios de un buen plomero. ¡Y sin el zapatero, el Rosh Yeshiva va a estar descalzo!

 

El "hombre designado" se traduce literalmente del hebreo bíblico como el "hombre oportuno" – ish ití. Esta es una alusión de la Torá a que cada judío no solo tiene su tarea especial, sino que donde sea que Hashem lo ponga, es la persona adecuada en el momento correcto.

 

Nuestros sabios enseñan (Kidushin 40b) que el accionar de un solo judío pueden hacer o deshacer el mundo entero. Por ende, cada judío es un “individuo designado”.

 

El Rabí Najman de Breslev enfatiza (Likutei Moharan I: 17) que Hashem se enorgullece mucho de cada judío. Al seguir el ejemplo de Hashem y buscar el bien en cada judío, estamos consolidando el amor fraternal y nos libramos de las luchas internas que llevaron a la destrucción de nuestro Templo Sagrado, que se reconstruya pronto y en nuestros días, amén.

 

 

 

 

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