No te eches la culpa

El médico me dijo que íbamos que tener que llevar a Natan al hospital a chequear si tenía sepsis. Yo me quedé sin habla...

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Rajeli Reckles

Posteado en 04.04.21

Querida Rajeli:

 

Hace poco nos mudamos a otra ciudad y me siento remal. Pensé que quería vivir una cierta forma de vida pero ahora me doy cuenta de que antes estaba lo más bien. Habíamos vivido en el mismo lugar veinte años y la casa era muy pequeña y estaba destrozada, y me quejaba un montón. Pero ahora me doy cuenta de que en realidad las cosas no estaban tan mal como yo pensaba y me parece que hemos cometido un tremendo error. ¡No sé qué hacer!

 

Elena

 

Querida Elena:

 

BASTA! NO DIGAS MÁS NADA! Te voy a responder con un ejemplo personal.

Hace tres años tuve a mi quinto hijo, Natan. Para esa altura yo ya me consideraba una experta en maternidad. Pero cuando él tenía solamente 19 días de vida, de repente empezó a llorar inconsolablemente una noche. Le di de mamar, se calmó unos pocos minutos y otra vez se puso a llorar.

 

Entonces se puso a estirar las piernitas como si quisiera ir de cuerpo. Yo pensé que tal vez estaba constipado pero no tenía sentido, porque lo estaba amamantando. Toda la noche seguimos igual y a la mañana yo ya estaba que me caía. No tenía más fuerzas y él no dejaba de llorar.

 

Lo llevamos al médico, que inmediatamente le tomó la temperatura y me dijo que tenía fiebre. Gracias a Dios, yo tenía Tylenol en el bolso así que se lo di inmediatamente. Pero ahí es cuando las cosas se complican…

 

El médico me dijo que íbamos que tener que llevar a Natan al hospital a chequear si tenía sepsis. Yo me quedé sin habla. ¿Por qué habría de tener sepsis? El médico dijo que ese es el protocolo, porque quieren estar seguros de que la fiebre alta no es señal de infección.

 

Ahora bien: el chequeo de sepsis es un suplicio para el bebé. Le extraen sangre y le extraen orina directamente desde la vejiga y líquido espinal de la espalda. Es una pesadilla. Qué bueno que por lo menos se me ocurrió decirle al médico que no le daba permiso para pincharlo hasta que no hubieran anestesiado el área con lidocaína.

 

Pasamos dos noches en el hospital. Después de la primera noche, yo misma ya me sentía mal y me di cuenta de que lo que él tenía un virus muy fuerte. Pero los doctores no me quisieron dar el alta hasta que no tuvieran los resultados de los análisis. Tuve que sufrir en silencio, atendiendo a mi bebé cuando yo misma estaba terriblemente enferma con fiebre y dolor corporal, internada con mi bebé en un hospital que más que hospital parecía un refugio antibombas de la Segunda Guerra Mundial, escuchando llorar al bebé que estaba internado en la sala junto a nosotros.

 

Todo esto fue un trauma para mí pero hubo dos cosas que me dolieron especialmente. Primero: ¿por qué no le di Tylenol al bebé si vi que no había otra solución? Ni siquiera se me había ocurrido, tal vez porque estaba tan cansada y no estaba en un estado anímico bueno. No sé. Segundo: ¿por qué no traté de averiguar si un análisis de sepsis es realmente necesario? ¿Por qué no chequeé cómo es que los bebés contraen sepsis? ¿Es así de común que cada bebé de menos de un mes que tiene fiebre necesite ir al hospital para sufrir una tortura con las agujas y las intravenosas llenas de antibióticos innecesarios?

 

Pero en ese momento no pensé en todas estas cosas. Hice lo que me dijeron, si bien yo soy bastante escéptica por lo general de todo tratamiento médico convencional. Y durante muchísimo tiempo me sentí culpable.

 

Por supuesto que siempre puedo echarle la culpa a mi marido de todo lo que pasó. Él podría haber preguntado si era realmente necesario ir al hospital. Él podría haberme dicho en medio de la noche que le diera un supositorio al bebé. Pero todas las recriminaciones no iban a cambiar lo que había sucedido. En realidad, ahora pienso que sí, que hubiera sido muy divertido, porque echarle la culpa a él de cada cosa que pasa es uno de los más grandes placeres que tengo en la vida.

 

Elena: ¿entiendes a lo que apunto? Hashem dispuso las cosas de tal manera porque así es como tenía que ser. Él quería que Natan pasara por todo lo que pasó y para eso tenía que bloquearme de ciertos pensamientos. ¿Por qué? Solamente Hashem sabe por qué.

 

Es algo normal mirar hacia atrás y preguntarnos por qué hicimos lo que hicimos. Pero tenemos que saber que existe un solo motivo para todo: Hashem quería que tomáramos estas decisiones para nuestra propia corrección personal.

 

Y te voy a revelar un GRAN secreto: Hashem controla nuestro cerebro. Él pone pensamientos y saca pensamientos del cerebro, de acuerdo con lo que Él sabe que necesitamos en ese momento y lo que causará el resultado que es mejor para nosotros.

 

Es por eso que nunca, NUNCA, tienes que echarte la culpa por alguna mala decisión que puedas haber tomado. Cada pensamiento te fue implantado en la cabeza por un motivo. Incluso los malos pensamientos tienen un propósito! O para que los resistas, o para que estés consciente de tu verdadero nivel espiritual.

 

Esta es una de las principales enseñanzas de Rabí Najman: que evitemos la autopersecución, que es algo que nos debilita completamente y nos deja estancados siempre en el mismo lugar, mental e incluso físicamente. Podemos estar años preguntándonos por qué y sin recibir nunca respuestas.

 

La emuná nos ayuda a aceptar todas las decisiones que hemos tomado en el pasado, incluyendo las cosas dolorosas que nos pasaron. Cada cosa que pasamos en la vida es con un solo propósito: que nos acerquemos a Hashem y alcancemos nuestro propósito en la vida.

 

Elena: no te enojes contigo misma. Estás exactamente allí donde tienes que estar. Estás creciendo. ¡Deberías estar contenta! Yo sé que mudarse no es cosa fácil pero si aceptas que esto es lo mejor para ti, muy pronto vas a empezar a ver con tus propios ojos que así es en realidad!

 

Rajeli

 

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il

 

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1. Sandra Salazar B

10/23/2017

Shalom y muchas gracias por cada una de las enseñanzas, son de mucha bendición, que El Bendito los bendiga grandemente.

Gracias por tu respuesta

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