¡No tengo tiempo!
No me da tiempo, no llego, el día no tiene suficientes horas… corre, corre, ¡de prisa, que se pasa el día y no has hecho nada!
No me da tiempo, no llego, el día no tienes suficientes horas… corre, corre, ¡deprisa, que se pasa el día y no has hecho nada!
¿Les resultan familiares estas frases? Creo que al 99% de la población les toca escuchar estas agradables palabras varias veces al día, definitivamente más de las que querrían. Por regla general, van acompañadas de ansiedad, gritos, carreras y todo tipo de sensaciones placenteras.
En la sociedad de hoy en día nos hemos acostumbrado a que todo es rápido, no hay que esperar ni siquiera para enterarse de las noticias del otro lado del mundo. El ritmo que tenemos en la actualidad es muy diferente del que tenían nuestros padres o abuelos y qué decir tiene de la época bíblica. En esos tiempos, las cosas se hacían con mucho esfuerzo pero con más calma, se tenía conciencia del trabajo que requería cada tarea y por eso se valoraba cada cosa mucho más.
Este cambio de ritmo a una vida acelerada ha traído muchas consecuencias a nivel de salud física y también emocional y espiritual. A nivel físico ya saben que hay tantos problemas de ansiedad en estos tiempos “modernos” que se ha convertido en algo muy común. El agotamiento y las enfermedades provocadas por un sistema inmunológico completamente estresado que no llega a cumplir todos los requerimientos de nuestras exigencias nos pasan factura día a día sin que nos demos cuenta, hasta que llega un momento en el que el cuerpo dice ¡BASTA! Y entonces empiezan las visitas a los doctores en los que nadie entiende cómo se ha podido enfermar.
En medio de todo este estrés y prisas, de repente empezamos a leer un libro del Rabino Shalom Arush y vemos que recomienda dedicar un tiempo cada día a la plegaria personal. No se está refiriendo a las oraciones que tenemos la obligación de hacer cada día sino a apartar un tiempo extra de nuestra ocupada vida y dedicarlo a hablar con Hashem. Puede parecer una completa locura, ¿hablar sin que nadie siga la conversación? Decir en voz alta lo que nos alegra, lo que nos gusta, lo que nos atemoriza, compartir nuestros más íntimos pensamientos con… ¿Hashem? A muchos les puede resultar una completa barbaridad, una total locura habar “solos”. Pero todo aquel que lo ha probado, repite. Una vez que uno establece esta conexión tan especial con el Creador, ya no puede dar marcha atrás. Es una sensación tan placentera poder desahogarse con el Único que puede resolver verdaderamente todos nuestros problemas que una vez que comienza la plegaria y se establece un hábito, ya no queremos dejarlo. ¿Por qué dejar de hacer algo que nos reporta tantos beneficios? Bueno, la sociedad actual o más bien el iétzer hará se ocupa muy bien de elaborar una detallada lista de todos los motivos por los que hay que dejar de lado la hitbodedut o plegaria personal para dedicarse a otros quehaceres más importantes como contemplar el vuelo de una mosca o mirar en Facebook o en WhatsApp los últimos mensajes que hemos recibido.
Es una realidad que a día de hoy, a nivel espiritual, es más importante que nunca reservar un tiempo a la plegaria. Por supuesto, también deberíamos concentrarnos más al hacer nuestros rezos diarios, no decirlos rápidamente porque ya se hace tarde para agarrar el bus o salir de casa a toda prisa.
Hagan la prueba, van a sentir el cambio en todos los ámbitos de su vida. Se encontrarán más animados, con más energía, más fuertes emocionalmente y van a ver milagros en sus vidas. ¡El éxito está garantizado!
Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com
1/14/2018
Todo lo que publican me gusta mucho le doy gracias a Hashem porque gracias a su página he aprendido mucho shalom GRACIAS!!!!!!!!!
11/20/2017
Cuáles son los rezos de los q ud habla q tenemos q hacer, además de hablar todos los días con Hashem? Gracias