24/7

Antes nadie esperaba que la otra persona estuviera disponible las 24 horas. Se miraba el reloj antes de hacer una llamada telefónica.

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Tali Mandel

Posteado en 14.03.21

 

Hace unos días hablaba con una amiga, más bien le devolvía una llamada que me había hecho, y el comienzo de la conversación era una disculpa por mi parte ya que no había podido contestar previamente. Ella me dijo que no había problema y, con mucha razón, me recordó lo diferente que eran las llamadas telefónicas hace unos años cuando uno miraba el reloj antes de llamar a alguien. Se intentaba no molestar si eran las horas de mediodía o aproximadamente la hora de la cena y se sospechaba que podría incomodarse a la persona al otro lado del teléfono. Y nadie esperaba que la otra persona estuviera disponible las 24 horas.

 

Hoy en día esa costumbre ha desaparecido casi por completo. No importa demasiado qué hora sea para enviar un mensaje de WhatsApp o texto. Incluso cuando se envían mensajes desde otro país hay quienes no tienen en cuenta la diferencia horaria, se asume una total y completa disponibilidad/esclavitud telefónica durante toda la semana.

 

Gracias a Di-s que los días de Shabat y de Iom Tov tenemos este merecido descanso y nos desconectamos de los demás para ascender a preocupaciones más espirituales que lo que pudiera ser el último vídeo “viral” en YouTube, Facebook o Instagram.

 

Es curioso cómo, al comienzo de guardar Shabat, tenía que dar explicaciones constantemente a mis conocidos y familiares sobre por qué no podían llamarme desde el viernes por la noche hasta el anochecer del sábado. O sea, podían llamarme pero yo no iba a estar disponible para ellos. ¡Les resultaba sencillamente incomprensible! Sin embargo, al ver las promociones de retiros espirituales y de meditación donde un grupo de personas se desconectaban durante un fin de semana completo y se iban a una casa en medio de la nada donde no iban a usar el teléfono móvil, todos se sentían extasiados y les encantaba la idea. Yo no podía dar crédito cuando veía estas reacciones de alabanza ante los retiros para desconectarse de todo y las críticas cuando yo decía que no iba a usar el teléfono en Shabat. Así que comencé a explicar que el Shabat era mi día de retiro espiritual y, lo crean o no, dio resultado y muchas personas dejaron de cuestionarme y se amoldaron a mi nueva disponibilidad.

 

Nuestra privacidad y disponibilidad son cuestión de establecer prioridades: Shabat y la conexión tan fuerte que se experimenta al dejar de lado nuestra rutina tiene más importancia que esa llamada o ese mensaje para hablar de banalidades. Y, por otro lado, si se presenta una situación en la que la vida corre peligro, que Di-s nos libre de ello, se puede utilizar el teléfono y llamar a la policía, a los bomberos, al hospital o donde haga falta. Porque en este caso también HaShem estableció la prioridad de que el judío vive con las leyes que le fueron impuestas, no muere a causa de ellas.

 

Nuestra disponibilidad 24/7 como anuncian en algunos comercios debería ser exclusivamente con el Creador del Universo. Establecer ese vínculo constante por el cual estemos siempre conectados con HaShem y Le hagamos partícipe de todo cuando ocurre en nuestra vida debería ser la única opción de conexión ininterrumpida que pusiéramos en práctica en nuestras vidas. Los demás, pueden esperar.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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