¿Que otros sufran por mi culpa?

Cuando uno ha caído en la red de las deudas, lo principal y lo más importante es no eludir responsabilidades!

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 31.05.20

Cuando uno ha caído en la red de las deudas, lo principal y lo más importante es no eludir responsabilidades!

 

Recuerdo que, cuando yo empécé a tener deudas, Le pedía todo el tiempo a Hashem que ninguna persona sufriera por mi causa:

 

¡Amo del universo, por favor, apiádate de mí! ¡Ayúdame para que nadie sufra por mi culpa! ¡Que no me retrase en ninguno de mis pagos! Y si a causa de mis pecados me merezco ser deudor, lo acepto con amor. Pero igualmente Te pido que nadie sufra por mi culpa…

 

Cada vez que iba a hacer plegaria personal llevaba conmigo una libretita en la que iba anotando las deudas y sus respectivas fechas de vencimiento: cuándo tenía que devolver tal deuda a tal persona, y así. Y Le contaba a Hashem de cada deuda que tenía: mañana le tengo que devolver a Fulano tal suma y la semana que viene le tengo que devolver a Mengano tal suma. Y oraba continuamente para que cada vez pudiera devolver el dinero en la fecha convenida y que nadie sufriera por mi culpa. Y Le decía a Hashem:

 

Amo del universo, o bien me das de regalo esta suma o bien ayúdame a conseguirla con comodidad, no importa cómo. Lo que importa es que pueda devolverla a tiempo y no le cause pena a nadie.

 

Y así me decía a mí mismo:

 

¿Acaso no basta con que tenga que cargar con esta transgresión por culpa de la cual me endeudé sino que encima voy a apenar a los demás? ¿Por qué los demás tienen que sufrir por culpa de mis faltas? Estas son mis faltas y yo soy el único que tiene que sufrir a causa de ellas. Aunque tenga que ir de un lado a otro, pidiéndole dinero a este para pagarle a aquel y después pidiéndole a aquel para pagarle a este –¡lo principal es que no le cause pena a nadie!

 

Este es un principio de enorme importancia para todas aquellas personas que están endeudadas: que no digan “¿Qué puedo hacer? ¡No tengo dinero para devolver!”, mientras viven lo más tranquilos, como si ellos fueran las víctimas y todos tuvieran que tenerles comprensión… ¡Mucho cuidado! ¡Eso no es verdad! Porque la transgresión que uno comete al causarles sufrimiento a los demás no le va a permitir arrepentirse y entonces se le van a cerrar todas las puertas y le van a sobrevenir todavía más sufrimientos, ¡Dios no lo permita!

 

Lo primero que uno tiene que hacer es asegurarse de que nadie sufra por su culpa. Recién entonces uno puede empezar a arrepentirse, y el arrepentimiento podrá ayudarlo a librarse de las deudas. Porque en el Cielo van a ver que se comporta con responsabilidad y con integridad y entonces lo van a ayudar. Y todo el sufrimiento que tiene por tener que correr de un lado a otro para pagar sus deudas a tiempo, eso en sí mismo ya es una expiación de sus pecados.

 

Esto es algo que yo vi con mis propios ojos. En cierta ocasión, uno de los grandes de esta generación, que por esa época se encontraba en una situación económica muy difícil y tenía muchas deudas, iba corriendo de un lugar a otro pidiéndole prestado a Fulano para devolverle a Mengano. Y ¿para qué? Para no retrasar ni un minuto el pago a cada persona a la que le debía dinero. Iba a ver a Fulano y le preguntaba: “¿Tienes por casualidad X suma de dinero por un solo día, solamente hasta mañana, o incluso hasta hoy a la noche?”. Y de inmediato anotaba en su libreta cuánto había pedido y a quién: “Tomé prestado de Fulano X pesos – a devolver el día Y”. Lo anotaba todo en la libreta y le devolvía el préstamo a cada uno en la fecha convenida. Esto por supuesto, le llevaba un montón de tiempo, pero a él no le importaba, porque para él lo principal era devolver los préstamos en la fecha convenida. Y obviamente no estamos hablando de alguien que estuviera todo el día sin hacer nada, sino de uno de los más grandes rabinos de esta generación, que no desperdicia ni un minuto que puede dedicarle al estudio de la Torá. Pero como no quería hacer sufrir a las personas que le habían hecho el favor de prestarle dinero, dejaba a un lado todas sus ocupaciones e iba corriendo a pagar sus deudas…

 

Aquel que es responsable y se esfuerza por devolver todas las deudas en la fecha convenida, ciertamente no se deja estar sino que hace todo lo que está a su alcance por atender sus compromisos, pues es perfectamente consciente de ellos. Además, esa persona ora con gran devoción, pues sabe que únicamente Él puede ayudarlo a salir de las deudas. Por el contrario, la persona que elude toda responsabilidad y no se esfuerza en absoluto por pagar sus deudas a tiempo, ciertamente tampoco se empeña en orar con todas sus fuerzas.

 

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1. Esmeralda

6/07/2020

Que HaShem perdone mis transgresiónes y me ayude a salir adelante a ya no deber para poder estar con la paz y no vivir apurada y no hacer sufrir a los demás por mi culpa que HaShem me ayude prontamente salir por que no quiero por mi culpa que otros sufran la consecuencia de mis actos

2. Elvia del carmen ordoñez

6/03/2020

Gracias al PADRE ETERNO MELEJ DEL UNIVERSO, por este mensaje que ABBA bendiga grandemente a todos el equipo que conforman BRESLEV

3. Marta Ortiz Artigas

6/03/2020

Muchas gracias, por la charla ahora comprendo muchas cosas con respecto a las deudas que Hashem lo siga bendiciendo a usted Rabino y a todo el equipo de breslev Amén

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