El patito feo

Desde pequeña, siempre me sentí diferente a la gente que me rodeaba. Desde un rechazo absoluto a la comida hasta plantearme por qué tenía que asistir a los servicios religiosos...

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Tali Mandel

Posteado en 17.03.21

Desde pequeña, siempre me sentí diferente a la gente que me rodeaba. La familia es tu referencia en la vida, tus padres son tus héroes y tus hermanos mayores, los que los ayudan a ellos a llevar a cabo sus proezas diarias.

 

Sin embargo, cuando uno siente que lo que hay a su alrededor no funciona como debería, empieza a cuestionar todo. Desde un rechazo absoluto a la comida hasta plantearme por qué tenía que asistir a los servicios religiosos, todo eran preguntas. ¿Por qué hay que comer esto? ¿Por qué hay que ir a la iglesia los domingos? ¿Por qué, por qué…? Al principio es fácil contentarse, la respuesta “porque siempre hicimos así” o “porque así lo dice fulano” te vale los primeros años. Pero si uno tiene la mente inquieta, como en mi caso, o quiere saber cuál es la respuesta verdadera, entonces la cosa se complica. Las evasivas no funcionan y uno se sigue cuestionando y siente la necesidad de investigar y saber la verdad.

 

Pero los tiempos de Hashem no son los nuestros, es decir, las cosas no pasan cuando nosotros así lo disponemos, ya que el futuro, el pasado y el presente no están en nuestras manos sino en las Suyas, por mucho que nos empeñemos en lo contrario y pensemos que dirigimos nuestras vidas. Entonces, cuando realizaba mis interrogatorios a aquel que se prestara a ello, me encontraba con frases tan confusas como, por ejemplo, “Eso es un misterio y no hay nada que explicar”. Así que con el paso del tiempo dejé de hacerme preguntas acerca de la religión en la que me criaron. Porque siempre tuve especial interés en saber acerca de las creencias religiosas de todo el mundo. Creyendo que no iba a poder encontrar una explicación satisfactoria, asumí que yo era diferente también en esto (sin darme cuenta de que realmente ahí estaba el punto candente, el “quid” de la cuestión). Llegué incluso a decir, Di-s nos libre, que era atea y que no creía que hubiera nada más en esta vida que lo material que nos rodea: hasta tal punto era mi confusión. Yo sabía que había un Di-s, pero no entendía toda la “parafernalia” que había alrededor de ese tema. Cuando rezaba, Le hablaba a Él solamente pero eso le resultaba tan estremecedor a la gente que tenía cerca que nunca me atreví a confesarlo.

 

En esos años de oscuridad espiritual, no obstante, tuve pequeñas pistas. Recuerdo que tenía una amiga en el colegio que se oponía a la idea de confesarle a otra persona las faltas que había cometido, por lo que obviaba a estos intermediarios y, a pesar de las reprimendas que le daban, ella no se confesaba con nadie. Este punto me impresionó mucho y me hizo ver que yo no era la única que pensaba diferente.

 

Comencé a asumir mi diferencia con respecto a los demás y a aprender que eso me hacía especial y no rara, aunque ser “raro” fue una sensación que no me abandonó del todo. Siempre tuve un especial interés por conocer otras culturas. Viajé e investigué, me documenté y conocí otras formas de pensar, aunque sólo fuera por el placer de aumentar mi conocimiento. Y cuando dejé de plantearme cada mañana qué era yo, me di cuenta de quién realmente soy. Entonces, llegó mi momento y encontré las respuestas que tanto tiempo habían estado dentro de mi alma sedienta por retornar a mi Pueblo. Por fin pude comprender cómo conducirme en la vida de tal manera que me sintiera plena y en el camino correcto.

 

¡Sólo tenía que esperar! Nosotros no sabemos en realidad por qué pasan las cosas; no podemos entender aún la razón de lo que sucede en esta vida pero lo que sí podemos y, de hecho, debemos hacer es tener emuná y saber que todo pasa por un motivo y que cada uno de los pasos que damos o las preguntas que hacemos algún día nos van a llevar al destino que Di-s nos tiene preparado con tanto amor.

 

Continuará…

 

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1. Tali Mandel

4/20/2016

es increíble como el Creador nos va guiando poco a poco, ¿verdad?

con el tiempo las preguntas se van respondiendo y ningún por qué queda sin responder, solo hay que tener paciencia! 🙂

2. Tali Mandel

4/20/2016

con el tiempo las preguntas se van respondiendo y ningún por qué queda sin responder, solo hay que tener paciencia! 🙂

3. Candy Torres

4/20/2016

Hermosas palabras en el tiempo que HaShem bendito sea marcó para mi. Gracias y bendiciones.

Shalom a todos, me identifico mucho con usted, lo único que me consolaba era que en mis sueños me daban pistas y me aferraba a ellos, curiosamente también todo preguntaba porque? Desde niña yo hablaba con Dios, pensaba estaba en el cielo, y en la naturaleza hablaba con un árbol de mi patio jeje tal vez suene loco pero yo solo quería hablar con Dios. Gracias HaShem.

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