Días de amor

El alma es como una prenda de vestir blanca y reluciente. Cualquier falta, ya sea una mentira, un trato deshonesto, una mirada fuera de lugar o un acto de adulterio, deja una mancha muy fea

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 08.10.19

La vida es como el aula.

 

El Shabat antes de Rosh Hashaná vi en la sinagoga a un niño de cinco años muy dulce con peiot (rizos) pelirrojos que llevaba su “péikale” (bolsa con golosinas) casi vacía que fue corriendo afuera de la sinagoga a jugar con sus amiguitos. Unos minutos después, el pelirrojo volvió a entrar a la sinagoga con los zapatos recién estrenados todos llenos de barro llorando: el padre lo calmó y le dio un caramelo y el niño salió otra vez a jugar. Al final del servicio, el niño tenía los zapatos hechos un desastre pero ya no le importaba…

 

Aprendemos de esto dos lecciones: primero, tal como enseña Rav Huna (Talmud, Tratado Yoma 86b), que una vez que una persona comete una falta por segunda vez, se le vuelve permisible.

 

Segundo, el Reshit Jojmá, en nombre del Zohar, enseña que, incluso cuando uno comete un pecado en forma accidental, este deja una marca en su alma. Tal como en el ejemplo que citamos, el niño no tuvo la culpa de que los niños más grandes le embarraran los zapatos nuevos, pero eso no quita que los zapatos ahora tengan una mancha que es necesario limpiar.

 

El alma es como una prenda de vestir blanca y reluciente. Cualquier falta, ya sea una mentira, un trato deshonesto, una mirada fuera de lugar o un acto de adulterio, deja una mancha muy fea en el alma. Por naturaleza, el ser humano siente mucha vergüenza con la primera mancha, pero una vez que la prenda de vestir ya está sucia, no le importa tanto…

 

Los transgresores habituales, como, por ejemplo, las personas que siempre van con chismes o los jefes que tratan mal a sus empleados, tienen ciento y una razones para justificar su comportamiento. Las faltas repetidas logran insensibilizarnos, pues, cuanto más limpia es el alma, más sensible es.

 

El alma sufre una humillación indescriptible con cada falta. Imagínate llegar a un evento muy formal con la blusa blanca llena de manchas. ¡Qué vergüenza!

 

 

Pero no hay que perder los estribos. Con un buen detergente, las manchas salen. La teshuvá logra limpiar el alma.

 

Ahora estamos en medio de los Diez Días de Arrepentimiento entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. Hashem es tremendamente compasivo en el hecho de que, si uno no llegó a hacer teshuvá en Elul o en Rosh Hashaná, e incluso si se lo juzgó con estrictez en Rosh Hashaná, Hashem no obstante lo abrazará cariñosamente si uno se esfuerza por hacer teshuvá en estos días intermedios. A eso es a lo que se refería Rabí Najman cuando dijo: “No existe la desesperación”. La mala inclinación te dice que no te preocupes, que sigas disfrutando de la vida y que no te preocupes por el futuro. Pero esa es la filosofía de la generación de las emociones baratas: si fuera una filosofía exitosa, entonces ¿cómo es que hay tanta gente sumida en un pozo depresivo?

 

Esta semana uno puede hacer teshuvá y endulzar hasta los juicios más severos. Las puertas del Cielo están abiertas de par en par. La Guemará en el Tratado Taanit nos dice que los dos mejores días en el judaísmo son el 15 de Av y Yom Kipur.

 

Espera un minuto…. ¡El 15 de Av es el “Día del Amor”, un festivo día de romance que es muy oportuno para la formación de parejas y los casamientos! ¿Qué tiene que ver eso con Yom Kipur?

 

El perdón es seguramente la máxima expresión de amor que existe. En Yom Kipur, mientras hagamos un sincero esfuerzo por hacer teshuvá, nuestro amado Padre en el Cielo nos perdona de hasta las peores transgresiones. Es como si el jefe del banco te anulara una deuda de un millón de dólares con solamente apretar un botón. ¿Qué más grande expresión de amor existe?

 

Este Yom Kipur reza con mucha alegría, pues tienes derecho a estar alegre. Este es el día más alegre del calendario judío. Preparémonos bien para este gran día; no desperdiciemos estas horas tan valiosas.

 

Y que tú y los tuyos sean sellados en el Libro de la Vida Larga y Feliz para un excelente Nuevo Año. Amén!

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1. Nancy

10/08/2019

La teshuva es el mejor detergente para limpiar el alma

2. MARIA GUTIERREZ SORIANO

10/08/2019

Muchas muchas gracias Rab por los buenos deseos, que HasHem haga igual con usted y todo el equipo de breslev .

Gracias por tu respuesta

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