Haz que brille la luz

De repente, se oyeron fuertes chillidos desde todas direcciones. Fantasmas y demonios comenzaron a atacarlos por todos lados...

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Jenn Safra

Posteado en 15.12.20

Janucá. La fiesta de la luz. Pero, ¿qué significa?

 

Un niño de diez años fue de visita a un parque de diversiones junto con su padre. Mientras hacían cola para entrar a la "casa embrujada", una bruja aterradora con una nariz grande y puntiaguda y asomó la cabeza dentro la ventana de la torre, riéndose en forma aterradora: "¡ji, ji, ji!". Después de entregarle los boletos al conductor, padre e hijo abordaron el tren, que lentamente fue entrando a la oscura mansión encantada. De repente, se oyeron fuertes chillidos desde todas direcciones. Fantasmas y demonios comenzaron a atacarlos por todos lados, rozándoles las cabezas. Los corazones les latían con fuerza mientras el tren seguía avanzando. Finalmente, para alivio de todos, el tren salió de la mansión.

 

Cuando los pasajeros empezaron a salir del tren, el niño se puso la mano en la cabeza y de repente se dio cuenta de que le faltaba la kipá. Le avisó a su padre y los dos fueron al conductor a pedirle ayuda. “No hay problema”, dijo el conductor, “queda un rato antes de que empiece el próximo viaje. Vengan conmigo a la mansión encantada y busquen la kipá ". El conductor hizo entrar a padre e hijo por la puerta trasera de la mansión, encendió las luces y, para total sorpresa y decepción del niño, la lamentable realidad de la mansión "encantada" quedó al descubierto. Los fantasmas resultaron ser nada más que sábanas blancas colgando sobre palos. Los grandes parlantes de los que emanaban los ruidos aterradores colgaban de las cuatro esquinas de la mansión. Las brujas "aterradoras" resultaron ser nada más que figuras de cartón sentadas en escobas. El niño miró hacia abajo y se alegró de encontrar su kipá, pero el patético recuerdo de la casa encantada con las luces encendidas le quedó grabado en la mente.

 

 

Grecia, nuestra némesis en la historia de Janucá, representa la oscuridad. . . el vacío. Los griegos eran descendientes de Yefet (el hijo de Noé), quien glorificaba la belleza física por encima de todo. La sociedad griega consideraba al ser humano como la forma perfecta, la criatura más inteligente de la Tierra, el pináculo de la creación. Con ellos comenzaron los Juegos Olímpicos, competencias que destacan los mayores logros físico-atléticos de los hombres. Ellos alababan la belleza física, la fuerza de los gladiadores… Los griegos tenían la misión de difundir sus filosofías, valores y la creencia en sus muchos dioses e ídolos por todo el mundo. Cada nación que conquistaron abrazó sus ideales, disfrutó de mejoras en las obras públicas, la arquitectura y demás inventos modernos.

 

El mundo entero les dio la bienvenida a los griegos. . . hasta que llegaron a una pequeña y obstinada nación llamada “Israel”. "¡Nosotros solamente nos inclinamos ante el Único Dios!" declararon los judíos. Poseemos un alma Divina eterna, y esa es nuestra verdadera esencia. Por tanto, no idealizamos lo físico, que no es más que una existencia fugaz por sí mismo. Lo físico es importante solo en la medida en que sirve a nuestra verdadera existencia espiritual. No podemos encender nuestras velas de Janucá, ni podemos hacer actos de bondad o guardar la mayoría de los mandamientos de la Torá sin nuestro cuerpo físico. Es a través de la actividad física de los actos espirituales que el cuerpo cumple su propósito más elevado para el que fue creado. El Creador del Universo insufló un alma viviente en cada uno de nosotros. Nosotros somos Sus hijos y Él desea tener una relación cercana con todos nosotros. No nacemos perfectos, pero necesitamos perfeccionar y refinar nuestro ser interior, nuestra alma, de acuerdo con la Torá.

 

No vemos la perfección y el refinamiento requeridos por la Torá a través de términos físicos; más bien, lo vemos en el refinamiento interior, el desarrollo del carácter y la sensibilidad hacia los demás, ya sea en entornos públicos o privados. Poseemos una gran alma Divina que puede impactar al mundo a través de nuestras acciones. Circuncidamos a nuestros bebés varones como una señal de un pacto con el Todopoderoso y, por lo tanto, declaramos que no nacemos perfectos, sino que nuestra misión es santificarnos y llegar a ser seres espirituales más grandes. Tenemos un día sagrado llamado Shabat, que no es simplemente un día más sino también un día que exuda una gran energía espiritual que influye en el resto de los días de la semana. En Shabat, descansamos del trabajo mundano y pasamos el día llenándonos de santidad y conectándonos con nuestro Padre. Cada mes tenemos un Rosh Jodesh, la luna nueva, por la cual se establecen las fiestas judías.

 

Los griegos veían estos tres mandamientos como la antítesis de sus creencias. “Ustedes no tienen parte en el Dios de Israel”, declararon. Los griegos predicaban que Dios es demasiado grande como para tratar con meros seres humanos, que Él creó el mundo y nos lo dejó gobernarlo solos; que el Shabat no es más que el sábado, que no es posible gobernar sobre la luna nueva y que la circuncisión no es un pacto sino una profanación del cuerpo humano perfecto, que incluso la Torá es un libro de sabiduría humana y no un medio para comprender los caminos de Dios y conectarse con Él.

 

Así fue como los griegos nos oscurecieron los ojos: porque solamente le daban valor a lo externo. Sin embargo, Janucá viene a recordarnos a través del encendido de la menorá, que las únicas luces verdaderas son las luces espirituales que emanan de Hashem; la luz de la Torá, la luz de nuestra santa alma y la luz oculta que se revelará con la llegada del Mashíaj. Esas luces espirituales constituyen la verdadera energía del mundo. Todo lo que representaron los griegos, hasta el día de hoy, es solo oscuridad, la ausencia de luz, el vacío de santidad. Su brillo, su glamour y sus ideales “iluminados” se esfumarán en el olvido cuando Hashem encienda la luz final del Mashíaj. Que sea rápidamente en nuestros días, ¡amén!

 

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1. Angelica

12/10/2022

Shalom! Amén 🙏 BARUJ HASHEM

2. Yamileth de León

12/15/2020

Hermoso!

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