Borracho de Amor

Si quieres conocer verdaderamente a un persona por dentro, sírvele una copa del mejor vino tinto o del más fino blanco o rosado...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 06.03.23

Si quieren conocer a una persona a fondo, pónganse a beber vino con ella en Purim. Nuestros Sabios nos dicen que una vez que entra el vino, salen los secretos. En otras palabras, para poder conocer la dimensión interna de un individuo, no hace falta un sonograma. Lo único que hace falta es una buena botella de vino tinto o rosado. De esa forma su parte interna se vuelve transparente. Si su alma está verdaderamente conectada con HaShem y con Su Torá, lo vas a escuchar cantándole alabanzas a HaShem y hablando de Torá. El vino que toma esa persona da por tierra con las barreras de la inhibición y así es como su verdadera santidad interior que normalmente mantiene oculta, sale fluyendo como agua de un manantial.

Pero desgraciadamente, también ocurre lo contrario. ¿Alguna vez estuvieron en una fiesta de Purim en una yeshivá o en una sinagoga, en la que los participantes se denominan, por así decirlo, “observantes”? ¿Recuerdan la persona evidentemente ortodoxa que empezó a comportarse en forma ruidosa, molesta y directamente repugnante después del primer vaso de vino? ¿Y qué me dicen de ese otro que directamente se vuelve completamente violento? Estas personas también nos demuestran cuáles son sus verdaderas dimensiones. Es posible que el envoltorio tenga buen aspecto, pero el contenido no es para nada fino. Parece contradictorio, porque si bien la gente se disfraza en Purim, en realidad Purim revela quiénes son en verdad, con un poco de vino, se les cae la máscara…

Para poder celebrar Purim como corresponde, la Guemará nos dice que la persona tiene que embriagarse hasta el punto en que no logra diferenciar al maldito Hamán del bendito Mordejai (Tratado Meguilá 7b). El “Jafetz Jaim” pregunta cómo es que la Guemará puede obligar a la persona a que se emborrache, cuando en tantas otras instancias la misma Guemará condena la borrachera. Y responde a su misma pregunta – explicando que dado que el milagro de Purim y la caída de Hamán fueron producto del banquete que la Reina Esther hizo para Hamán y para Ajashverosh, es un precepto beber vino en Purim para conmemorar dicho milagro. Sin embargo, el JafetzJ aim recuerda que el acto de beber debería ser compatible con el hecho de cumplir con una mitzvá con alegría, y no en borrachera. El Jafetz Jaim llega a la conclusión de que este precepto no debe llevarse a cabo a expensas de otros preceptos, como cuando uno se olvida de rezar Maariv, o lavarse las manos cuando es necesario, o de recitar las bendiciones correspondientes en cada circunstancia.

¿Cómo se reconcilian entonces los requisitos del Jafetz Jaim de beber con restricción con la directiva de la Guemará de que debemos embriagarnos hasta ser capaces de diferenciar al malvado del santo?

La Torá tiene dos preceptos muy importantes: amar a HaShem y amar al prójimo.

La botella de vino es un barómetro increíblemente eficaz para medir ambos preceptos.

Tal como mencionamos antes, la persona que verdaderamente ama a HaShem va a entonar sin vergüenza canciones de alabanza a toda voz con tan sólo beber un poco más de vino de lo que está acostumbrado. El vino derriba las murallas de la inhibición y las dimensiones internas del individuo salen a flote, para bien o para mal.

El que verdaderamente siente temor del Cielo se va a balancear de un lado al otro diciendo Salmos a los gritos o alabando a HaShem, pues eso es lo que tiene dentro del corazón y el cerebro. Pero el impostor, el que se viste de “religioso” todo el año pero no ama verdaderamente a HaShem, ese también va a gritar, pero de forma vulgar y molesta. Ya nos vamos a enterar de lo que él piensa de HaShem y de Sus preceptos, una vez que se le caiga la máscara.

Lo mismo ocurre con el precepto de amar al prójimo. La Guemará no se abstiene de condenar el comportamiento de hasta los más grandes sabios, cuando este no está a la altura de lo que debería ser. La Guemará en el tratado Meguilá 7b nos cuenta que Raba y Rabí Zeira estaban festejando juntos en un banquete de Purim. Raba se emborrachó tanto que le cortó la garganta a Rabí Zeira y lo mató. Al darse cuenta de lo que había hecho, Raba se conmocionó terriblemente y Le rogó a HaShem que reviviera a Rabí Zeira. HaShem le respondió su plegaria y Rabí Zeira volvió a la vida. Al año siguiente, Raba otra vez invitó a Rabí Zeira al banquete de Purim a que cenara con él. Pero Rabí Zeira rechazó la invitación diciendo: “No puedo estar seguro de que HaShem me haga otra vez el mismo milagro”.

Una vez más nos enfrentamos a una fuerte contradicción – si Raba era tan santo y HaShem respondió sus plegarias y revivió a un muerto, ¿cómo es posible que Raba haya matado a alguien, aunque sea borracho?

La Guemará nos dice que podemos reconocer el carácter de la persona viendo qué hace cuando bebe vino. En consecuencia, vemos que el amor que sentía Rava por HaShem era de un nivel muy elevado, para que HaShem realizara un milagro semejante. Sin embargo, el amor que sentía Rava por el prójimo necesitaba fortalecerse. Y mucho. Y en especial tratándose de alguien de su nivel espiritual.

Cuando algunas personas beben en demasía, empiezan a levantar los puños. Pero cuando la persona correcta bebe de la manera correcta, entonces esa persona ama a los demás, más allá de que sean rectos como Mordejai o malvados como Hamán. Y abraza a todos, los bendice y los llama “hermano mío”, pues su dimensión interna está colmada de amor por su hermano. Esa, creo yo, es la intención con la que los Sabios dicen que si nos emborrachamos en Purim, deberíamos ponernos “borrachos de amor” hasta que no podamos diferenciar a Mordejai (aquellos que queremos) de Hamán (aquellos que no queremos). Ese es el verdadero ahavat Israel, el amor por el prójimo. ¡Que tengan entonces un muy feliz mes de Adar y un muy feliz Purim!

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1. ana magdaleno

3/25/2019

estas

Estas festivides son muy hermosas gracias por conpartirlas con migo

2. ana magdaleno

3/25/2019

Estas festivides son muy hermosas gracias por conpartirlas con migo

3. Maria Amelia Collarte Hernández

3/03/2014

Creo que hay mucha responsabilidad y no hay mucho tiempo para disfutar ,hay que trabajar. acerca de el artículo creo que todo recurso por amar al prójimo debe ser exhaustivamente aprovechado y muy feliz Purim Sameaj.

Gracias por tu respuesta

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