Las heroínas ocultas de Purim

Purim! Alguna vez te pusiste a pensar cuántas cosas son ve-naafoju (dadas vuelta) en este día?

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Dra. Rivka Levron

Posteado en 14.03.21

Purim! Alguna vez te pusiste a pensar cuántas cosas son ve-naafoju (dadas vuelta) en este día?

 

A la distancia, yo solía pensar que Purim era una festividad en la que la gente se disfraza y se emborracha, pero estaba muy equivocada…

 

Mi marido y yo nos levantamos temprano la mañana de Purim, y después de rezar y escuchar la Maguilat Ester, fuimos rápido a casa a ponernos los disfraces y llenar el auto de mishloaj manot (regalos de comida y bebida). Yo tenía la lista de nombres y direcciones de viudas y familias en situaciones difíciles de nuestra zona a la que les íbamos a entregar los paquetes. De todas las mitzvot de Purim, esta es mi parte favorita de este día: llevar alegría y aliento a las personas a las que más les hace falta.

 

Por lo menos, eso es lo que yo pensaba que estaba haciendo.  Pero ¿de veras las cosas son tal como parecen?

 

La primera familia que visitamos tardó un buen rato en abrir la puerta. La abuela, que es una mujer judía conversa que enviudó, se había quedado la mayor parte de la noche leyendo Salmos. Aprovechando el momento del momento de Voluntad Divina que nos da Purim, estaba rezando por la salvación de todo el pueblo judío.

 

Luego mi marido nos llevó al próximo destinatario, mientras los autos al lado pasaban tocando música de Purim a todo volumen. A nuestro alrededor, montones de niños disfrazados de todos los colores posibles…

 

Yo subí las escaleras hasta el último piso y toqué a la puerta. Esperé y toqué nuevamente. Por fin, mi amiga, que había quedado viuda hacía ya varios años, vino a abrir la puerta con su nieto recién nacido en los brazos. Su hijo estaba sentado en el sofá estudiando Torá. Me pregunté cómo hacen estas mujeres para tener la fuerza de servir a Hashem con tanta diligencia y tanto recato, y criar ellas solas con tantos valores a sus hijos para que sirvan a Hashem?

 

Y ella no es la única. En otro departamento, una viuda que vive sola y su hijo de 18 años había ido a la yeshivá para Purim. Su hija casada también estaba de viaje y la mujer estaba sola. Pero la mesa igualmente estaba repleta de mishlojei manot, y ella se estaba preparando  para ir a comer la comida de Purim con un grupo de amigas.

 

Luego viajamos por otras calles y vimos un montón de manequíes colgando de un cordón que se extendía desde un balcón a otro: Hamán y sus diez hijos!

 

El siguiente hogar era una familia con tres hijos pequeños, donde la madre era una judía conversa y huérfana, en silla de ruedas. Desde la calle oímos la música de Purim que sonaba desde su casa. Cuando entramos vimos una gran mesa servida para invitados:habían invitado a un matrimonio mayor y una familia con un bebé recién nacido. ¿De dónde habían encontrado la fuerza y el tiempo para todo eso?

 

En ese mismo edificio, en la planta baja, vivía una mujer que había perdido a su hija pequeña hacía algunos años y más recientemente a su marido. Ella y sus dos hijos estaban en casa y la mesa estaba servida para Purim. También en esta casa se escuchaba la música de Purim. Ella estaba en la cocina, preparando tortas marroquíes para sus mishlojei manot. Vestida de princesa de medio Oriente, resplandeciente de color oro y bordó, que era un disfraz muy original que había comprado en el mercado árabe de Jerusalén. Ella me recibió con un cálido abrazo. ¿Estaba contenta? Porque a mí me había alegrado mucho al hacer todo lo posible por honrar la festividad a pesar de su dolor. Cuánto admiré su fortaleza interior y su coraje!

 

Al final de nuestro itinerario, me quedé sorprendida y admirada ante todas estas mujeres aparentemente tan sencillas, las silenciosas heroínas del judaísmo moderno.

 

Y yo?

 

Mis visitas habían tenido la intención de alegrar a otros. Pero en realidad resultó ser al revés. En el camino, descubrí la verdadera belleza y pureza de este día tan especial, oculto en el hogar y en el corazón de las mujeres judías, de las verdaderas hijas de la Reina Ester y su abnegación por el pueblo judío.

 

Porque las apariencias engañan… y en especial en Purim.

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