Están todos corriendo – Jaiei Sara

Todos están corriendo, pero eso no significa que uno tenga que participar en esa carrera de locos.

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

“Y el siervo – Eliezer- fue corriendo hacia ella… y Laván fue corriendo.. y la joven – Rivka- fue corriendo…” (Génesis 24:17,28-29)

 

Todos están corriendo, pero eso no significa que uno tenga que participar en esa carrera de locos. Correr es muy sano, a menos que lo hagamos por ansiedad e impulsividad. Las máquinas y el cuerpo humano tienen mucho en común: cuando no trabajan, se oxidan y corroen, perdiendo longevidad y eficacia operacional. Por lo tanto, el alma sabe que el cuerpo tiene que correr para poder mantener un rendimiento óptimo, así que todos están corriendo. Las dos preguntas principales son: qué es lo que los motiva a correr y hacia dónde están corriendo?

 

El santo tanaíta Rabí Nejunia ben Hakane solía recitar una plegaria al entrar la casa de estudio y al empezar su día de estudio de Torá (Tratado Brajot 28b): “Te damos las gracias, Hashem nuestro Dios y Dios de nuestros antepasados, por haber puesto nuestra porción con aquellos que se sientan en la casa de estudio y por no haber puesto nuestra porción con aquellos que se sientan ociosos. Nosotros madrugamos y ellos madrugan. Nosotros madrugamos para dedicarnos a la Torá y ellos madrugan para hacer cosas vanas. Nosotros nos esforzamos y ellos se esfuerzan. Nosotros nos esforzamos y recibimos recompensa y ellos se esfuerzan y no reciben recompensa. Nosotros corremos y ellos corren. Nosotros corremos rumbo al Mundo Venidero y ellos corren rumbo a un pozo de destrucción”. El santo Nejunia no escatima palabras sino que nos dice que todos están corriendo pero no en la misma dirección. Nos demuestra que cada uno ha elegido adónde quiere correr.

 

Teniendo esto en cuenta, una parte integrante de nuestra introspección diaria debería ser preguntarnos con sinceridad: “¿Y nosotros adónde estamos corriendo?” No es fácil pero tampoco es complicado. Simplemente medimos nuestros actos respondiendo a estas tres preguntas:

  1. ¿Acaso lo que hice está de acuerdo con la halajá – ley judía?
  2. ¿Acaso lo que hice es por el bien de mi cuerpo, mi alma, o ambos?
  3. ¿Acaso lo que hice es por amor a Hashem o por amor a mí mismo?

La primera pregunta nos insta a estudiar Torá y halajá a diario porque si desconocemos la ley, entonces no podemos saber si lo que hemos hecho está dentro de los límites de lo permitido.

 

La segunda pregunta nos obliga a aclarar cuál es la verdad. Uno tiene que preguntarse a sí mismo: “Eh… ¿por qué me estoy comiendo otro pedazo más de torta? ¿Qué beneficio le causa esto a mi alma?”. En realidad, tampoco es beneficioso para el cuerpo. La persona que aprendió a ser sincero consigo misma logró bajar de peso por primera vez en su vida, después de todas las dietas que hizo sin éxito. La introspección y la aclaración de la verdad son la mejor forma de librarse de los malos hábitos. Y si además Le pedimos ayuda a Hashem, esa introspección se convierte en una poderosa plegaria personal.

 

La tercera  pregunta exige un profundo autoexamen. Tomemos por ejemplo el acto de correr. Sí, es verdad que hay que hacer ejercicio todos los días para tener un cuerpo sano con el que servir a Hashem. Pero no es lo mismo correr para mantenerse en forma para poder servir a Hashem y correr para tener un mejor cuerpo que mostrar en la playa o en el gimnasio.

 

 

 

Y qué tiene que ver todo esto con la parashá de esta semana? En la parashat Jaiei Sara, vemos que todos están corriendo.

 

Eliezar, el leal siervo de Abraham, va corriendo a conseguirle pareja a Itzjak, el hijo de su amo.

 

Rivka va corriendo a honrar a su madre y contarle la propuesta matrimonial que ha recibido.

 

Labán, el hermano corrupto de Rivka, ve las joyas que ella acaba de recibir, huele dinero y va corriendo a conseguir algo de todo eso.

 

O sea que todos están corriendo.

 

Por qué Rabí Najman llamó a la plegaria personal “una virtud por encima de todas las otras”? Porque durante una hora al día dejamos de correr. Nos tomamos un tiempo para preguntarnos a nosotros mismos: “¿Adónde estamos corriendo?”. De esa manera podemos estar siempre seguros de que estamos corriendo en la dirección correcta.

 

 

Escribe tu opinión!

1. Claudia

11/13/2020

Gracias por compartir esta enseñanzas q me ayudan a crecer espiritualmente. Bendiciones.

2. Gloria

11/12/2020

Gracias amigos de Breslev. Cada enseñanza que envian ilumina mi entendimiendo dandome Sabiduria y luz a mi vida. Que Nuestro Buen Señor multiplique Sus bendiciones sobre todos ustedes🙏🙇🏼‍♀️

3. anónimo

10/29/2018

cita

Hola quería compartir esta cita de rabi Natan que encontre navegando por Internet…"Si comprendiesemos cual es la recompensa que viene de dar caridad, correriamos por las calles buscando gente pobre y dandole lo necesario con ambas manos y una gran alegría"…muchas gracias!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario