La barricada – parashat Ekev

¿Qué significa “circuncidar el corazón”? Miren la historia del súper Mack y la barricada…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

Un enorme semirremolque Mack chocó con una barricada en su camión de New York a Los Angeles. Si tenía que desviarse, el conductor iba a perder muchas horas valiosas, ya que este era el atajo más conveniente. El conductor se dijo: “La barricada tiene aspecto de ser endeble. No hay policías por la zona. Lo que voy a hacer es simplemente embestir el coche contra la barricada y seguir conduciendo como si nada…”. El conductor retrocedió como cien metros, apretó el acelerador y arrancó con todo en dirección a la barricada. Esta no se movió pero el semirremolque sufrió una nada simpática hendidura en el frente y las dos luces se le estrellaron.

Por suerte, un bulldozer de una construcción cercana estacionó justo enfrente y el operador le gritó al conductor: “¿Necesitas ayuda?”

El conductor respondió: “Seguro que sí. Si me sacas de encima la barricada, te ganas un paquete de seis cervezas”.

El bulldozer Caterpillar D9 avanzó con gran estruendo rumbo a la barricada, trató de moverla pero no pudo. El operador, avergonzado, se encogió de hombros y le dijo al conductor del Mack: “Nunca en mi vida vi algo como esto. Con el bulldozer yo puedo mover una montaña, pero esa maldita barrera no se mueve ni por asomo! Me parece que hoy no tengo cerveza!”.

Mientras los dos conversaban, un papanatas con anteojitos metálicos redondos frena junto a la barricada con su Fitito, baja la ventanilla, pone un billete de un dólar en el automat que está al costado de la ruta y entonces la testaruda barricada se levanta bien alto en el aire y el tipo cruza sin ningún problema.

¿Qué aprendemos de esto?

Dice la Torá: “Cortarás la cubierta de tu corazón” (Deuteronomio 10:17).

Al explicar el pasaje citado, Rashi dice que el corazón tiene una cubierta externa (espiritual) que lo sella en forma hermética. Esta cubierta es selectiva pues absorbe el mal pero retrasa la Luz Divina. Por lo tanto, la Torá nos manda “circuncidar” el corazón y cortar dicha barrera. Eso está muy bien, pero ¿cómo llevamos a cabo esta cirugía a corazón abierto sobre nosotros mismos?

Dice Rabí Natan de Breslev: “A partir de la magnitud de las tribulaciones y las barreras que hay en este mundo, la persona tiene extrema dificultad y pesadez para acercarse al servicio Divino y hasta orando y expresando su pena ante Hashem. Además es muy difícil a causa de las barreras y las tribulaciones que sellan el corazón de la persona hasta tal grado que ni siquiera puede abrir la boca ni encarar la más simple tarea espiritual. El gran consejo para esto es por lo tanto recordarnos a nosotros mismos a diario todos los verdaderos y eternos favores que nos hizo Hashem, a nuestros antepasados y a nosotros, en general y en particular”.

De acuerdo con esta enseñanza de Rabi Natan, la cubierta de nuestro corazón, el orlat halev, no es meramente un sello espiritual que impide que llegue el oxígeno espiritual al corazón, ahogándolo, sino que es una barricada que cierra todas las rutas que conducen a Hashem. Entonces ¿cómo circuncidamos el corazón?

Rabí Natan nos proporciona un consejo invalorable y sumamente eficaz – simplemente cuenten sus bendiciones y denle gracias a Hashem por ellas. Cuando uno da las gracias, de repente se le abre el corazón y puede derramar sus más profundas emociones y sentimientos. Hashem coloca en su boca palabras santas cuando antes no podía emitir ni siquiera una sola sílaba.

Ese es el poder de la gratitud – que circuncida el corazón y disuelve la cubierta que bloquea la Luz Divina. La gratitud es mejor que cualquier otra cosa para levantar las barreras que se nos interponen cuando oramos y ni siquiera tenemos que poner un billete de un dólar en la máquina…

 

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1. May Caicedo

8/06/2020

Donde puedo conseguir un escrito, sobre El Ketoret?

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