La cebollita – Parashat Pinjas

No todos tenemos sangre azul ni descendemos de grandes dinastías, pero cada uno de nosotros puede ganarse la corona del buen carácter

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

“Y Hashem le dijo a Moisés: ‘Elige a Josué, hijo de Nun’…” (Números 27:18).

 

Explica Rashi que cuando Moisés recibió la directiva de Hashem de que las hijas de Tzelofjad debían heredar las propiedades de su padre, él se dijo a sí mismo: “Ha llegado el momento de que reclame mis necesidades, para que mis hijos puedan heredar mi exaltado puesto”.

 

Hashem, que lee el corazón y la mente de la persona, le dijo a Moisés: “No es ese el pensamiento que Me vino a la mente, puesto que Joshua es digno de recibir su recompensa por su internado, ya que en ningún momento salió de la tienda”.

 

He aquí una situación en la que Hashem y Moisés no se pusieron de acuerdo. ¿Cómo podemos entender la naturaleza de tal desacuerdo? Ciertamente a Moisés, a quien la Torá describe como el “hombre más humilde que alguna vez piso la faz de la tierra” no le importaba el dinero, ni el poder, ni ser influyente para su familia, “acomodando” a sus hijos de por vida haciendo que heredaran su puesto. Moisés tuvo que haber tenido una razón halájicamente legítima. ¿Cuál era?

 

Cuenta la Guemará: “Dijo Rabí Irmia ben Aba: ‘Uno cumple con el precepto de trumá donando una cebolla pequeña pero entera y no la mitad de una cebolla grande. Rabí Yehuda no está de acuerdo y sostiene que es preferible la mitad de una cebolla grande…. El segundo sostiene que es preferible la importancia mientras que el primero sostiene que es preferible que sea algo completo”. Si no me equivoco, se trataba del mismo desacuerdo entre Hashem y Moisés.

 

“La cebolla grande” alude a Moisés. En hebreo, la palabra “cebolla” es batzal, que se escribe igual que la frase “a la sombra de”. Nadie pasó más tiempo a la sombra de Hashem que Moisés. Dado que Moisés tenía dos hijos, Gershom y Eliezer, podemos llamar a cada uno “la mitad de una cebolla grande”. Por su parte, la “cebolla pequeña pero entera” alude a Josué, que era una persona sin tacha y que se auto-anulaba por completo ante su maestro Moisés. Por lo tanto, el debate de la Guemará entre Rabí Yirmiya y Rabí Yehuda es el mismo debate que había entre Hashem y Moisés: Hashem, al igual que Rabí Irmia, sostiene que el hecho de estar completo es el factor más significativo, mientras que Moisés, al igual que rabí Yehuda, pensaba que el factor más significativo era la importancia. Hasta el día de hoy la halajá se rige como Hashem y Rabí Irmia: si una persona quiere comer una banana, y tiene en el plato una banana entera pequeña o la mitad de una banana enorme y de excelente aspecto, la bendición la pronuncia por la banana pequeña.

 

Hay otras partes más en la Torá en la que la “completitud” tiene precedencia por sobre la importancia o el rango. Si bien Koraj era el que venía primero en el orden de herencia de la dinastía Kehati, Elitzafan ben Uziel fue designado presidente de los levitas de Kehat. Y si bien Menashé era el primogénito de José, Jacob le confirió su herencia espiritual a Efraim, que era el segundo hijo de José.

 

No todos tenemos sangre azul ni descendemos de grandes dinastías rabínicas, pero cada uno de nosotros puede ganarse la corona del buen carácter, la devoción a la Torá y el estudio consagrado.

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1. miguel gamez

7/14/2017

suelta el timón

Perdon se me olvido poner mi correo: egmez98@gmail.com para recivir el link del tema suelta el timón. Grasias.

2. miguel gamez

7/14/2017

Perdon se me olvido poner mi correo: egmez98@gmail.com para recivir el link del tema suelta el timón. Grasias.

3. miguel gamez

7/14/2017

suelta el timón

Shalom a todos. Me podria mandar el link del tema suelta el timón…lo quiero leer pero ya no lo encontre. Porfavor..grasias.

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