Mirada al interior – Lej Lejá

¿Cómo se convirtió Abraham en el pilar del mundo? ¿Cómo fue que tuvo el mérito ser el primero de los tres santos patriarcas del pueblo judío?

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Moshe Neveloff

Posteado en 08.11.21

En la sección de la Torá de esta semana, aprendemos la historia del viaje de Abraham a la Tierra de Israel, y las pruebas y tribulaciones por las que él y su esposa Sara pasan una vez que llegan a la Tierra. 

 

El Rambam (Maimónides) llama a nuestro antepasado Abraham “el pilar del mundo” (Leyes de avodá zará, 1:2). Él defendió la verdad de la fe en un solo Dios frente al mundo entero, ya que, durante toda su vida, todos los demás adoraban ídolos. Con la luz de Abraham comenzó una nueva era en el mundo, después de casi 2.000 años de idolatría e inmoralidad. ¿Cómo se convirtió Abraham en el pilar del mundo? ¿Cómo fue que tuvo el mérito ser el primero de los tres santos patriarcas del pueblo judío?

 

El primer verso de la lectura de la Torá nos da muchas pistas. “Hashem dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu familia y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré” (Capítulo 12). Lej Leja también puede traducirse como “vete a ti mismo”. Rabí Natan de Breslev enseña, basándose en este versículo, que todos tus viajes en la vida tienen que ser hacia ti y sólo hacia ti, lo que significa descubrir el punto esencial de la verdad que es quien realmente eres. 

 

La verdadera esencia de una persona es su neshamá (alma). Rabí Najman dice que cuando una persona dice “yo” o “mí” se está refiriendo mi alma – yo soy mi alma y no mi cuerpo. El alma de la persona es una porción de Dios en lo alto, que es la esencia de la verdad (Likutei Halajot, Leyes del Robo, 5ª enseñanza). Hashem le estaba diciendo a Abraham y a toda su descendencia por todas las generaciones que vayan dentro de sí mismos. En todas tus experiencias y pruebas en la vida – busca descubrirte a ti mismo, la luz de tu alma que es esencialmente una porción de Dios en este mundo. Abraham logró convertirse en una luz tan brillante en el mundo e incluso convertir a muchos no judíos al judaísmo debido a que vivió toda su vida de acuerdo con este versículo. Siempre se preguntó: “¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es el propósito de la vida?”. Miró dentro de sí mismo para descubrir la verdad y descubrir quién era realmente. No miró al mundo exterior, porque el mundo entero vivía en la oscuridad espiritual y moral. 

 

Rabi Najman también habla de Abraham al comienzo de la segunda parte de Likutei Moharán. Dice, basándose en un versículo del profeta Yejezkel, “Abraham era uno” (capítulo 33), que Abraham servía a Dios sólo por ser uno. Esto significa que no se fijó en absoluto en lo que hacían los demás. En cambio, vivió como si fuera el único en el mundo. Rabí Najman concluye que nosotros también necesitamos vivir con esta enseñanza para superar los obstáculos que encontramos en el camino para descubrir quiénes somos realmente.

 

¿Cómo podemos vivir nosotros también con esta enseñanza en nuestras vidas? Rabi Noson dice así: “Por lo tanto, realmente necesitamos mucha plegaria y conversaciones con Hashem y palabras de verdad, hasta que una persona merezca acercarse siempre a la verdad esencial”. 

 

Por lo tanto, podemos cumplir con el versículo de Lej Leja a través de la plegaria, y dándonos un tiempo tranquilo y personal para reflexionar sobre nuestras vidas y rezar y hacernos preguntas: “¿Quién soy yo? ¿Dónde estoy en mi vida? ¿Qué quiero?”. Necesitamos un tiempo especial para escuchar nuestra propia voz, la voz de nuestra alma, que nos está enseñando el camino especial que debemos recorrer en la vida, así como Abraham escuchó la voz de su alma diciéndole que todos los ídolos que veía a su alrededor no eran la verdad. Todos y cada uno de nosotros fuimos traídos a este mundo para aportar algo único y especial.

 

Cada vez que llegamos a esta época del año y leemos las porciones que cuentan la historia de Abraham, siempre me emociona releer su historia y conectarme con la luz de la fe que trajo a un mundo oscuro. Abraham encontró la fuerza interior para ir con la verdad, a pesar de todo lo que vio y escuchó afuera, y también le confirió este mismo poder y valor a toda su descendencia también.