No te desesperes – Vaikra

La ofrenda de Minjá nos enseña que la compasión de Dios nunca se agota, que Su atributo de misericordia no tiene límites

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Moshe Neveloff

Posteado en 16.03.21

Esta semana comenzamos a leer el tercer libro de la Torá, Vaikra o Levítico en español. El comienzo de este libro contiene varias secciones acerca de las leyes de ofrecer sacrificios en el Tabernáculo y el Templo Sagrado. ¿Qué podemos aprender de estas leyes hoy, que no tenemos el Templo ni ofrendamos sacrificios? Con respecto a la ofrenda de Minjá, la ofrenda de comida, la Torá dice: “Cuando una persona presente una ofrenda de comida a Hashem, su ofrenda será de harina fina; derramará aceite sobre ella y colocará incienso sobre ella” (2:1).

 

Rabí Natan de Breslov nos enseña, basado en este versículo sobre las ofrendas de comida, una lección muy importante sobre la idea de teshuvá (sincero arrepentimiento y retorno a Hashem). Dice él que el aspecto principal de teshuvá es el aspecto de la ofrenda de minjá o de comida. Las ofrendas de comida las traían personas pobres que no podían permitirse ofrendar un animal, y por eso estas ofrendas eran tan preciadas para Dios.

 

Lo mismo ocurre con el retorno a Hashem. La persona necesita orar sabiendo que es pobre y carente de espiritualidad. Esto significa que, por un lado, debemos conocer y sentir nuestra propia pequeñez y empobrecimiento ante Dios, pero, por otro lado, nuestros errores y pecados no deben hacer que nos alejemos aún más de Hashem. Más bien, debemos confiar en la bondad de Hashem, que también tenemos la esperanza de merecer volver a Dios desde cualquier situación en la que nos encontremos.

 

La ofrenda de Minjá nos enseña que la compasión de Dios nunca se agota, que Su atributo de misericordia no tiene límites. Incluso si una persona no puede regresar y corregir sus errores como debería, eso no debería impedirle hacer todo lo posible mejorar. Incluso un solo aspecto de la teshuvá es muy preciado a los ojos de Dios, al igual que la ofrenda Minjá, que la ofrecía la persona pobre.

 

Los Sabios enseñan que, hoy en día, las plegarias reemplazan a las ofrendas. Por lo tanto, Rabí Natan agrega que el aspecto principal de la teshuvá es la plegaria, y la plegaria más importante a los ojos de Dios es la de la persona pobre. La regla principal que aprendemos de la ofrenda de Minjá es que nunca nos demos permiso para caer en la desesperación. Incluso cuando las cosas parecen ser realmente difíciles, trata de superar la situación en la que te encuentras y haz lo que puedas (Likutei Halajot).

 

Rabí Natan escribe en la Sabiduría de Rabí Najman: “Él (Rabí Najman) también enfatizó fuertemente la grandeza de la teshuvá, incluso cuando la persona cae en un abismo muy profundo, Dios no lo quiera … Sin embargo, está prohibido que se deje desesperar, porque la teshuvá es muy elevada, incluso más elevada que la Torá; por lo tanto, no hay razón para desesperarse, porque si la persona regresa a Hashem, sus pecados serán rectificados y se convertirán en méritos”.

 

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