El marido camaleón

Hay maridos que ni siquiera les prestan atención a sus mujeres, hasta que llegan esos días en que cambian de color como el camaleón…

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 05.04.21

El marido de Wendy no sabe que ella existe. Nunca tiene tiempo para hablar con ella ni prodigarle amor. Después de que ella no lo vio todo el día, él es capaz de interrumpir lo que ella está tratando de decirle para ponerse a hablar una por hora por teléfono con sus amigos. Además dejó de darle dinero para que se compre ropa y entonces a ella le da vergüenza salir porque piensa que la ropa que tiene es “horrible”. El marido de Wendy suele comer en restaurantes sin ella. Pero cuando ella le pide dinero, él dice que no tiene.

 

Sin embargo, hay un momento en que el marido de Wendy sí le presta atención, que es cuando él puede tocar a su mujer (de acuerdo con lo que establece la ley judía). Ahí es cuando Wendy recibe un montón de atención por parte de su marido, pero no la atención que ella quiere. Es porque su marido piensa que tiene derecho a tocarla como si ella fuera cierta clase de “objeto”, no una persona. Su marido piensa que tiene derecho a ignorar todas las necesidades de su mujer durante el lapso que no puede tocarla (de acuerdo con lo que establece la ley judía) y que después puede tocarla en forma inapropiada cada vez que pasa al lado de ella. Wendy no soporta que él la trate de esa forma pero no sabe qué hacer, excepto llorar. Cuando le pide a él que pare, él se ríe de ella y se burla de ella. O si no, él la acosa verbalmente para que él tenga relaciones con él, pero después llora horas enteras porque lo hacen sin la menor muestra de amor o cariño.

 

Qué triste es que yo reciba quejas similares de tantas mujeres que me cuentan una historia como la de Wendy o muy parecida. ¿Qué puede hacer la mujer cuyo marido se niega a recibir ayuda porque no piensa que tenga un problema?

 

La mujer no está obligada a mantener relaciones con el marido que se comporta con ella en forma inapropiada. Lo ideal sería que ella hable con el rabino de su marido para que el rabino hable con él.  A veces a las mujeres les da vergüenza hacer eso, porque se trata de un tema demasiado personal. A veces el Rabino no puede ayudar o el marido ni siquiera está dispuesto a escucharlo.

 

Otra opción es que la mujer hable con rabino que no conozca a su marido pero que tenga poder y sea famoso, porque entonces él va a poder orar por ella y tal vez logre intervenir con su marido allí donde otros fallaron.

 

Por desgracia, hay otros casos en los que las mujeres han vivido esta situación durante un tiempo o que se criaron en un hogar en que vieron que su madre era despreciada y maltratada por el padre, y entonces desarrollaron una mentalidad de víctima. Cuando sucede esto, parte de la persona misma (la parte no sana que llega a creer que se merece ser maltratada, por lo que acepta la situación y no se opone). Esas son las personas a las que resulta más difícil ayudar. Pero incluso cuando la mujer piensa que no tiene derecho a una vida mejor que su madre o no tiene la fuerza necesaria para defenderse a sí misma, aun así puede recibir ayuda a través de la emuná. Con emuná, cualquier persona, incluso la que tiene tendencias masoquistas, puede aprender a valorarse y llevar a cabo las acciones positivas que van a llevarla a la autoestima y a vivir una vida plena y feliz.

 

Jill estaba en una situación parecida a la de Wendy. El marido de Jill, Peter, era un hombre muy ocupado que casi no tenía tiempo para su mujer. Pero cuando llegaba a casa a la noche, casi rutinariamente “exigía” que su mujer satisficiera sus necesidades. Eso la hacía sentir a ella como un trapo de piso. Durante unos cuantos años ella vivió así hasta que llegó un punto en que no pudo soportarlo más. Finalmente, después de orar mucho por su marido y de hablar con él, viendo que él se negaba a cambiar, ella le contó el problema a un rabino que conocía a su marido.

 

El rabino se sentó con Peter y le explicó el problema de manera tal que pudiera comprenderlo. Peter no había recibido una guía adecuada antes de casarse y no entendía las diferencias esenciales que hay entre hombres y mujeres en esta área. Ahora Peter estudió varios capítulos del libro En el Jardín de la Paz y muy pronto empezó a entender su rol como marido en la relación con su esposa, y entonces empezó a comportarse de la forma debida. Porque la mujer se merece un marido, no un camaleón…

 

 

 

 

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