El Poder de la Verdad

Danny deja a su mujer afuera de su vida y ahora ella está a punto de irse y dejarlo solo. Danny se replantea muchos temas…

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 08.11.21

Danny está pasando por una etapa crítica en su matrimonio: su mujer está con un pie afuera de la casa. Ya fue a ver varias veces al Juez de la corte rabínica para iniciar demanda de divorcio. Ella ama y aprecia mucho a su marido pero él es una persona con la que es tan difícil convivir que ella ya no quiere saber más nada con él. Por supuesto que ella no es perfecta, pero su marido cometió errores garrafales…

 

Uno de los errores principales es que no sabe comunicarse bien con su mujer. Él empezó un negocio e invirtió en él todas sus fuerzas pero por desgracia no le va bien y en vez de hablar de lo que está sucediendo, Danny está reaccionando al estrés escondiéndose de todos – de sus proveedores, de sus acreedores, de sus clientes y de su MUJER- los está evadiendo a todos. Su mujer le envía emails y le envía mensajes de texto y lo llama por teléfono y él simplemente no responde. Él justifica su forma de comportarse diciéndose a sí mismo que su mujer no entiende la presión enorme que él tiene en estos momentos. Pero ¿cómo ella va a poder ayudarlo cuando ni siquiera sabe lo que pasa en el negocio?

 

Pero hace ya rato que Danny elude a su mujer y trata de evitar toda conversación acerca de las finanzas y al mismo tiempo Danny redujo sustancialmente las sumas de dinero que le da a ella para gastar. Ahí es cuando la cosa explotó y se declaró la guerra. Él y su mujer ya fueron a consultar a toda la ronda de terapeutas y asesores matrimoniales. Su mujer incluso ya se fue una vez de casa así que él sabe que eso puede volver a pasar en cualquier momento.

 

Danny sabe que si su mujer se va, esta vez bien puede ser para siempre y si ella se vuelve a casar y sus hijos al final son criados por otro hombre, él no va a tener motivos para vivir. Pero el problema es que él no tiene idea de cómo evitar que esto suceda, así que está absolutamente desesperado y esa bendita desesperación es lo que lo trajo a mi puerta.

 

A esta altura del partido, no hay tiempo que perder. Yo tuve que explicarle la verdad sin pelos en la lengua: “La Torá dice que el marido tiene que proveerles el sustento a su mujer y a sus hijos. Danny, tú aceptaste esa condición cuando firmaste el contrato matrimonial. Incluso si ella quiere todos los meses una suma astronómica y tú le dices que no tienes, que tienes cuentas que pagar y que ella te va a llevar a la quiebra, si ella insiste en que necesita ese dinero para comprar ropa y juguetes y lecciones para los niños, tienes que encontrar la forma de proveérsela”.

 

Entonces él me dijo: “¡Pero es una locura! Ella no tiene idea del valor del dinero. Ellos quieren cerrarme el negocio y ella sigue pidiéndome sumas astronómicas!”

 

Yo le dije: “¡Tu mujer tiene razón! Es verdad que ella suena como alguien que también tiene problemas, pero la única manera en que tú, Danny, vas a poder salvar tu matrimonio es si miras a tu mujer como si ella fuera un ángel y como si todos los problemas de tu matrimonio fueran únicamente tuyos. ¿Qué puedes hacer para efectivizar todo tu poder, Danny? ¿Cómo te parece que puedes hacerlo?”

 

Danny tenía que darse cuenta de que en realidad no tiene ningún poder. Eso fue muy duro para él y le causó tres días de agonía, hasta que finalmente se dio cuenta de que era totalmente impotente..

 

Una vez que llegó a ese punto de humildad, me llamó y me dijo: “acabo de hacer algo que jamás pensé que fuera capaz de hacer. Y con la ayuda de Dios, estoy seguro de que será la mejor decisión. Acabo de decirle a mi mujer que ella tiene razón absolutamente en todo y que yo soy un desastre en el tema de la comunicación y que tampoco fui sincero. Le dije que en realidad debería haberle contado lo que pasaba con el negocio y que ya hace mucho debería haberle hecho partícipe. Y le dije que a partir de ahora le iba a dar todo el control del dinero que nos queda. Le dije que puede estar a cargo de todas las cuentas bancarias y estoy seguro de que ella va a hacer el trabajo muchísimo mejor que yo”.

 

¿Saben qué? Danny logró la paz hogareña. Así de simple. Lo único que le hizo falta fue admitir su propio problema y realizar un auténtico intento de suplir las necesidades más profundas de su mujer, de que él la reconociera y la haciera sentir especial y adulta.

 

Danny es un tipo inteligente. Con solamente hablar con él unos pocos minutos ya te das cuenta de que es muy capaz. Él tiene el potencial de manejar el dinero lo más bien, pero Hashem no le deja. Dios le está diciendo que si él insiste en hacer las cosas “a su manera”, sin decir la vedad, él va a llenarse de deudas hasta el cuello y va a tener más problemas con su mujer.

 

Danny recibió toda la verdad de Dios y aceptó toda la verdad, si bien le resultó muy difícil. Pero una vez que empezó a vivir esa verdad, el problema se disipó. Su mujer dejó de enviarle emails llenos de resentimiento y dejó de llamarlo como loca por teléfono. Todos los gritos y todas las discusiones terminaron y ahora nuevamente reina la paz en el hogar.