Jerusalén de Oro
Rabi Akiva prometió a su esposa que, un día, cuando sería rico, le compraría una valiosa pieza de joyería llamada "Jerusalén de Oro"…
Rabi Akiva prometió a su esposa que, un día, cuando sería rico, le compraría una valiosa pieza de joyería llamada "Jerusalén de Oro"…
Unas palabras sobre las deudas y cómo evitarlas, según el punto de vista de la “Emuná”:
La gente a menudo cree que haciendo compras aunque no puedan permitírselo, evitará discusiones en su hogar. Nada puede estar más lejos de la verdad. Aunque al comienzo esto pueda parecer correcto, la carga de las deudas trae cantidad de discordias. El método de usar un cuaderno donde anotar las deudas que debes a ti mismo y a tu hogar es un método seguro para evitar mucho fastidio. Una persona debería decirse lo siguiente con frecuencia:
“Gracias a HaShem, tengo tal y cual suma de dinero, y yo y mi familia viviremos según lo que Él nos provee. Por todo lo que carezcamos rezaré al Creador para que nos lo provea. Mientras tanto, sólo miraré lo que sí tengo y estaré satisfecho con mi parte. El punto fundamental es que soy sólo un oficinista en el servicio a HaShem, entonces en vez de sufrir el terrible tormento de ser un deudor, prefiero sufrir carencias menores aquí y allí, trabajando sobre el rasgo de estar contento con mi parte en la vida y así lograr tal felicidad en mi casa que nadie sentirá cualquier carencia”.
Y también debería decirse:
"He escrito en mi cuaderno todo lo que debo a cada miembro de mi hogar. Reforzaré y aumentaré mis rezos y haré todo lo que pueda, confiando que HaShem me ayudará, para completar las necesidades de mi familia. Seguramente es ésta la voluntad de HaShem – que yo rece por cada necesidad que tengo y Él me ayudará. Por esta misma razón llegué a esta situación, ya que el Creador puede completar todas mis necesidades en un abrir y cerrar de ojos, sosteniéndome rápida y fácilmente. ¡Esto es la verdad y la única verdad! Esta es la única correcta manera de vivir bajo la Supervisión Divina. Para que yo no sienta que carezco de algo, aprenderé del libro "En el Jardín de la Fe" y reforzaré mi fe que la exigente Supervisión de HaShem es el mejor seguro de vida. Trabajaré sobre mi fe hasta que yo y los miembros de mi familia siempre estemos contentos con lo que tenemos”.
Pero no apurarse en endeudarse no significa esquivar nuestras responsabilidades y tener una excusa para no cargar con nuestras obligaciones hacia nuestras esposas.
Esto sería una violación de toda moralidad y la negación de las obligaciones de la Ketubá (contarto de matrimonio). Cuando una persona interpreta con apatía el refrán que sus “manos están atadas y no puede proveer”, esto es inmoral hacia su acreedora primaria, su esposa. Aunque el hombre debiera siempre tratar de no contraer deudas, con su esposa siempre deberá estar alegre y alentador. Él debería decirle: “¡Querida mía! ¡Te conseguiré lo que me pides! ¡No descansaré hasta que lo consiga!”.
El gran Justo y erudito del Talmud, Rabi Akiva, y su esposa comenzaron su vida mutua en pobreza abyecta, sin tener hasta un lugar apropiado para vivir. Durmieron en un granero donde se tapaban por la noche con paja. Cada mañana Rabi Akiva sacaba tiernamente la paja enredada en el pelo de su esposa, y le hablaba amablemente, alentándola y consolándola.
Le prometió que un día, cuando sería rico, le compraría una valiosa pieza de joyería llamada "Jerusalén de Oro"…
Debido a la forma que honraba a su esposa, finalmente llegó a ser un gran Sabio del Pueblo de Israel, un hecho que él abiertamente declaró que era debido a su esposa. Por honrarla tanto, Rabi Akiva recibió del alma de su esposa tesoros enormes de fuerza y bendiciones que dirigió hacia su gran aprendizaje de la Torá y que le trajo también riquezas (Guemará,Tratado Nedarím 50).
– Selección extraída de “Luz para las Naciones” por Rabi Yoel Schwartz, Yeshiva Dvar Yerushalayim –
(Gentileza de www.tora.org.ar)
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