Hablarle al dolor

A veces sentimos dolor en algún miembro del cuerpo o tenemos otras sensaciones desagradables como por ejemplo, ansiedad y tensión, que se localizan en partes del cuerpo, como el estómago, el pecho, las piernas o el rostro. Estos dolores y estas reacciones de ansiedad se desencadenan con literalmente cualquier cosa que nos rodeaban en el momento en el que ocurrió por primera vez la experiencia desagradable. Por ejemplo, uno puede inconscientemente asociar un cambio de estación, el sonido de una sirena o la visión del delantal blanco del médico con un trauma que pasó.

Muchas de las reacciones de ansiedad y estrés que sufrimos empezaron con algún suceso desagradable o traumático del pasado y se transformaron en respuestas condicionadas. Ahora, incluso varios años más tarde (no hay sentido del tiempo en el inconsciente), cada vez que nos encontramos en una situación que le recuerda al inconsciente esa primera vez que fuimos heridos o nos asustaron, obtenemos nuevamente la misma reacción. Si bien nuestra mente consciente, que es lógica y racional, sabe que no hay nada traumático en el presente, aun así podemos sufrir de un intenso miedo o síntomas físicos en el cuerpo “como si” el trauma estuviera sucediendo de nuevo.

Cuando sucede esto, podemos aliviar muchas de esas respuestas condicionadas a través de la emuná, porque fue una falta de emuná o una ruptura de la emuná lo que causó el problema en primera instancia. El siguiente método, basado en las enseñanzas del Rabino Shalom Arush, también funciona para aquellos traumas que sucedieron cuando éramos demasiado pequeños como para saber lo que es emuná o el Creador. Pero ahora que sabemos que todo lo que nos sucedió fue obra del Creador y para nuestro bien, ahora podemos hablarle palabras calmantes de emuná a esa parte del cuerpo y función corporal que sigue siendo afectada en forma negativa por esa pasada experiencia.

Recuerda: eres un ser espiritual eterno pero tu cuerpo es solamente una creación física temporaria. Como tal, tienes muchas más opciones que tu cuerpo sobre cómo reaccionar ante los desafíos de la vida. Tus músculos solamente saben reaccionar de una de dos maneras: o tensionándose o relajándose. Tu respiración puede o bien acelerarse o bien desacelerarse. La temperatura del cuerpo puede solamente subir o bajar.

Dado que tu cuerpo es tan simple y tan limitado en comparación contigo, le cuesta mucho más sentir la presencia del Creador. Por eso, cuando tu cuerpo o una de sus partes o funciones (como respirar o digerir) empiezan a hacer problemas, háblale y dile así:

*Llenar con la parte del cuerpo que duele:  “______________”, yo sé que te cuesta mucho creer en el Creador especialmente después de lo que sucedió………. Que Él es Uno y Único y que Él nos protege y siempre nos ha protegido a cada instante de la vida, pero yo soy ser espiritual superior y te garantizo que ahora está todo bien. Solamente sientes dolor, miedo, calambres, etc porque eres un cuerpo y no conoces la bondad del Creador. Pero créeme, yo soy tu familiar más cercano. Vivimos juntos en este ser y fuimos puestos juntos para que conozcamos al Creador en estas situaciones difíciles… El Creador nos ama INCONDICIONALMENTE. Él nos ha dado la vida hasta el día de hoy. El Creador es el Médico de toda la carne y ciertamente puede darnos alivio AHORA MISMO”.

Mientras hablas, puedes acariciar suavemente esa parte del cuerpo. Tómate tu tiempo y continúa diciéndole a tu cuerpo cuánto confías en el Creador y dependes de Él. Al educar al cuerpo, este empieza a internalizar tus palabras de emuná en sus células. Y además invocas compasión Divina para ese miembro del cuerpo o funcional corporal.

Recuerda darle las gracias al Creador por su infinita compasión y a tu cuerpo, por cooperar en escuchar lo que le dices. Puedes usar este método para curar situaciones del pasado o anticipar situaciones futuras y preparar tu cuerpo para responder a futuros desafíos con emuná. Cuando el Creador ve que tú y tu cuerpo se comprometen a trabajar juntos y procesar los problemas con emuná, habrás pasado esta prueba y el Creador ya no tendrá necesidad de utilizar tu cuerpo como en el pasado.