Con o sin justicia

Disparidad económica. Exclusión profesional. Acoso policial.

Estamos en una época de furia generalizada.

Cada persona, desde su propio punto de vista, está en busca de ese unicornio universal llamado “justicia”.

Hacemos manifestaciones por la justicia. Hacemos disturbios por la justicia. Tomamos posturas en la familia, en el trabajo, en el grupo de amigos y hasta en la calle por este gran ideal.

La justicia es importante porque es una de las siete Leyes Noájidas, o sea, un precepto universal que el Creador le exige a cada persona que vive en este mundo,

Pero ¿podemos vivir sin la justicia?

Justicia para todos

¿Para qué estamos vivos?

El Ramjal, Rabí Moshe Jaim Luzzatto, en su obra magna, la Senda de los Justos, se expresa con mucha sinceridad con respecto a la existencia del ser humano: existimos para cumplir mitzvot, o preceptos. transitamos por esta breve vida con el objeto de acumular la mayor cantidad posible de méritos Divinos que podamos a fin de mejorar nuestra eternidad en el Mundo Venidero.

Lo poco que hacemos en este mundo nos impacta por toda la eternidad.

Si Hashem fuera justo según nuestro concepto de justicia, no restringiría estas oportunidades para la eternidad para unos pocos selectos:

Los ricos, los blancos, los hombres.

De hecho, Él no hace eso.

Todos pueden rezar. Todos pueden hablar con Hashem.

Todos pueden tener emuná. Tanto si se te derrama el capuchino en los pantalones o si te roban la billetera, siempre puedes cerrar los ojos y decir: “Esto también es para bien!”.

La justicia como herramienta

Si haces el bien, puedes esperar que te pasen cosas buenas. Si te esfuerzas, nada debería impedirte que progreses. Si cumples la ley, entonces la forma en que te vistes, hablas o luces no debería influir en la actitud con que cualquier policía te trata.

La justicia es también una forma de aliento.

Si sabes que tu sociedad es justa, entonces tienes más incentivos para cumplir las leyes y hacer el bien.  Si tienes dudas, entonces tienes menos motivos para elegir la buena senda.

Buscamos la justicia para poder vivir en un mundo en el que sea más fácil acercarnos a Hashem y cumplir Sus preceptos.

La justicia es para que cumplamos el propósito ulterior de la vida: acumular mitzvot sirviendo a Hashem.

La justicia cuando no hay justicia

¿Qué sucede cuando no hay justicia?

Todo se vuelve mucho más difícil. A primera vista, no vemos motivos para seguir siendo humanos cuando todos los demás se portan como animales.

Pero si buscas, vas a encontrar grandes oportunidades.

En un estado de injusticia, Dios nos está bendiciendo con la oportunidad de servirlo con un esfuerzo mayor. Es como una de esas cuentas de pensión en la que, por cada peso que pones, la empresa pone otro peso.

Cada vez que enfrentamos una injusticia y sigues rezando y hablando con Hashem y teniendo emuná en que esto también es para bien, porque todo en Su mundo es bueno, entonces Él junta el mérito que acumulamos con una medida adicional de Él, o dos medidas, o tres o más.

El Ramjal nos advierte que, a menos que sirvamos a Hashem, entonces las personas que están “debajo” de nosotros se transformarán en nuestros amos.

Más allá del sexo, color, nacionalidad o religión que uno pueda tener, la justicia o la falta de justicia no va a evitar que sirvamos a Hashem y cumplamos con nuestra misión en este mundo.

Cada uno de nosotros puede hacer el bien en este mundo y ascender por encima de los niveles que nos engañamos pensando que solamente los “privilegiados” pueden alcanzar.

Eso en sí mismo es la máxima justicia que existe.