Mi desfile de orgullo gay

Me levanto a las 7 de la mañana, preparo café y me siento a charlar con mi mujer en el balcón.

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David Ben Horin

Posteado en 29.06.21

Gay (inglés) – Sustantivo. Alegre y despreocupado. Ej: Las calles estaban “gay” (alegres) y llenas de gente.

Orgullo – Sustantivo. Sentimiento de placer y satisfacción que se tiene porque uno mismo o las personas relacionadas con él han hecho algo bueno.

                                                (Diccionario de Cambridge)

 

El Shabat es un día en el paraíso.

 

Me levanto a las 7 de la mañana, preparo café y me siento a charlar con mi mujer en el balcón. La fresca brisa matinal del Valle de Jezreel nos roza los rostros. Sorbemos nuestra felicidad líquida en total silencio. Es verano. Estamos al aire libre. Hoy va a hacer 38º grados pero ahora todavía está fresquito.

 

A las 7:30 nuestros hijos ya se han levantado. La más chiquite viene a sentarse con nosotros en el balcón. Su encanto burbujeante rompe el silencio cuando se pone a hablar de su tema favorito: los gatos. Ha declarado su intención de boicotear la película de la Patrulla Canina porque esta pinta mal a los felinos.

 

A las 8 de la mañana, mamá les sirve a los niños su desayuno especial de Shabat en la cocina. Les sirvo otras dos tazas de café y los saco al balcón. Los pájaros vuelan justo por encima. Las montañas cantan a la distancia. Mi mujer sonríe mientras coloca dos enormes trozos de Smitanic, el delicioso pastel ruso, sobre la mesa.

 

El desayuno está servido.

 

Los niños entran y salen corriendo. Comemos lentamente, saboreando cada pequeño bocado.

 

Hablamos de todo y de nada.

 

Sin smartphones. Sin computadoras. Sin pantallas. Sin distracciones.

 

El Shabat es el mayor regalo que Dios les dio a sus hijos.

 

¿Nos quedamos o nos vamos?

 

A veces entramos en un estado de paz tan profundo que no llegamos a la sinagoga. Son ocasiones muy raras, pero ocurren.

 

"Que ni siquiera se te ocurra, David", me ordenó mi esposa.

 

"¿Cómo sabes lo que estaba pensando?"

 

Ella ni siquiera se justificó.

 

"Am Israel tuvo una mala semana. Pusimos una bandera sodomita en un ministerio del gobierno y al día siguiente el Coronavirus volvió con toda la fuerza. Es como la Parsha de hoy. Cometimos prostitución con las prostitutas de Moab y Hashem nos envió una plaga. Ayer tuvimos un desfile sodomita. En el momento exacto en que comenzó esta exhibición de abominación, tuvimos que empezar a usar máscaras".

 

Me senté erguido en el sofá. Me volvió la sangre al rostro.

 

"Tenemos que decirle a Dios que Lo amamos. Tenemos que demostrarle a nuestro Padre que no todos cometemos semejante maldad. Él necesita ver a Sus hijos agradecidos por el Shabat, por Eretz Israel, por la Familia. Necesitamos un desfile propio. Un desfile de lealtad. Un desfile de orgullo por lo que somos. Lo que representamos. Por qué estamos aquí. ¡Vamos a la sinagoga!".

 

Nuestro desfile del "Orgullo Gay" consistió en que los cinco marcháramos con orgullo los 35 minutos que nos separaban de la sinagoga bajo un calor sofocante. Fue nuestro acto de lealtad a nuestro Padre. Nuestra petición a nuestro Rey de que queremos que Israel siga siendo un Estado judío y no la versión 2.0 de Sodoma. El error de ese programa sigue existiendo, por lo que la aplicación sigue siendo fatal.

 

Nos levantamos del sofá. Media hora después, nuestras hijas estaban con sus mejores vestidos, al igual que mamá. Papá y Ari estaban con pantalones y pantalones abotonados. Teníamos nuestra bolsa de oración fuera, tzitzit colgando, kippas en la cabeza, sonrisas para todos.

 

Era un desfile con muchos seguidores. De camino a la sinagoga, los vecinos, tanto seculares como religiosos, nos saludaron con un entusiasta Shabat Shalom.

 

Ellos hacen su marcha una vez al año en un puñado de ciudades. Nosotros la hacemos todas las semanas, en todas las calles.

 

Con la ayuda de Hashem, estamos ganando.

 

Bennett y el Shabat

 

La semana fue dura, pero terminó bien.

 

El periódico del domingo a la mañana hablaba de que el Primer Ministro Naftali Bennett se puso en contacto con el Gobernador de Florida para ofrecer ayuda a los residentes del edificio de apartamentos de Surfside, Florida.

 

Los medios de comunicación se apresuraron a señalar que la conversación tuvo lugar el sábado a la noche.

 

¿Nadie habló nunca de lo que Bibi hizo el sábado a la noche? ¿Por qué señalar que esta conversación tuvo lugar a la noche?

 

Los medios de comunicación aprovecharán cualquier oportunidad para recordar al mundo que el Sr. Bennett es un líder judío de una nación judía. Él observa la Torá.

 

Durante los próximos dos años, la BBC, la CNN y el New York Times mencionarán en una sola frase las maniobras de las FDI, la diplomacia de Oriente Medio y el pegamento que une la Kippa de Naftali Bennet.

 

Como dijo Bilaam, somos una nación que vive sola. Por primera vez en nuestra historia moderna, tenemos un líder que lo demuestra. Encontrar al líder del pueblo judío en Shabat será ahora como encontrar a una persona normal en un mitin del partido demócrata.

 

Esto no justifica lo que hizo para llegar al poder ni los monstruos que desató sobre nosotros para mantenerlo. Pero en su primera semana, Naftali Bennett nos dio una razón para sentir una punzada de orgullo por ser judío israelí.

 

Y eso no es una tarea sencilla.

 

 

 

 

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